Las lagrimas fluían y se resbalaban con delicadeza sobre mis mejillas. Trataba de contenerme pero era muy complicado, ¿Por que le pasan cosas malas a la gente buena? me pregunte. Que triste... ¡Que triste de verdad!... Respire hondo y mire hacia el reloj de pilas que colgaba en una de mis aburridas paredes.
¡Rayos! ¡Ya es muy tarde!... Tendré que continuar con esto mañana -me reclame decepcionada. Termine de ver el episodio del KDrama y apague el televisor, ya eran las 2:00 am y a las 9:00 am debía presentarme a mi primer entrevista seria de trabajo. Me quedaban pocas horas de sueño pero daba igual, de todas formas no podía dormir de la emoción de por fin ser contratada en donde pueda comenzar a desempeñarme en lo estudie. Administración de empresas.
Bueno, si es que lograba agradar a los de recursos humanos y si cabía la posibilidad de contratar a una joven de 24 con mucha experiencia laboral pero solo en pequeños negocios emprendedores a no mucho.
Me levante rápidamente a las 7:00 am, se me había hecho algo tarde y ahora solo contaba con media hora para arreglarme presentable y dirigirme a las oficinas. Gracias a Dios me quedaban a unos 40 minutos de distancia.
Mis manos sudaban de los nervios pero creo que conteste las preguntas satisfactoriamente. Fuera del salón de entrevistas habían unas otras 6 o 7 personas mas que también querían aplicar. Todos me vieron con miradas de indiferencia, a leguas se notaba que ellos contaban con muchas mas experiencia que yo y es que es obvio, su porte, su estilo de vestir y hasta en su aspecto podía adivinar que tenían entre treinta y tantos a cuarenta años de edad.
Pasaron al rededor de tres horas y por fin los encargados de las entrevistas me mandaron a llamar nuevamente.
-Nos parece que cuenta con los requisitos necesarios para el puesto solicitado. Su espíritu joven y su inteligencia nos han sorprendido, rara vez nos llega alguien como usted. La experiencia es importante pero no tanto como las arduas ganas de trabajar... Señorita Odeth Ramos, parece que nos estaremos viendo muy seguido -Menciono el Sr. Hector (quien fue uno de los entrevistadores) y me dio un apretón de manos mientras me sonreía cordialmente -A partir de mañana seremos compañeros, así que espero que podamos hablarnos sin tantas formalidades.
-Les agradezco mucho de verdad a todos. Les prometo hacer lo mejor posible -respondí aun sorprendida. ¡Lo logre! ¡Por fin lo logre! Pensaba.
-Bueno Odeth ya te puedes retirar. Mañana te esperamos temprano para que tomes un curso de inducción y quede todo oficialmente listo.
Me despedí de todos y llegue rápidamente a mi casa para darle la buena noticia a mis padres. Se pusieron tan contentos que incluso comimos mi comida favorita ese día. Me había costado tanto lograr encontrar un espacio donde desarrollarme profesionalmente que aun no me lo creía. Después mi mayor miedo era lo desconocido. Como serian mis compañeros, mis jefes directos, el dueño de la empresa, si seria muy difícil lo que tendría que hacer, que pasaría si me equivocaba, que tan capaz era de decepcionar a la gente que confiaba ahora en mi... Estaba siendo paranoica eso es seguro...
Me encerré en mi cuarto y puse mi música favorita a todo lo que daba. Estaba super emocionada y tenia muchas ganas de sacar mi extrema felicidad, y como no lograrlo bailando y embocando a Satanás con tan semejante voz y pronunciación del coreano.
Ahora que lo pienso bien, no les he explicado que es lo que estaba ocurriendo en ese momento. Así que me regreso un momento para decirles que mi nombre es Odeth Ramos. Para esos días contaba con 24 años y me había graduado hace un año aproximadamente de la universidad. Durante mis estudios y hasta entonces mientras buscaba la manera de encontrar un buen lugar para trabajar, me dedique a ganar dinero en distintos negocios como panaderías, carpinterías, bizcocherias... También había trabajado como coreografa de fiestas, niñera, dando regularización... Ah... ¿Tienen idea de lo cansada que ya estaba? Aun así tenia que trabajar para ayudar a mis padres a sustentar la casa.
Lo único que me hacia sentir bien en esta dura vida asquerosa era perderme en mi música y dramas coreanos. Siempre había sido en la escuela la rarita por tener gustos hacia las cosas "chinas" (como solían decir mis compañeros) pero eso nunca me había detenido. Mi mas grande sueño era ayudar lo suficiente a mis padres para poder independizarme e irme a vivir a Corea del Sur. Lamentablemente no contaba con el dinero suficiente para tomar un curso del idioma, así que aprovechando mi triste soledad y mi carencia de amigos, solía prestar atención a todo lo que escuchaba en coreano. Era muy buena con eso de los idiomas, siempre me habían encantado. Así que pude aprender por mi cuenta básicamente lo que le enseñarían a un niño de preescolar, contar y leer bien (aun que no supiera que rayos estaba diciendo).
Y ya que saben mas o menos como soy se darán una idea del por que me emocionaba específicamente mi ingreso a la K&K. Y es que esta empresa no era cualquiera empresa. Estamos hablando de una de las cadenas de electrodomésticos mas importantes de Corea del Sur. ¿Eso no se lo esperaban verdad? Pues si, esta vez la empresa sur coreana era la única que me había abierto las puertas y que me había dado mi primera oportunidad a comparación de las empresas nacionales a las que había postulado.
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Al mes de estar trabajando en las oficinas de K&K me sentía ya bastante cómoda, las cosas resultaron ser espectaculares. Mis compañeros me apoyaban muchísimo y me trataban muy bien. No hablaba mucho tampoco con todos, trataba me mantenerme al marguen del trabajo pues quería hacerlo todo bien. Habia logrado llevarme puras felicitaciones por parte de mis superiores y me decían que era posible que el día que conociera al dueño de la cadena, le agradara también. Esperaba realmente que fuera así, pues se rumoreaba que era bastante exigente.
Siempre trate de ocultar mis gustos por Corea mientras trabajaba, pero no podía evitar imaginarme como un caballero respetuoso, protector, carismático y esplendido al joven que andaba de boca en boca en la empresa. Así es, estoy hablando nada mas y nada menos que del fantástico hijo menor del dueño, Kim Taehyung.
Era muy difícil conocerlo, algunos de mis compañeros quizá lo habrían visto una o dos veces en todo el tiempo que llevaban laborando, pero todo lo que se hablaba de el, era gracias a las maravillas que los gerentes repartían sobre su persona. Yo simplemente me basaba en mis modelos "oppas" para darme una idea.
QUE EQUIVOCADA ESTABA...
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Mi Odioso y Perfecto Jefe - BTS
RomanceTaehyung y Tu +18 La suerte de Odeth cambio repentinamente el día que piso suelo en la empresa de K&K. La cual pertenece a un hombre millonario que cuenta con una de las cadenas de electrodomésticos mas influyentes en Corea del Sur y que había logra...