Everlasting {Logan lerman}

Capitulo 8.

14 de enero del 2008.

Desperté, abrí los ojos poco a poco acostumbrándome a la luz de la habitación. Afortunadamente el dolor de cabeza que me da después de cada fiesta no estaba ahí y simplemente tenía un poco de sed. Busqué con la mirada mi celular, pero no estaba por ningún lado. Recordando poco a poco todo lo qué pasó el día anterior hice algunas muecas mientras me sentaba en la cama, escuché un ruido y levanté la vista encontrándome con mi hermana.

–Ana, ¿qué hora es? – Estiré un poco los brazos.

–Son las... – Se detuvo en el marco de la puerta mientras veía la hora– 10:38, apúrate, Dave ya está preparando el desayuno.

Me levanté de un salto.

Maldición.
Maldición.

Bajé las escaleras dirigiéndome hacia la cocina. Me detuve detrás de la puerta blanca y tomé una bocanada de aire antes de entrar.

–Miren quién despertó, ____, ¿cómo dormiste? –preguntó Dave mientras servía jugo.

–¿Sabes dónde dejé mi celular? –pregunté con curiosidad.

En un gesto inmediato, Dave levantó su ceja mientras terminaba de servir el desayuno.

– ¡Buenos días para ti también! –rio mientras me tomaba del brazo– Ven aquí, come un poco y después buscarás tu celular.
Tomé asiento para comenzar a desayunar mientras echaba algunas miradas a Ana, ella solo se encogía de hombros y tomaba bocados. El simple hecho de estar en la misma casa, en la misma mesa me traía recuerdos, no me hacía sentir mal pero tampoco me sentía del todo bien. Me sentía ida en ese momento, no tenía un pensamiento concreto o un sentimiento, no sentía nada al respecto de lo que había pasado y no entendía porque volvía a tropezar con la misma piedra.

¿A la piedra también le duele cuando tropiezas tanto con ella?
No.
A Dave no le dolía ni un pelo, su dignidad estaba completa y el me tenía justo donde quería.

Seguía pensando mientras llevaba la tostada a mi boca cuando escuché la campana de mi celular avisando una llamada entrante. Me levanté y subí las escaleras para después buscarlo entre las sábanas, en el baño, y finalmente encontrándolo en mi bolso. Había perdido la llamada, y al encender el celular me encontré con una llamada perdida de Elena.
Le marcaré luego. Pensé.
Pero al revisar algunos mensajes que me habían llegado durante la mañana, Elena mencionaba en uno que teníamos que hablar seriamente de Dave. Mi frente se arrugó al hacer una mueca y el recuerdo volvió solo a mi memoria, mi platica de ayer con Dave acerca de nosotros. Nada quedó claro el día de ayer, pero estaba más que claro que Dave tenía decidido el volver a estar juntos.
Dejé el celular en la cama y me acerqué a las escaleras.

– Dave, puedes venir un segundo –dije mientras elevaba la voz y volvía al cuarto.
Segundos después escuché como subía con una sonrisa.
– ¿Cuál es el plan Dave? ¿Qué estamos haciendo?. Me acomodé bien en la cama para poder verlo de frente.

Dejó de verme para bajar la mirada al piso. Y el sabía perfectamente que me fastidiaba que no me viera a los ojos al decir cosas importantes.
– Dave..–
– ____, me muero de ganas de estar contigo, de volver a ser los mismos de antes –dice mientras eleva la mirada pero no hacia mi. Y de verdad quiero creer lo que dice, cruzo los dedos porque esto no sea otra de sus jugadas y me vuelva a sentir como me sentí alguna vez. Con él, por él.

– Entonces demuéstralo Dave, porque si esta vez hay errores, no volveré a cometerlos jamás –busqué sus ojos y por fin nos dedicamos una mirada. Asintió con la cabeza y se acercó para abrazarme.

//

Nuestro día consistió en pasar el día los tres juntos, Dave, Ana y yo. Conversando y pasando el día. Para las 7 pm, Dave se había encargado de decirle a todos que estábamos juntos de nuevo. No sabía cómo sentirme, estaba agusto con volver a tenerlo cerca, porque lo quería. Pero no me había puesto a pensar bien las cosas, me dejé llevar por el momento, la persona y el cariño. Tal vez era costumbre, tal vez era necesidad, pero todos nos merecemos una segunda oportunidad, y yo estaba dispuesta a que me demostrara que de verdad la merecía.