Capítulo 17: La muerte seduce

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Fayry tomó un respiro profundo mientras atravesaba la calle. Estaba ansiosa, sentía que en cualquier rincón aparecería esa loca a terminar con lo que empezó. Pero cuando recibió la llamada de Lisa no pudo negarse. Pareció muy sorprendida cuando la escuchó, por extraño que sonara le causó una extraña sensación en su estómago cuando escuchó su tono de voz. Algo no le cerraba y más cuando la citó en su casa. Dijo que solo sería una cena tranquila, que hace mucho no se veían, entonces, ¿por qué tenía esa extraña sensación en su cuerpo? 

Por supuesto Peter no quería que volviera a salir sola, pero ella lo tranquilizó diciéndole que era su amiga, que no le haría daño. Él hasta le había ofrecido suspender su guardia en el hospital para acompañarla, pero ella se negó rotundamente a la idea. No debía seguir interfiriendo en su vida o al menos es lo que Fayry pensaba que era lo correcto. Se sacudió las cucarachas en su mente, estaba cansada de vivir desconfiando de todo el mundo. 

Una zona céntrica de la ciudad, un edificio que exudaba elegancia por todos los poros. ¿Cuantas veces había estado en aquel lugar? ¿Por qué esta vez se sentía tan diferente?, se preguntaba así misma caminando por el vestíbulo. Distraída con sus oscuros pensamientos, dio una respuesta autómata al portero. No se demoró mucho mas y se subió al ascensor sintiendo la adrenalina correr por sus venas con fuerza, su corazón latía desbocado en su pecho. Definitivamente tenía que empezar a trabajar con su problema de ansiedad. Esta iba a ser una noche de chicas, nada malo iba a suceder. Apretó su bolsa contra su costado y cuando llegó a su piso camino con seguridad. Tocó el timbre. Como si la hubiera estado esperando pegado a la puerta su amiga le abrió con una de esas encantadoras sonrisas patentadas. 

Decir que estaba despampanante era poco. Llevaba un vestido negro con un pronunciado escote y su espalda descubierta, la fina tela de seda que le caía por sus curvas daba la impresión de que no llevara nada encima. Con su dorado cabello recogido de forma elegante y zapatos con tacón aguja de diseñador. Implacablemente maquillada, su amiga estaba deslumbrante. Confundida se hecho una mirada a sí misma. Vaqueros gastados y rotos. Camiseta de tirantes manga corta y una sencilla chaqueta de cuero. Con sus siempre confiables converse negras. No estaba tan mal vestida, pero a comparación de su amiga parecía como si hubiera salido del basurero. Sus mejillas no dudaron de teñirse de un profundo escarlata, avergonzada de su apariencia desalineada.

- No sabía que íbamos a salir, me hubieras dicho y me ponía algo acorde. - Dijo ofuscada por sus pintas, la rubia le regalo una sonrisa de plástico. Como todo en ella, le sonó vació.
- Estás absolutamente perfecta, estaba probándome este nuevo vestido que compré y me emocioné un poquito. ¿Qué te parece? ¿Cómo me queda? - Le dijo dejándola entrar a su casa, la mesa ya estaba puesta.
- Pues, estas endiabladamente radiante, me siento abatida como mujer al lado tuyo.- La rubia le regaló una sonrisa más amplia estrechando un poco sus ojos azules.
- Esa es la idea querida, pero ponte cómoda, tengo la cena en el horno. 

Fayry se sentó en la mesa, era extraño que su amiga la invitara a comer, después de todo no era muy buena en la cocina. Y más con algo que ella misma preparara, comúnmente pediría algo. Su actitud no levanto más sospechas en Fayry, todo parecía natural en Lisa. Seguramente después de todo lo que le había pasado quería agasajarla. Se sintió mal al pensar en que buscaría hacerle daño. 

- Dime querida, ¿has hablado con Daryl? - el tono de su voz le sonó un poco más agudo de lo normal, Fayry ladeó su cabeza a un lado. La verdad es que había tenido poco contacto con él después de que ambos la trajeran a su casa.
- No mucho, estuve demasiado ocupada con otras cosas.- Fayry era sincera en sus palabras, no había nada que ocultar después de todo. Lisa estiró la mano y tomó la suya en un gestó compasivo.
- Oh, mi pobre amiga. Habrá sido muy duro para ti, todo lo que ha sucedido. - Fayry no era una persona que se jactara de compadecerse, era más bien de las que a pesar de todo lo malo, seguía adelante. 
- Sé que esto es solo un bache, saldré adelante, no te preocupes.- pudo contemplar un brillo extraño en sus ojos que rápidamente desapareció, le dio un suave apretón y la dejó.
- Tienes razón, esto es solo un bache, no hay nada de qué preocuparse. Tú siempre tan positiva. ¡Oh, que tonta!. Se ha acabado el vino, es mejor que vaya por otra botella. Déjame que vaya a buscarla, la tengo en mi alacena especial- Fayry arqueó la ceja confundida por su cambio repentino de humor.
- ¿Alacena especial? - soltó la joven castaña con la sonrisa misteriosa de su amiga que se levantó de su lugar.
- Sí, solo espérame aquí. Hice algunas remodelaciones.

Lisa se encaminó por el pasillo hacia una de las habitaciones. Fayry se quedó esperándola por alrededor de media hora. ¿Qué le tomaba tanto tiempo? Se levantó de su lugar y empezó a vagar por el lugar. Encontró algunas fotos con Daryl, su amiga realmente estaba enamorada de ese hombre. Ella se había alejado de la familia Ortega para evitar conflictos innecesarios. Cuando su memoria volvió, también recordó los momentos incómodos con el gánster. Camino unos pasos cuando escuchó unos sollozos a lo lejos. Preocupada abrió la puerta en donde venía aquel llanto. De espaldas a ella estaba su amiga. La habitación estaba completamente a oscuras. Escucho un ruido cerca de ella que le llamó la atención. Había alguien mas en la habitación, sentado a oscuras, una silueta que no alcanzaba a adivinar.

- ¿Lisa? - soltó algo confundida acercándose a su amiga, sus palabras quedaron en el viento cuando la rubia arremetió contra ella blandiendo un cuchillo de carnicero entre sus manos, a duras penas pudo esquivarlo quedando cerca de la persona que estaba en las sombras. 
- ¡Quise darte una muerte digna! ¡Pero tenías que ser más dura que la hierba mala! ¿Verdad, perra? - La persona a su lado se removió inquieta, levantó los ojos para ver a Daryl atado a la silla con un profundo corte en su cabeza en donde la sangre brotaba creando raíces carmesí sobre su piel morena. Volvió a mirar a su desquiciada amiga y se apartó de nuevo, pero esta vez no lo suficientemente rápido y el cuchillo se hundió en su hombro.
- ¿Que dices Lisa? ¿Te has vuelto loca? - Las lágrimas creaban ríos ennegrecidos sobre sus mejillas, parecía alguna especie de muñeca Barbie de la casita del horror.
- ¡Si, he perdido completamente el juicio! Te juro que te creí con esa cara de mosquita muerta que tienes, pero mientras yo era tu amiga, intentabas seducir a mi hombre ¡No te bastaba solo con Matt, sucia ramera! Me alíe con esa inútil de Lana, descubrí que si quieres que las cosas salgan bien tienes que hacerlas tú misma. ¿Disfrutaste tú última cena, perra?, ya no nos molestara más. ¡Hasta me puse las mejores galas para el funeral de mi mejor amiga! después de esto todos seremos felices, sucia huérfana.

Sintió como si sus palabras se enterraran como dagas en su corazón. Ella nunca la había traicionado de ninguna manera. Más allá de los intensos intentos de su novio, ella nunca lo acepto. Ni siquiera le dio la más mínima oportunidad. Descubrir que su mejor amiga la quería muerta le abría una herida imborrable en su corazón. Fayry no se rendiría sin pelear. Poco tiempo le quedó para estar impactada cuando la rubia volvió a blandir el cuchillo contra ella. La pateó en las costillas mandándola lejos. Necesitaba regresar a la sala y recuperar su celular, dejarlo colgado en la silla había sido su error. Se arrepentía de no haber escuchado a Peter cuando le habló. No había nadie en quien confiar, nunca más. 

- Estúpida, rubia hueca y psicópata, nunca me metí con Daryl, él nunca tuvo oportunidad conmigo. Y si, ¿sabes? Me rogó mil veces para que le diera una oportunidad, pero nunca lo hice. Porque uno, no me gusta, estaba enamorada de su estúpido hermano y dos siempre te respeté porque se supone que eras mi jodida amiga. Si no sabes cuidar a un hombre, significa que tu fama de zorra no te precede(.) ¿Por qué será que a ti te usan y conmigo se quieren quedar?, porque estás podrida por dentro ¡Me das lástima! - le gritó logrando enfadarla aún más, si creía que se iba a quedar quieta mientras terminaba con ella estaba muy equivocada. Su corazón se había vuelto de hierro, una herida más no le hacía nada. 

Don't RememberWhere stories live. Discover now