Capítulo: 34 "Amarre"

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Wei Wuxian y XingCheng eran llevados hacia una parte trasera de la cueva, siendo arrastrados, sus consciencias estaban idas, perdidas, por lo cual fueron llevados como muñecos, los amarrón de las muñecas y los amordazaron, a los minutos sus mentes regresaban a ellos, la consciencia volvía a renacer, al verse atados, el miedo les recorrió su medula espinal, trataron de soltarse, pero los amarres de sus muñecas se apresaban con mayor fuerza, mayor presión, dolían, ardían, sentían que pequeñas hormigas caminaban de un lado a otro sobre sus manos, la ansiedad los ahogaban, trataban de zafarse, pero todos sus intentos fueron inútiles.

-Vaya, las putas ya recobraron la consciencia. – Dijo un joven con túnica rosa palo, con el símbolo de un brillante rojo sol bordado en las mangas de su túnica, se acercó lentamente hacia ellos, puso sus palmas de la mano contra las suaves y blancas mejillas de los donceles, estos forcejearon, con los ceños sumamente fruncidos, alejaron sus rostros al lado contrario de las manos del joven Wen.

-Wen Wuxian de verdad eres hermoso, tienes un cuerpo que provoca deseo en muchos hombres, como toda una ramera que seduce a sus clientes, debido a sus atributos y encantos. – Wei Wuxian sintió una amargura en su paladar, su ser se retorcía en repulsión.

-No te pongas celoso, tú también tienes tu encanto, además no creo que el amo Wen Chao se enoje si te doy una lección. – Dijo el joven Wen mientras sus manos recorrían el pecho, las caderas y piernas del doncel, al cual resistía el impulso de vomitar, las áreas que tocaba se sentían sucias, asquerosas; sin tiempo que perder soltó las cadenas de las amarraduras de las muñecas, luego se lo llevo del cabello, arrastrándolo por todo el suelo, dejando la túnica crema manchada de lodo y fango.

XingCheng trato de gritar, de zafarse, la desesperación e impotencia lo asfixiaba, temblaba de rabia y asco, necesitaba a Son Lang, anhelaba estar en sus fuertes brazos, que sus labios se fusionaran con los suyos, que sus manos recorrieran su cuerpo como si fuera su mismo cuerpo, quería sentir el amor adentrándose hasta lo más profundo de su ser, de su cuerpo, mente y corazón. Sin embargo, la realidad no era esa, pues el destino tenía preparado otra cosa, siendo empujado y estrellado contra el duro suelo, habían salido de la cueva, a varios metros de la entrada, el doncel permanecía atado de sus muñecas y amordazado, impotente y asustado.

El joven Wen sonrió con lascividad, desgarro las túnicas del doncel, las destrozó y las arrojó al otro lado, XingCheng se resistía, sus gritos de auxilio y odio eran atrapados, sin poder salir, sus lágrimas salinas se deslizaron por sus mejillas, las manos del joven Wen recorría con furia el blanco y delicado cuerpo del doncel, con cada roce, este se contraía, en un intento de resistencia, golpeo fuertemente el abdomen del joven Wen, provocándole un profundo dolor en su interior, provocando que bajara la guardia, XingCheng inmediatamente volvió a patearlo, logrando tirarlo, como pudo se levantó torpemente, corrió desesperadamente, pero a los metros recorridos fue embestido y estrellado contra el suelo, el rostro del joven Wen reflejaba rabia y cólera, con una maliciosa sonrisa, dijo en un tono divertido.

-¡¿Crees que escaparías de mi perra?! Me las cobrare el doble, pero descuida, te fascinará. – Sus manos estrujaban sus esponjosos y delicados glúteos, adentro tres dedos en la rosada entrada, gotitas carmesíes salió de ahí, pues fue violentamente forzada a aceptar las duras embestidas de los tres dígitos, tres largos dedos desgarrándola.

El dolor era insoportable, revolvía sus piernas en desespero, su cuerpo se ensuciaba con la tierra y el césped, insultos y maldiciones atrapadas en su garganta, el asco y el odio albergaban su consciencia, el joven Wen estaba molesto de que el doncel no se quedara tranquilo, sus estúpidos intentos de detenerlo lo aburrían, e impedían continuar con su diversión. Por lo que le proporcionó un fuerte puñetazo en el rostro de XingCheng, la cálida sangre empezó a escurrir de su nariz, en su campo de visión aparecieron estrellas, que se desvanecían con los segundos, el dolor en su boca, se entumecía, las estrellitas se desvanecían y el color negro invadía su visión y su mente.

El doncel quedo desmayado al recibir dos puñetazos en su rostro, la sangre brotaba de su nariz y de sus labios, pues las habían roto, ya inconsciente, el joven Wen retiro sus dedos de la entrada rojiza y lastimada, pero cuando posicionó su miembro para abrirse camino dentro del doncel, fue empujado fuertemente hacia atrás, sin previo aviso recibió una patada en su rostro, haciéndolo escupir sangre fresca y algunos dientes blancos de hueso bañados en su propia sangre, el dolor e ira lo albergó, cuando iba a levantar su rostro para enfrentar al desgraciado que se atrevió a golpearlo.

El filo de una espada estaba sobre su cuello, el chico de la espada se posiciono atrás del joven Wen, ese chico tenía una mirada oscura y fría, con una cola de caballo sujetando su cabellera azabache y una túnica oscura con amarillo, con una sonrisa que hacia estremecer a cualquiera que lo viera, le susurró algo a la oreja del joven, volviéndolo pálido fantasmal.

-Te enseñare a no tocar lo que es de mi propiedad. – Sin más que decir, arrastro al joven Wen detrás de unos árboles cerca de allí, unos minutos después, alaridos y gritos de dolor se escucharon, luego el silencio reino.

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elvis- Sempai 

El doncel del amor y la cultivaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora