8. Date prisa, nadie te espera.

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Cuando Jongin volvió a su habitación alrededor de las tres y treinta y tres de la madrugada del día siguiente, encontró a Sehun sentado frente a su escritorio con la cabeza echada hacia atrás y una mano colgando por fuera de la ventanilla. Llevaba una de las camisetas azules de manga corta de Jongin y los binoculares colgando de su cuello. Su cabello estaba desordenado, su cabello nunca solía estar desordenado. También su mirada lo estaba. Varias hojas escritas cubrían el suelo a su alrededor.

"Sehun", llamó. El nombre sonaba extraño en su voz. "Estás escribiendo."

"Sí, Jongin" no apartó los ojos de donde habían quedado enfocados, en el techo. "¿Te gustaría leerlo?"

"¿Por dónde debería empezar?" miró hacia el suelo, intentando encontrar un principio. Tenía una de las hojas bajo su zapato, se arrepintió de no estar descalzo. "¿Qué es eso de ahí?" señaló una caja colocada bajo el escritorio, junto a los pies de Sehun.

"Vino" su mirada aún estaba desenfocada. "No estoy seguro de si hay un principio. Podrías empezar por donde sea, supongo".

"No sé." Dijo recogiendo un par de hojas. "¿Y si empiezo por el final? Podría no interesarme el resto". Sehun rió, a medias. "¿Por qué no bebiste?" Jongin se acercó, dejó las hojas sobre el escritorio que al instante empujadas por el viento volvieron a caer al suelo. Entonces apartó la mano de Sehun de la ventanilla antes de cerrarla. "¿No pudiste descorchar la botella?"

"No." Sehun envolvió su brazo alrededor de su cintura. Levantó la cabeza y miró una botella ahora en la mano de Jongin . "Sabía cómo abrirla pero decidí no hacerlo".

"Te gusta beber y te gusta el vino".

"Sí," dijo Sehun. "pero Chanyeol se fue justo después de dejar aquí la caja."

"No deberías beber a solas" colocó la botella de nuevo en el suelo, fuera del alcance de Sehun.

"No," dijo mirando por fin a los ojos de su amigo "Si prometí no hacerlo, no debería hacerlo".

Jongin asintió con la cabeza y sin nada más que decir, recogió de nuevo un par de hojas y comenzó a leerlas. No era la primera vez que leía algo escrito por su amigo. Cuando aún estaban en el colegio, Sehun dejaba que Jongin revisara su trabajo. No porque le importara su opinión. No porque necesitara algún consejo al respecto. No porque quisiera ver su reacción. Solo porque era Jongin.

Lo que leyó era perturbador. Era una conversación entre dos personas, una de ellas acababa de saltar del quinto piso de un edificio y la otra lo sostenía sobre su regazo. Ésta última dudaba entre si debía dejar solo al suicida aún con vida y pedir ayuda o permanecer a su lado hasta el inevitable destino que era la muerte. Sin embargo, no había horror en aquellas palabras. El diálogo se basaba en cómo el moribundo intentaba describir el color que veía cuando cerraba los ojos y la escena estaba escrita con tanta delicadeza que, excepto cuando se hacía mención a la sangre y restos de carne plasmados en el suelo, parecía tratarse de una escena romántica.

"Así que," Jongin levantó la mirada del papel "¿esto es lo que te piden que escribas, esto es lo que les gusta?"

"No." murmuró Sehun. "Es lo que me gusta a mí."

Jongin esbozó una leve sonrisa y tras una breve pausa, preguntó: "¿Por qué saltó?"

"Estaba cansado" respondió frotando su muñeca adolorida.

"¿De qué?" Jongin preguntó de nuevo. "¿De estar solo?"

"No", sacudió la cabeza. "Él tenía a muchas personas a su alrededor."

"¿Entonces tenía una enfermedad terminal y decidió acelerar el proceso?"

"No. Él estaba perfectamente sano."

"¿Perdió todo su dinero?"

"Tenía más que suficiente."

"¿Era imbécil?"

"Puede", dijo y se rió. "Pero no fue por eso."

"Esas son las principales preocupaciones del ser humano. Si no es ninguna de esas, ¿por qué lo hizo?"

Silencio. "Jongin," Sehun comenzó entonces desviando la mirada por todo el suelo, por las palabras que se había llevado el viento, "¿eres feliz?".

"Sí" dijo Jongin casi al instante, "¿por qué no iba a serlo?"

"Porque". Se interrumpió a sí mismo, colocando los binoculares delante de sus ojos para mirar a través de ellos. Jongin odiaba estas pausas dramáticas. Él era consciente de la incapacidad de su amigo a la hora de expresarse pero eso no lo hacía más soportable. Sehun podría ser un libro que Jongin leía con facilidad pero también era de esos libros que debían ser sacudidos hasta que las palabras cayeran de ellos porque no bastaba solo con leerlas. "¿Por qué lo serías?"

"Así que" Jongin decidió ignorar la pregunta, "¿tú no lo eres?" Sehun frunció el ceño y se quitó los binoculares. "O sí. Pero estás asustado de serlo y por eso decides intentar asesinar a una persona que lo era a través de tu libro".

"¡No!" gritó Sehun casi horrorizado. "Yo no..."

"¿Por qué estás siendo un cobarde escondiéndote aquí, entonces?" Los ojos de Jongin se agrandaron. "Perdón. Por un momento olvidé que eres tú."

Más silencio.

"Volveré" respondió Sehun. "A casa."

"¿Te vas?" Los ojos de Jongin se agrandaron aún más. "Pero si acabamos de reencontrarnos".

"Jongin, no tengo dinero" dijo poniéndose de pie. "Ni ropa. Y tú tienes tu trabajo, apenas te veo". Y sin darle tiempo para una respuesta añadió: "Además, prometiste ir a ver una de mis obras. Nos volveremos a ver."

Jongin agacha la cabeza sofocando un suspiro. "Si prometí hacer algo, debería hacerlo. Estar aquí encerrado a solas no es lo que mereces de todos modos".

"Ha sido divertido" Sehun asintió con su cabeza lentamente. "Estoy feliz de haberte encontrado otra vez. Quizás nunca debí haberte dejado atrás."

"Eras el mejor de la escuela" Jongin dijo dando la vuelta a la hoja, encontrando uno de sus dibujos. Era un retrato que hizo de Kyungsoo días atrás mientras éste cocinaba, ajeno a cualquier cosa que no fueran los ingredientes en sus manos. "¿Por qué ibas a quedarte conmigo?"

"¿Quién ha dicho que me hubiese quedado?" exageró el tono de su voz. "Podrías haberte mudado a la capital. De hecho, aún estamos a tiempo" agregó dando una palmada. "Recoge tus cosas, vienes conmigo".

Jongin balbuceó.

"Es broma" dijo Sehun incapaz de contener la risa. "Este lugar es tu sitio. Aquí está tu fuente de inspiración" señaló el papel que aún sujetaba Jongin. "Lo que haces con solo un trozo de carbón es asombroso."

"Sehunnie..." Jongin comenzó a responder y Sehun puso los ojos en blanco ante la palabra, "creo que por eso lo soy" su amigo levantó una ceja, expectante y confundido. No tuvo que decir nada para que Jongin supiera su pregunta. "Soy feliz porque espero que los demás lo sean también".

"¿Qué eres, un ángel?"

"No lo entenderías" Jongin sonrió y entonces recordó. "¿Cuál era el color que veía?"

Sehun tardó en comprender la pregunta pero cuando lo hizo respondió casi al instante: "Azul".

Canciones azules para cobardes. [Chanbaek/Sechen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora