La oscuridad se cernía sobre ellos mientras escuchaban su respiración agitada. El traqueteo del ascensor descendiendo en la oscuridad era el otro sonido que escuchaban, nada más. La oscuridad era impenetrable, mórbida, agobiante, como si estuvieran descendiendo a las mismísimas profundidades de un gigantesco monstruo una vez atravesada su garganta. Tenían la sensación de que llegarían a su estomago y allí serian digeridos para luego ser expulsados a las entrañas de ese horripilante ser, para perderse en la oscuridad y que nada más se supiera de ellos cuatro. Y cuando ya estaban en el punto más álgido del terror, ese en el cual se pierden toda esperanza o deseo de vivir, cuando la histeria y la locura están apunto de invadir la mente, fue en ese momento cuando la luz apareció.
A través del cristal del ascensor, a unas desenas de metros de este, un gigantesco cartel de luces de neón les daba la bienvenida a su nuevo hogar.
BIENVENIDOS A CIUDAD SUBTERRANIA: REFUGIÓ DE LA NUEVA CIVILIZACIÓN
Como si hubieran visto la luz de un faro en medio de una tormenta en alta mar los cuatro pasajeros del ascensor suspiraron aliviados, dejando salir el aire que habían estado reteniendo durante unos segundos, o incluso minutos. Después del cartel los cuatro pudieron observar como a sus pies se extendía una ciudad construida en las entrañas de la tierra. Una ciudad, la cual seria su nuevo hogar. Allí estarían a salvo de los peligros del exterior, de la peligrosa miasma que se cernía sobre la humanidad, a salvo de la muerte y de la destrucción, o eso creían.
El ascensor descendía con lentitud, sin prisa por llegar a suelo firme, como si intuyera que pocos minutos después toda esperanza se desvanecería. Pero eso los cuatro no lo sabían, ellos estaban felices y contentos, habían dejado la oscuridad atrás y solo veían ahora la luz al final del cráter, lejos de la histeria que se había adueñado de la superficie. Pero todo cambió de repente, cuando estaban a escasos metros del suelo el cristal del ascensor implosionó y un pesado cuerpo entro en el interior. No sabían que era exactamente lo que había pasado, lo que sabían era que, si no salían lo más rápido que pudieran de esa caja de acero y vidrio, esta se convertiría en su propio ataúd.
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CIUDAD SUBTERRANEA
Science FictionEl miasma ha puesto en peligro la supervivencia de la humanidad, se creían a salvo en las entrañas de la tierra, nada más lejos de la realidad.