Habían veces en las que de verdad me gustaría gritarles a todos que se vayan al infierno. Pero no, como todos, tenia que controlarme y aparentar normalidad.
Quizás es parte de ser joven, solo quieres mandar al demonio todo y hacer tu santa voluntad, pero no, eso no se puede, tienes que seguir una serie de reglas de trato social y una que otra religiosa para estar en paz con todo el maldito mundo.
Siempre me había fastidio como las personas se involucran en las vidas de otros, o como intentaban mostrarse superiores solo por haber vivido una mierda y sobrepasarla como sus pendejos sentidos les daban a entender.
No sé.
Ignorame.
Quizas difieras de mi forma de pensar.
Y eso esta bien.
No busco compartir ideas con alguien mas.
Solo...
No sé.
De repente me entro odio por el mundo.
Quizás sea por el ruido de la aspiradora en la sala, por el canto incesante y desafinado de mi madre, por los gritos de mis hermanos intentando entrar al baño primero, por haber dormido en una mala posición y tener un espantoso dolor en mi maldito cuello, o por que nuevamente mi deseo de morir dormido no fue cumplido.
O tal vez todo radique en que es Lunes. Realmente es un día que puede sacar lo peor de todos.
-¡Arthur! ¡¿Ya te estas bañando!?- Urgg el odio al mundo me a vuelto. No se si sera cosa mía, pero por las mañanas odio la voz de mi madre. Si, si, si, soy un maldito y todo lo que quieran, pero no es mi culpa que esa mujer suene tan exasperarte en las mañanas, sobre todo con sus tontas preguntas.
-¡Si, mamá! ¡Ya hasta estoy en la mesa comiendo! ¡¿No me viste servirme cereal!?- La voz de mi padre no tarda en oírse.
-¡Oyeme! ¡No le contestes así a tú madre!- Ja' viejo hipócrita, el es el primero en responderle en mala forma a mi madre, pero si se atreve a gritarme a mi. Que se joda.
-Si, si, si, lo que sea.- Mascullo en la seguridad de mis cobijas. Que se joda la vieja de orientación, no pienso levantarme temprano para escuchar su mierda, prefiero usar mejor esas dos horas descansando apropiadamente.
Mientras yo me acomodaba de lo mas tranquilo para volver al mundo de los sueños, donde no habían madres exasperantes, ni padres hipócritas, la puerta de mi habitación fue abierta sin ninguna delicadeza.
-¿No oíste a mamá? Levántate ya, basura.- Me cubrí la cabeza con las mantas, y solté un gemido lastimero. ¿Por que de entre todos mis hermanos tenia que venir Scott a levantarme?- ¿Acaso tienes mierda en los oídos y no me escuchaste? Te he dicho que te levantes.- Joder, ¿no podían mejor mandar a Peter para que me levantara? Por lo menos a el podía patearlo e ignorarlo, o incluso a Bryan y Ryan (gemelos) que seguramente me lanzarían un cubo de agua helada, son mejor opción que el idiota de Scott. Aun que pensándolo mejor, si pudiera escoger elegiria a Glen, por lo menos con el podría llegar a un cuerdo para que avale alguna de mis excusas para poder faltar a la escuela.- Estoy perdiendo la paciencia, conejo, sera mejor que te levantes antes de que cuente hasta tres si no quieres que yo mismo te saque de la cama.- Oh, esa era su señal para levantarse.- Uno..
-Ya, ya, ya entendí.- Avente las mantas lejos de mi con brusqueridad y me levante de mala gana. Mire con odio a mi idiota hermano, y me encamine a mi armario, resignado a separarme de mi gran amante: la cama.
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La vida de adolescente de Arthur Kirkland. Hetalia
FanficEmociones que suben y bajan como en una montaña rusa, un joven en la flor de su juventud con la actitud de mierda típica de un adolescente. Ese era exactamente Arthur Kirkland. Un chico mas en la "bendita" etapa de la adolescencia.