His Last Smile *KookMin*

5.- Te seguiré a donde sea.

El sonido de personas golpeando sus uñas contra los antebrazos de las sillas, plumas deslizándose por formularios médicos, miles de palabras azotando sus oídos mezclándose en conversaciones ajenas, los latidos de su corazón en la punta de sus dedos, una cosquillita incómoda en su estómago, comenzaban a aumentar la ansiedad de Jimin que sentía en ese preciso momento.

Nunca le agradaron las inyecciones, se hizo a la idea cuando se enteró de su enfermedad y que nada evitaría se le pinchara el brazo en sesiones programadas. Esto no quitaba el hecho de que aún se sintiera nervioso, sin cuidado empezaba a morder su labio tal cual un infante haría.

Una suave caricia a su mano le sacó del trance en el que se encontraba.

-Estaré en todo momento contigo- le dijo JungKook tratando de transmitirle un poco de paz con una mirada llena de cariño y compasión. Jimin giró a verle embelesado, poco a poco caía en el encanto del castaño.

-Lo sé- asintió- Se que es raro pero no ha desaparecido aquel sentimiento de ansiedad que presentas cuando eres menor y te pondrán alguna de tus vacunas, es extraño. Parezco un niño-

-Park Jimin- anunció un enfermera buscando al susodicho con los ojos.

-Aquí- respondió levantándose de su lugar a lado del más alto.

-Por aquí, chicos- sonrió dirigiéndolos a una sala comunitaria, entraron observando a varios pacientes sentados en cómodos sillones de color caramelo, con un jugo en mano y una pequeña galleta de chocolate- Conoces el procedimiento, Jimin, el doctor Campbell vendrá en unos minutos. Chico guapo, puedes esperar en esta silla ¿Quieres algo de tomar?- con una sonrisa se dirigió a Jeon.

-¿Jugo de arándanos, tal vez?- frunció sus labios por la amabilidad en la enfermera.

-El mismo que mi Jiminnie, en un momento se los traigo. Levanta tu camisa hasta dejar descubierto tu brazo- le ordenó al peligris, este atinó a dar un gesto de entendido con su mano derecha. Cuando Olivia se retiró para atender a otro paciente, Park comenzó a hablar.

-Olivia cree que eres guapo- comentó cuando JungKook tomó asiento.

-Lo sé, soy irresistible- le guiñó un ojo provocando se sonrojara.

-Puede ser- dijo sonando levemente convincente, Kook abrió sus ojos sorprendido.

¿A caso sonaba a afirmación? Pensó rápidamente.

-Entonces ¿Crees qué soy lindo?- interrogó mirando los fanales contrarios con un brillo impropio en ellos.

Cuando el peligris estaba a punto de responder, una voz lo interrumpió.

-Muy bien, Jimin ¿Estás listo?- cuestionó el doctor Campbell llevando en sus manos una bandeja plateada con una bolsa llena de líquido transparente, un largo tubito con un diámentro de aproximadamente 3 cm, una aguja y un clip que ajustaba la velocidad con la que caería el tratamiento- Recomiendo que la quimio entre paulatinamente, tu cuerpo debe acostumbrarse de nuevo al medicamento. Sugiero se queden aquí por dos horas hasta completar el paso completo del Cytoxan, Adriamicina y Fluorouracilo. No debemos apresurar las cosas Jimin ¿Okay? ¿Tienes pendientes de la escuela? No sé ¿Tarea o proyectos?-

-Sí ¿Por?- contestó sin entender.

-Perfecto, haz todo lo que puedas mientras estás aquí porque después de la quimio necesito que descanses el día entero, mediremos tu peso y basándonos en él, aumentaremos la dosis del Cytoxan, te sentirás más débil que de costumbre y no creo, como tu doctor y persona más cercana que tienes, te sobren ganas para realizar un análisis o diagnóstico de equis tema escolar así que...- miró al castaño que permanecía inmerso en todas las palabras que decía el médico, estaba enfrascado en las indicaciones y nuevas dudas surgían dentro de él- JungKook, te daré la encomienda de que Jimin realice todo lo importante respecto a sus materias ¿De acuerdo? No quiero que se estrese si sus notas bajan, eso perjudicaría todos nuestros intentos por volver a combatir el cáncer ¿Me has entendido?-