Negarse a sí mismo, como tratar mal a quienes estimaba, eran aspectos de lo más contradictorios en su forma de ser. Sin embargo, continuar rechazando lo evidente le estaba comenzando a causar problemas, y aunque no lo quisiera, una ligera angustia.
Probablemente sólo debería preocuparse de solventar la incertidumbre de su población con su salida de la Unión Europea, aunque tenía la certeza de que su economía, y absoluta autonomía política le iban a beneficiar.
Pero sus conflictos estaban comenzando a volverlo más hostil de lo normal. No podía evitar enojarse con la imagen de Francia y Alemania hablar absortos en sus temas, e incluso verlos tan cómodos como grandes amigos.
No tenía simpatía por uno de los que dirigía implícitamente la Unión, no desde las guerras mundiales, no nunca.
Y antes negaría que no estaba celoso, ¿de qué? ; No obstante, las marcas de sus uñas en sus palmas por la fuerza de sus puños al cerrarse, mostraban que eso le afectaba.
Al final, llegó a la conclusión que siempre había sabido, al menos desde que encontró a Francis al término de la segunda guerra mundial: se había enamorado de su enemigo, y muy probablemente siempre lo había estado.
-Les recuerdo que la unión está conformada por otros países -murmuró Arthur con la intención de ser escuchado por Ludwig y Francis.
Alemania frunció el ceño y Francis miró algo sorprendido el comentario; hasta Grecia despertó de su siesta, mientras esperaba que los otros países llegarán.
-Angleterre? -cuestionó Francis parpadeando un par de veces.
En las reuniones mundiales, Arthur intentaba buscar pasar tiempo con Francia, pero terminaban discutiendo.
-¡Seguro usas tu cabello largo para cubrir tu horrible rostro! -fue lo que dijo Arthur, cuando Francia no le puso atención por hablar con España.
-¡No voy a aceptar que me insulte alguien con una cocina tan insípida! -refutó ofendido Francis. Las demás naciones no hicieron caso, era perfectamente normal que ellos pelearán.
Arthur realmente no quería que las cosas acabarán así. Se arrepentía de haber rechazado la propuesta de "matrimonio" de Francia décadas atrás, probablemente entonces Francis sería un territorio suyo, sin necesidad de estar peleando con su conflictiva personalidad propia mientras buscaba su atención.
Ser honesto consigo mismo era demasiado estresante. Había hecho mucho por Francis, ¿por qué no era más amable y dulce con él? La guerra de cien años les había hecho daño, pero pensó con la cercanía que tuvieron después de la segunda guerra mundial, que ahí podría haber algo... Pensó que...
El salvó a Francia, e incluso apoyó a Canadá y Estados Unidos que se involucraron en la guerra, aunque fuera por sus propios intereses.
Claro que fueron muchos elementos que los alejaron de una u otra forma: después de la guerra, Inglaterra, no de manera intencional, pareció hacer sentir a Francia en deuda con él, quien terminó cansado de todo eso.
«Sin ustedes yo hubiera dejado de ser Francia, pero no puedo soportar más tu actitud, es como si volviera la guerra de cien años y quisieras mi territorio, ¿qué es lo que quieres Arthur?»
Exigió cosas de Francia que no debía, agradecimiento, a veces incluso su libertad.
La guerra los afecto de muchas maneras, y el comportamiento de Arthur no había sido el mejor, tampoco el de Alfred que estaba sacando provecho sin sutileza de la Alemania dividida y debilitada, casi mostrando un acuerdo tácito de tensa calma con Rusia, controlando cada uno una parte.
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Lost, In You [Hetalia] [UkFr]
FanfictionArthur era la persona menos honesta que podría existir, especialmente consigo mismo. Llevaba años peleando y buscando guerras contra Francis; siglos y siglos anunciando su odio, esforzándose en hacerlo evidente, una mentira en realidad. En realida...