Capítulo 13: La ley del espejo.
Skyler.
— Quiero ser tuya, Z— muerdo mi labio inferior.
Tenerlo tan cerca me asusta pero resulta excitante al mismo tiempo. Me asusta porque la cercanía con otras personas no es lo mío pero resulta excitante por todas las sensaciones que me agobian en este momento. Como la increíble necesidad de sentir sus manos por todas partes o su lengua o tenerlo encima mío como justo ahora.
Esto no es lo que tenía planeado al esconderme en el que, poco a poco, se a vuelto mi refugio. Intentaba escabullirme de mi misma con nada más que algo de chocolate. Y sí, suena estúpido de cierto modo pero en estos últimos días tengo demasiados sentimientos encontrados que de un modo u otro empiezan a agobiarme.
Observo los jugosos labios de Z entreabiertos. Siempre he pensado que usa labial porque a sinceridad todo el tiempo lucen tan húmedos y perfectos, como una invitación silenciosa a lo peligroso y lo peor de todo es que me atrevo a aceptar aunque todo es muy difuso por ahora.
Quizá deba entregarme a esto.
Quizá deba jugar sus cartas.
O quizá dejar se ser estúpida y detener esto.
Le pedí me enseñara todo sobre el sexo, los hombres, las citas y técnicamente no ha hecho nada pero no empiezas a comer por el plato fuerte; pides la entrada y no el bistec. Sin embargo, en este instante no deseo detenerme, no ahora cuando he descubierto estas sensaciones.
Dibujo el contorno de sus labios con el dedo índice y él aprovecha para atraparlo succionado con fuerza para luego pasar la lengua por la yema.
Cruza mis brazos por encima de mi cabeza sujetando con una mano; con libre preciona el pulgar contra mi entrepierna e instantáneamente me arqueo mientras una corriente de placer recorre todo el cuerpo.
Zachary no aparta sus ojos de los míos en todo el proceso, lo cual resulta más excitante porque lame sus labios.
— Dios— digo viendo directo a sus ojos pero los cierro cuando presiona una vez más haciendo ligeros círculos— Por favor, Zachary.
Muerdo mi labio a tal punto que duele; escucho una risa ronca escapar de sus garganta.
— Por favor, ¿Qué?¿Quieres que pare?— detiene el movimiento— ¿O quieres que vaya más deprisa, Caramelo? Tienes que hablar, hermosa— esta vez sus movimientos son más rápidos logrando arrancar de mi varios gemidos.
Entierro las uñas en su espalda sintiendo la tela de su camiseta. Deseo más, mucho más.
— Mierda, Zachary.
— Estás muy mojada, Caramelo. Me pregunto cómo será tu sabor— coloca ambas manos a los costados de mi cabeza—. Me gustas y me gustas mucho.
Esa afirmación me sacó de balance por completo.
En estas situaciones esperas todo. Todo tipo se morbosidad y perversión además de peticiones sexuales que a lo mejor resulten ser demasiado escandalosas pero una declaración, no.
Pensar siquiera en la posibilidad de ser de su agrado es desproporcional con todas las discusiones y encontronazos que hemos tenido.
Z es de esos tipos a los cuales una mujer con materia gris no le haría el menor de los casos, no por ser el sexy popular con historial en féminas calientes, sino porque él tiene secretos y un pasado que parece ser complicado para alguien tan joven.
Yo no soy quien para juzgar porque también he decidido callar antes que hablar. Incluso Courney desconoce ciertos secretos porque todos tenemos aquellos que decidimos llevar a la tumba antes que admitirlos en voz alta.
ESTÁS LEYENDO
CLUFF
RomansaSkyler Dallen no es el estereotipo de la chica delgada y sexy que camina por los pasillos del instituto, sin embargo, forma parte del grupo de los populares. Pero esto no quiere decir que sea la tímida, la mala o la falsa. Ella pensaba que no podía...