A veces solo me gustaría parar el tiempo,
tener un botón que pusiera fin a todo,
mirar hacia atrás y reírme del pasado
pues el presente estaría parado
y el pasado ocupado.Quizá el problema no son las horas,
ni siquiera los minutos,
sino la cantidad de segundos estropeados
que acumulamos.Porque cinco segundos rotos pesan más
que seis minutos funcionando.
Un solo segundo averiado pesa más
que mil maravillosas horas.Es cuando reanudamos el presente
que el pasado se ríe de nosotros
pues ciertamente estaba ocupado,
pensando en esos segundos acumulados.
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Un Café Poético
ŞiirRecopilación de poemas y cartas que voy escribiendo. #52 poesía (11.03.2018)