La Última Voluntad de Sísifo

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Ésta es una historia que sucedió en el siglo XVIII, en la tierra de Grecia, que en aquél entonces estaba bajo el dominio del Imperio Otomano. En esta legendaria tierra de dioses y héroes, cercas de la ciudad de Atenas, la más grande ciudad de Grecia, se encuentra una montaña, y en esa montaña se encuentra la legendaria morada de la diosa Athena, la cual no aparece en ningún mapa conocido por los hombres. Es una montaña sagrada, completamente aislada del resto del universo, separada de nuestro mundo por estrellas y gruesos conjuntos de nubes. Esta montaña y esa morada eran conocidas con un nombre conjunto y común: El Santuario.

En este Santuario existieron 88 caballeros, de los cuales, sólo 12 pertenecían al más alto rango, los Caballeros Dorados. De estos 12, el más leal a la diosa fue el Caballero de Sagitario, cuyo nombre era Sísifo. Siendo un adolescente, Sísifo fue enviado por órdenes del Patriarca a un pequeño pueblo de Italia; ahí se encontró con una pequeña niña llamada Sasha, cuya aura emanaba un poder que determinó algo muy concluyente: ella era la reencarnación de la diosa Athena. Esto hizo que Sísifo llevara a Sasha a Grecia, donde ahí sería reverenciada por los demás Caballeros Dorados.

Con el pasar de los años y conforme Sasha crecía, Sísifo comenzó a desarrollar un sentimiento de amor hacia ella, no obstante, dicho amor no solamente era prohibido, sino también imposible, por lo que el Caballero de Sagitario jamás confesaría sus sentimientos hacia la diosa. 

Hasta que el día temido por todos finalmente llegó: El Dios del Inframundo, Hades, finalmente se presentaría en el Santuario, declarando la guerra tanto a la diosa Athena como a todos sus Caballeros. Al salir a enfrentarse al temible dios, Sísifo lo atacó con su flecha, pero Hades hizo que la flecha se regresara contra el Caballero Dorado, haciendo que éste último cayera en un profundo y tormentoso sueño, del cual logró despertar gracias al amoroso abrazo de Sasha. Esto hizo que la lealtad del Caballero hacia la Diosa fuera aún más fuerte.

La guerra contra Hades seguía desarrollándose, todo gracias a las grandes victorias de Sísifo: con sus flechas, rompió todas las barreras de defensa que protegían al Castillo de Hades; al entrar a la fortaleza, se enfrentó a las fuerzas comandadas por Garuda a quien logró derrotar gracias a que Sísifo despertó su Octavo Sentido. 

En los alrededores del Castillo había un pueblo en donde todas las casas se veían algo grises y desgastadas, la gente que vivía en el pueblo se transportaba a pie o a caballo; en esos momentos ya cae el anochecer y a lo lejos se escuchan las campanas de una iglesia que estaba en la mediación del camino entre el pueblo y el Castillo. Un grupo de sacerdotes, entran peregrinando en el interior de la iglesia, cantan una canción y esparcen incienso. Ellos cantan aquí como el coro:


Coro:

-Confiteor Deo Omnipotenti.-

-Beatae Mariae semper Virgini.-

-Beato Michaeli archangelo.-

-Sanctis apostolis.-

-Omnibus sanctis.-

Mientras tanto, ya en un gran cuarto, en frente de la Puerta del Lienzo Perdido, Sísifo comienza a enfrentarse a uno de los espectros de Hades, Pharaoh de Esfinge. El Caballero Dorado camina de un lado a otro, enfrentándose a su oponente; mientras tanto, un buen fuego arde en un pebetero, iluminado el oscuro cuarto donde los dos guerreros se enfrentaban. De pronto sale dentro de los pensamientos de Sísifo, una canción que decía lo siguiente:

-Oh Diosa Athena, tú sabes qué joven recto soy y un hombre ejemplar.-

Coro:

-Et Tibi Pater.-

Sísifo:

-Diosa Athena, tu sabes que muy puro soy, no como el vulgo débil y banal.-

Coro:

-Quia peccavi nimis.-

Sísifo:  

-Entonces Sasha, di porque en el fuego te veo danzar y tus ojos como llamas son.-

En ese momento, Pharaoh extrae el corazón que Sísifo le ofreció para probar la lealtad a su diosa y lo lleva a la balanza, al principio la balanza no se inclina y el corazón es más pesado, pero de repente y para sorpresa de Esfinge hay un equilibrio entre la pluma y el corazón y la puerta se abre, Pharaoh está desconcertado pues la balanza no debería equilibrarse pues la manipulaba con su cosmos. Por otra parte, la mente de Sagitario comienza a reproducir dentro de sus ojos la silueta de Sasha, sonriendo amablemente.

La Última Voluntad de Sísifo (One Shot de The Lost Canvas)Where stories live. Discover now