Si tan sólo hubiese prestado más atención ese día, nada de esto estaría pasando. Lea no estaría tan nerviosa y asustada por el exámen del que no va a entender ni hacer nada; por mi culpa.
—Noah, no pienses que esto es tu culpa— murmuró, como si me estuviera leyendo la mente —. Mi tarea era avisarte, pero por irresponsable y por estar viviendo en las nubes no lo hice— hizo una pausa y pude notar como su miedo sólo aumentaba —. Ese día, después de clase estaba por decírtelo pero me olvidé, así como los otros días y...— suspiró pesadamente — soy una completa estúpida, enserio lo soy —llevo una mano a su frente cerrando los ojos.
—Lea, tranquila, encontraremos una solución —dije, tratando de encontrar alguna.
—No hace falta, no vine aquí a que lo hagas sólo dime si estarás libre para enseñarme cuando tenga que rendir —dijo ya afirmando que no hay solución y me entristeció la manera en la cual no confía en ella en lo absoluto para al menos intentarlo.
—Hoy— se escuchó desde atrás esa voz tan segura y mis ojos viajaron de una Lea asustada a una Emma con una pequeña sonrisa en el rostro pero segura de sí misma —Noah y tú— señaló a Lea —practicarán esta materia del diablo para tu prueba de mañana.
Lea y yo la miramos con el ceño fruncido.
—¿Qué? Emma, eso no tiene sentido— rodó los ojos —¿Crees que el Profesor Burcks me perdonaría al decirle; "Oh, no me sé nada de ésta hoja que si es por mí la quemo con sus horrorosos números y signos porque no hice mi deber como lo pidió". —Lea imitó una voz de inocente que pondría con el profesor Burcks.
Emma rió tomando por los hombros a su amiga.
—Ay amiguita, eres tonta cuando te lo propones —dijo ella y Lea la miró aburrida tratando de entender qué quería decir —¿Qué? ¿Crees que mientras estuvieron hablando de tu desgracia me pasé mirando a mis crushes en Instagram?— alzó una ceja —Bueno, sí, pero también estuve pensando en tu caso— deseé que el profesor aún no venga porque así no sabría de la idea que está tramando Emma en su cabeza —. Te harás la enferma, ya sabes— rodó los ojos como si estuviera hablando de algo obvio —, dolor de estómago, de cabeza o náuseas —Emma sonrió una vez más luego de contarnos todo lo que se ideó en los minutos que Lea estaba hablando conmigo.
Lea apartó las manos de Emma de sus hombros y luego sonrió.
—Siempre se te ocurre lo mejor —Emma le guiñó el ojo cuando su amiga acababa de asegurar que lo iba a hacer.
Lea se giró hacía mí y aunque estaba un poco confundido aún le sonreí también porque ella sonreía y la veía un poco más relajada que hace unos minutos.
—Bien— Emma volvió a hablar —ni bien llega el profesor se lo dices, yo también actúo diciéndole que te acompañaré a enfermería y luego llamarán a tus padres, deberás activar tus dones de actuación al cien por ciento —terminó con una sonrisa inocente.
Lea se giró a mí.
—Noah, ¿Seguro que estarás libre esta tarde? —preguntó ella.
—Lo estaré, pero vé temprano, para luego poder ir al centro comercial— ella frunció el ceño, rápidamente negué con la cabeza —, no es que me preocupe más lo del centro comercial sino...
—Noah, está bien yo también quiero ir al centro comercial contigo sólo que por un momento lo olvidé por todo esto —me sonrió e hice lo mismo.
—Buenos días alumnos y alumnas, disculpen el retraso pero la Señorita Olver me detuvo en el camino— la voz del profesor Burcks retumbó en el salón y todos se voltearon como si estuviesen haciendo algo grave que los llevaría a la oficina del director si se enteraba al entrar —pero aquí estamos listos para nuestro exámen —terminó sonriendo y sentándose tras su escritorio.