Carta cero.

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Querida Summer:

Hoy he recordado todas aquellas cosas que dejaste en mi ático aquella vez que te has quedado en casa. Encontré tu vieja muñeca de trapo, con la que solías jugar desde que te levantabas hasta que la tirabas al charco y tu orgullosa madre tenía que lavarla. También encontré tu diario, empastado en ese color rosa chillón con imágenes de unicornios en tercera dimensión. Ambos bajo la cama que siempre estaba arreglada, con un caramelo bajo la almohada.

Mi nueva esposa, me sugirió enviártelas por correo, pero le he dicho que tú vendrías para Navidad, así que no sería necesario. Ayer durante la fiesta de cumpleaños de el pequeño John, no pudieron pasar por alto los recuerdos de las que tu organizabas para cuando el verano terminase, total, eran las fiestas de tu cumpleaños.

Necesito que me prometas que vendrás, porque realmente no estoy para ir hasta allá a rogarte como hace unos años. Además, soy tu hermano mayor y debes obedecerme.

Solo espero que esta vez si me contestes los mails, se que eres muy ocupada y todo eso, pero al menos quiero (y necesito) que me des señales de vida.

 Que te quiere y te extraña mucho.

El revoltoso y muy hermoso de tu hermano.  Jack Bones.  

Cartas a Summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora