Una noche en París

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Tiene lugar después de haber derrotado a Hawk Moth y aún sin revelar sus identidades

Con 23/24 años


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Sólo otra noche más, sólo la rutina de mis días, yo.. sola.. una vez más - murmuró con nostalgia la heroína parisina de cabello azul contemplando la luna, sentada en el punto más alto de la Torre Eiffel.

No había sido diferente a las muchas noches anteriores.

La luz de la luna brillaba con la intensidad del sol de verano. Las estrellas acompañaban el lienzo perfecto de la oscura capa en el firmamento.

Cada esquina de París desbordaba vida, calor y romance. La magistral Torre Eiffel se imponía sobre los edificios con sus luces tintineantes.

Tras tres años de haber librado una última batalla contra Hawk Moth, donde pudo haberse considerado el combate final, los enemigos junto con los miraculous que poseian, desaparecieron.

Después de eso, los dos superhéroes se dedicaron a buscar las joyas y patrullar por las noches, sin embargo luego de un año, Chat Noir también se fue, pero se aseguró primero, de dejar su miraculous con el guardián.

Desde ese momento Ladybug se encargó de completar cada patrullaje de manera solitaria, ya que no deseaba que ningún otro superhéroe tomará el lugar de su querido compañero.

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Hoy se cumplen dos años.. que curioso, hubiera creído que es un poco más.. -

A pesar del tiempo aún sigo intentando comprender porque se fue sin decir nada. Dejó su anillo con el señor Fu y partió. Acaso se alejaba de París, de su doble vida o de mí?

No pude contenerme al ver una silueta a lo lejos, saltando entre los tejados.

¿En realidad era él? No lo creían mis ojos, no lo procesaba mi mente.

Corrí, volé entre los edificios, quería asegurarme de que aquello no fuese un vil engaño de mi vista, como ya lo había sentido muchas otras veces atras.

Volteó y se detuvo en la azotea de un hotel, me miraba, esperaba que llegará a donde se encontraba.

Lo alcance, quedé a pocos metros de su figura, no distinguía su rostro con claridad. Me detuvo la duda y el miedo de verlo aún más cerca.

Si no fuese él que haría? En este momento el maestro Fu debió haber encontrado a otro portador. Su miraculous quedó en su posesión y no quiso entregarlo para que yo buscase un sustituto.

- Yo se lo entregaré al portador adecuado - me repetía cada vez que cuestionaba su desicion. Pero yo no deseaba remplazar a mi compañero, mi anhelo era quedarme el anillo para regresarlo a su anterior propietario.

Aunque no supiese su identidad detrás de la mascara, algo muy dentro de mí confiaba en que lo encontraría.

Se hallaba de pie a contra luz, podía distinguir su cabello, algo alborotado y de color oro. Era similar, sin duda alguna, pero realmente ¿Cuántas personas más tendrían ese mismo tipo de cabello en este lugar? Miles.

El temor aumentaba conforme pasaban los segundos. Era acaso una mala broma?

¿Porqué el maestro elegiría a una persona tan semejante a mi antiguo compañero? Tenía que resignarme a confiar en su juicio, era por el mismo, que había terminado siendo la superheroína que soy ahora.

El ruido de los autos y de las personas en las calles no alcanzaban a llegar en donde nos encontrábamos, sólo se distinguía las figuras de las luces moviéndose sin cesar. El viento soplaba sutilmente trayendo consigo una brisa fría del invierno entrante.

El silencio se apoderó por completo del espacio entre nosotros. El tiempo corría. Pasó un minuto, tres, cuatro, diez y aún ninguno se atrevía a romper esa barrera de tensión que nos dividia.

Pero en ese instante dio dos pasos hacia mi.

Mi cuerpo se estremeció. El pánico me invadió por completo. Retrocedí cómo si evitará que la distancia disminuyera entre nosotros.

¿Qué estaba pensando? Aún no estaba lista para enfrentar este cambio del destino. Una voz en mi interior gritaba que tenía alejarme de ahí de inmediato.

- Iré a hablar con el maestro Fu, debió advertirme antes de tomar esa decisión - Me dije

Tomé mi yoyo en una mano, me dispuse a marchar, di media vuelta y en cuanto lo hice, escuché: Espera! No te vayas por favor ..

Quedé paralizada, era su voz, fue su voz.

Mi corazón empezó a latir con mucha intensidad, cerré los ojos con fuerza, deje caer mis brazos. Suspiré, por alivio o nostalgia, no sé. Era él.

Sentí su presencia al acercase detrás de mí. El viento se tornó pesado, mi cuerpo no reaccionaba, senti escalofrío recorrer cada centímetro de mi piel.

De repente percibí el suave tacto de sus dedos envueltos en la tela lisa de su traje. Tomó delicadamente mi mano y la estrecho tiernamente.

- Perdón por abandonarte My Lady, realmente lo siento - su tono era suave y melancólico, podía sentir el arrepentimiento en cada palabra.

Era doloroso oírlo hablar así, no soportaba percibir su tristeza de esa manera.

Me volteé despacio. Lo miré. Los rayos de luz en su rostro dejaban apreciar los detalles de su cara.

Empecé a darme cuenta lo mucho que extrañaba mirarlo así de cerca.

Su cabello suave y desordenado, con un singular brillo dorado más allá de lo común, recordaba cuando lo miraba de reojo, distraído jugando con sus mechones.

Su piel suave y perfecta, algo que sin dudarlo, demostraba un aspecto vanidoso en él.

Su risa pícara y coqueta o en ocasiones, dulce y tierna, y también en línea con sus perfectos dientes blancos .

Y sus ojos, en mi interior lo que más anhelaba era volver a contemplar esos ojos esmeralda que mostraban un brillo especial al mirame.

Como no extrañar cada detalle, si me hacían sonreír cada vez que pensaba en él.

No podia contener la alegría de verlo nuevamente. Después de la tormenta de emociones que pasé cuando creí haberlo perdido para siempre, empecé a sentir llenar mi alma con una carga de felicidad infinita.

Se encontraba aquí junto mi, cerca de mí, otra vez.

El instinto actuó sin pensar, me deje llevar por la emoción y por mis deseos.

Lo abracé con fuerza, no quería soltarlo, no quería dejarlo ir nunca más.

Sabía que volverías... - susurre con la voz temblorosa, mientras las lágrimas corrían entre mis mejillas.

Sus brazos me envolvieron, sujetandome firmemente y a su vez, tan dulce y delicado como si sujetará un frágil y débil cuerpo de vidrio. Sus manos recorrieron mis hombros hasta mi cabeza, donde sus dedos se enredaron en el cabello.

Posó su barbilla en mi hombro, podía escuchar su respiración agitada
y temblorosa.

Por unos instantes, sumergidos en un apacible silencio, nos rodeamos de un sentimiento de desahogo y felicidad.

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FIN

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Reencuentro ( Miraculous Ladybug Fanfic ) [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora