Me abrazó.
Ella me abrazó. Lo hizo.
¡Fue ella!
Y no tuve que obligarla.
-Te prometo que Anya no nos encontrará. Amor, por favor, ven conmigo.
La pequeña Lexa aun se resistía a llamarla por su nombre. La rubia niega al oírla y suspira sintiendose ahogada por un momento.
-No es Anya. Contra ella puedo yo sola. Pero no puedo contra una manada entera, Lexa.
Suspira observando sus propias ropas completamente deshilachadas y rotas, se veía su ropa interior manchada de sangre, tierra y agua por el hielo. Lexa iba a hablar pero Clarke se alejó de ella y se sentó en el piso mirando hacia la nada, suspiró.
—Por favor pequeña, deja de ilusionarte con algo que jamás pasará...
En realidad quería que la niña se sacara esa idea se la cabeza. No quería que le hicieran mas daño, y mucho menos si era por su causa. Sintió la mirada de Lexa clavada en ella. La castaña sentía muchas emociones revueltas en su interior. Y ahora mismo sentía enojo y frustración.
-Yo... no le témo a nadie, y no es ilusión, si no sientes nada por mi o si no tienes la capacidad de amar... no te metas en lo que yo siento... no te atrevas a decirme u ordenarme que debo y que no debo sentír
Por algún motivo la rubia se había sentido herida y ofendida ante sus palabras, no podía dejarse ver así por nadie. Cambió su semblante a uno serio e inexpresivo.
—Entonces vete. Has lo que te venga en gana, pero no vengas a mí diciendo que has arriesgado tu vida por mí, cuando desde el primer momento en el que pisaste esta celda, te dije que te largaras. Y no te atrevas a volver mocosa insolente, o seré yo misma la que te mate.
Clarke soltó un gruñido realmente enfadada, ¿quién se creía esa niña para hablarle de esa manera? Negó y frunció el ceño sin bajar la mirada. Pero jamás se esperó lo que estaba a punto de pasar. Quizá fue el impulso, quizá fue el enojo, o quizá simplemente fue el dolor.
Lexa se levantó acercándose a ella para asesorarle una bofetada en su mejilla derecha, haciendo que su rostro se girará hacia la izquierda.
-A mi nadie, me da órdenes.
Gruñó enojada con sus ojos llenos de lágrimas. Pero Clarke estaba inexpresiva. Parecía ignorarla.
De un momento a otro la rubia llevó su mano hasta su mejilla y se puso de pie sin mirarla, caminó hasta las barras de hielo que la mantenían presa. Tomó un par y las partió haciendo un espacio lo suficientemente grande como para ella salir.
Al estar fuera caminó aún con la mano en su mejilla hasta toparse con uno de los guardias. Lo hipnotizó haciéndolo dormir sin costarle un solo sesgo de su energía. Caminó hasta la salida, haciendo lo mismo con el guardia que allí se encontraba, y dirigió sus pasos al castillo Woods
En el camino tuvo que dejar a algunos guardias inconscientes. Caminó hasta estar a unos 15 metros del castillo, entonces se detuvo sin soltar su mejilla, y observó el perímetro.
Ella sabía que Lexa la seguía, y quizá eso solo hacía que su enojo empezara a crecer más. Observó a la guardia real que había reparado en su presencia y empezaban a acercarse. Tras ellos Anya veía la escena con dolor.
La rubia bufó realmente cansada. ¿En realidad tenían que hacerlo tan díficil? Dió un golpe con el costado de su mano en la nuca de Lexa que había estado mirándola con confusión. La niña cayó casi por inercia al piso, la tomó del brazo y la alzó hasta su hombro para cargarla. Niña estúpida.
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Madre Luna.
FanfictionAU-Clexa. -Deja de maltratarme, Amor.- Dijo la pequeña morena bajando la mirada con lágrimas en los ojos. -¡Qué no soy tu amor! ¡Soy miles de años mayor a ti!- Sentenció la rubia mayor, encerrada en aquellas paredes de hielo. -M..Mi padre me dijo...