Feliz super halloween, Pino

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-no me parece divertido-se quejo mientras se miraba a sí mismo

-vamos, una apuesta es una apuesta

-hiciste trampa-lo acusó sin dejar de fruncir el ceño

-nunca dije que no se podía hacer trampa-aclaró mientras daba vueltas a su alrededor

Dipper se miró nuevamente al espejo como llebaba haciendo desde aproximadamente una hora. No sabía que era peor: si tener que salir disfrazado, o tener que pasearse por el pueblo pidiendo dulces. Tenía doce años -casi trece- para salir a pedir dulces, ya estaba mayor para eso. Lo único que quería era salir como cualquier casi-adolescente y divertirse en alguna fiesta, la de Tambry quizá.

Donde sabía que Wendy estaría.

-deja de pensarlo, Pino-dijo su acompañante trayendolo a la realidad

-¡ya lo se!. Hice una apuesta y pienso cumplirla Bill-contestó para por fin mirarlo de frente-eso no significa que no pueda quejarme. ¡Y deja de leer mi mente!

-calma, tenemos toda la noche para divertirnos-festejó

-pareces un niño- murmuro

-eso es absurdo, tengo miles de años soy mas viej-

-si, si, ya se... -lo interrumpió cuando se dió cuenta de que había logrado escucharlo para luego preguntar-¿Qué quieres decir con que "vamos" a divertirnos?

-oh, casi lo olvido-floto hacia la cama de Dipper y tomó una de las sabanas que tenia prolijamente acomodada y le hizo un agujero

-¡Bill!

-no sufras Pino-dijo mientras se ponía la sabana encima-yo te acompaño

-le hiciste un agujero a mi sabana-exclamó molesto

-tengo un solo ojo Pino, que esperabas-ovbió mientras hacía aparecer una videocamara de la nada

Dipper miró a Bill aún mas molesto. Porque no hizo aparecer una sabana también en vez de agarrar una suya. Tenía poderes no era tan difícil.

Suspiro y conto hasta diez. Lo mejor sería continuar con aquello; mientras mas rápido empezara mas rápido acabaría. Bill encendió la camara y rápidamente la enfocó en él.

-saluda a la camara Pino-exclamó divertido

-no quiero

-vamos niño, es parte del trato. Debes verte feliz-caturreó

A regañadientes el castaño forzó una sonrisa y saludó con la mano. Esperaba que el triángulo amarillo estuviera contento, por culpa de la tonta sabana no podía darse cuenta de los cambios de ánimo que tenía. Escuchó unos pasos apresurados y luego la puerta ser aporreada por su hermana gemela que lo llamaba desde el otro lado. Al entrar se lo quedó viendo pr unos segundos que le parecieron extrañamente mas largos de lo que deberían y escuchó a su hermana gritar.

-¡¡Dipper!!, si tendrás a pedir dulces con nosotras-exclamó emocionada mientras le daba un abrazo

-apartate Estrella fugaz, estas arruinando la toma-regañó Bill-. Además, Pino viene conmigo no tiene tiempo para estar con niñas, así que dile a la bajita y Grendo que no nos esperen

-¡¿Bill!?-preguntó asombrada

-el único

La castaña se dio vuelta para ver a su hermano que no parecía nada divertido con la situación pero no hacia ni decía nada.

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