Capitulo 1. EL DESPERTÁR

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Estoy acostado justo en la cima de esta colina con Samanta recostada en mi pecho, parece que está a punto de dormirse, será mejor que no la moleste y la deje descansar un rato, dijo que había tenido un día muy ajetreado, supongo que, por trabajos de la universidad, yo en cambio, por suerte o por desgracia aun no estoy estudiando en la universidad.

Estoy recibiendo una llamada, ¿qué razones tendrían para llamarme a la una de la mañana?, aunque yo estoy acostado en una colina, supongo que esto es más raro aún.

- ¿Hola?, ¿con quién hablo?

- Hola, hola – suena una voz algo desesperada

- ¿Sí?, ¿diga?, ¿en qué puedo ayudarle?

- ¿Sí?, ¿con quién?

- con Envry, ¿en qué puedo ayudarle?

- No, lo siento, numero equivocado. – a colgado la llamada, era una voz masculina, aunque por alguna razón jadeaba demasiado y pareciera que estuviera corriendo, pues se escuchaba el viento muy fuerte, sin mencionar los pasos.

- ¿Quién llamaba? – preguntó Samanta

- Oh, lo siento, no era nadie, solo un numero equivocado

- Tengo un mal presentimiento

- ¿Por qué lo dices?

- No lo sé, es como si algo malo fuese a ocurrir – ¿Qué clase de cosas pasarán por su cabeza?, mi teléfono suena. Es mi padre.

- Hola padre, dime.

- Hijo, necesito que regreses ahora mismo a la casa – gritó algo estresado, ha de ser porque no lo he llamado en todo el día.

- Está bien, dejaré a Samanta en su casa y llegaré allá sobre la una y media.

- Ah, estás con ella, dile que venga acá contigo, llamaré a su casa, es verdaderamente urgente que vengas – dijo algo histérico.

- Ok le preguntaré

...

- Dijo que está bien.

- Vale, ven rápido, ten mucho cuidado, los conductores y en especial los taxistas parecen estar muy desesperado.

- ¿Por qué?, ¿qué pasa? – cuelga, debe ser algo muy urgente para que reaccione de esa manera.

Samanta y yo nos hemos subido al coche, nos ponemos el cinturón de seguridad, enciendo el coche y arranco.

- Debe estar muy enfadado contigo – dijo Samanta y luego emitió un pequeño bostezo.

- No – dije dudoso – de seguro solo es algo urgente que no podía contarme por teléfono.

- si tú lo dices – dijo indiferentemente.

Miro mi reloj unos segundos, son la una y trece de la madrugada, ha pasado muy rápido el tiempo, faltan aproximadamente 15 minutos para llegar, iré lo más rápido posible.

...

Eh llegado a mi casa. Golpeo la puerta y mi padre me abre rápidamente y me dice desesperado que me siente en la sala.

- ¿Qué pasa? – dije con duda - ¿por qué estás tan alterado? – me siento y dejo que mi padre me hable.

- Mira hijo, lo que te voy a contar es grave. Por cierto ¿y Samanta?

- Está bajando las maletas de nuestro día de campo, me dijo que yo hablara contigo ya que parecías muy desesperado.

- Está bien hijo, hoy me citaron a la Base principal, entre toda la conmoción el General fue a dar un discurso el cual nos tuvimos que tragar durante 3 horas, finalizando ese discurso dijo que tendríamos que levantar armamento militar, que una posible guerra se avecinaba y que armaremos trincheras en cada frontera, dijo que nadie podrá entrar ni salir del país, así que tengo que ir a Cuneo (Italia). – Cuneo queda muy lejos, ya que vivimos en Cosenza. – Hijo, te quedaras solo durante bastante tiempo, he dejado suministros en el sótano para mas o menos un año o dos. Hijo por favor, hagas lo que hagas, ten mucho cuidado con las personas.

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⏰ Última actualización: Oct 29, 2018 ⏰

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