capitulo 15

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  Podía sentirla cada vez más mojada. Pero él... él no se quedaba atrás por así decirlo. Su erección era única. Nunca se había sentido tan necesitado de hacerle el amor, al parecer, el tiempo había hecho que sus ganas fluyeran más y más. Habían pasado muchas noches en las que había tenido que contentarse con un beso o una simple caricia. Pero podía, y ahora lo demostraba, estaba enamorado y había comprendido que aquello se trataba más que de un simple gusto carnal.

Sin embargo, su erección crecía. Mientras empujaba sus dedos contra ella, notaba también el palpitar de su po.lla. Una excelente perspectiva de como la haría gritar en unos minutos. Pues no aguantaría mucho. Percibía que en cualquier momento perdería el control.

- Sí, oh... Dios mío... - gimió Laura.

Su interior le avisaba que pronto se correría en las manos de ese Dios griego que conocía muy bien cómo llegar a su orgasmo.

- Más fuerte. Dilo. Dilo Ally, dime que te gusta todo esto... - la vista de Austin se nubló por completo. Una desesperación muy fuerte invadió su cuerpo entero. Bajó la cabeza, sus pantalones lo estaban aprisionando. – nena... necesito hacer algo... - le dijo. Y sacó de improviso ambos dedos de entre el co.ño de Ally. Esta soltó un gemido en desaprobación, pero a continuación... lo que Austin haría solo le brindaría más placer visual.

Se bajó los pantalones y el bóxer a la misma vez. La boca de Ally se abrió de inmediato.

- Cierra esa boquita. – le pidió Austin. Ella hizo lo que él le ordenaba.

La erección de Austin cubría todas sus expectativas. No podía negar que cada vez le sorprendía más el tamaño que podía llegar a tener y todo gracias a ella. ¿Cómo podía excitarlo de tal manera?

- Oh... - gimió él. Sus manos apretaron su po.lla. A la vez, los ojos de Ally se abrieron sin perderse de nada.

La mano derecha de Austin se movió rápidamente sobre su larga po.lla hasta llegar al glande. Rápido, muy rápido. Los bíceps del mismo brazo se tensaron ante la práctica. Pero no se detenía.

- Oh nena... - gimió fuerte y cerró los ojos. La visión de Ally se había cubierto de placer. – sé que te gusta... tanto como a mí... - dijo sin detener sus manos. Al mismo tiempo, empezó a movilizar sus caderas al ritmo de sus apretones. Su ritmo no cesaba. – mier.da... - logró articular, cerrando los ojos con fuerza. – voy a llegar...

Entonces, Ally se sintió en la necesidad de hacerlo terminar en otra parte. Acercó sin timidez su boca a él. Abrió un poco y reemplazó las manos de Austin con las suyas. Este se quedó perplejo. Pero no tuvo tiempo de asimilar su sorpresa, pues ella había empezado a mover su lengua alrededor de su glande.

- ¡Sí, oh... joder, sí! – gritó insaciable. La lengua de Ally lo torturaba moviéndose en pequeños círculos, mientras sus pequeñas manos lo arropaban sin dejar de agitar su po.lla. – voy a correrme... - le advirtió. - Ally, por favor... voy a correrme... - dijo una vez más, pero no era capaz de hacer algo para detenerla. – no quieres esto...

- Sí... sí quiero... - logró decir ella. – déjame terminar...

- Que no, gatita, por favor... - le rogó él. La cogió de ambos brazos y la hizo regresar a su posición normal. – voy a ser yo quien hará que te corras... también... - bajó la mirada y observó toda su esperma saliendo a borbotones. Vaya... había llegado tan rápido. Y podía ver a Ally aún campante y sin haberse corrido como él. Pues no le duraría mucho. – hey... - hizo que Ally lo mirara y dejara de observar su erección exprimiéndose. – faltas tú.

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