Capitulo 8: Marihuano

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Miguel con los nervios a flor de piel al igual que se le añade el sudor frio por al querer mencionar de que sus amigos se quedarían aquí, lo que daría miedo al pobre de piel canela, conocía a la mujer tenía una cafetería llena de brillo además de que otorgaba un buen servicio al cliente, dejando eso de lado, el morocho creía que la mujer castaña de cabellera corta de ojos claros resguardaba sus diferentes cuchillos de diferente filo de menor a mayor. Pensaba que Cass tenía el complejo de una madre como de sus tierras natales solo que podía ser más sádica en sus momentos solo como todo niño de su país procuraba de no sacar de estribos a la bella mujer norte americana, su alivio llego cuando su compatriota de tez más clara que él, le jugo una broma que alguien más les propuso quedarse en alojamiento, solo con un suspiro dejo salir toda presión para hacer una mala cara a la contraria. Carolina solo podía hacer una sonrisa burlona amaba demasiado joder la vida de los demás, hablando de la visita no solamente es para visitar a unos de sus amados carnales más cercanos, sino que también la contrataron para un trabajo de unos cuantos días de ponerla a prueba para ser una bailarina clásica en que dé a poco a poco seria para participar en los mejores escenarios de todo Londres, para el originario de Puebla, estaría este país para probar diferentes artes de repostería para dar más frutos el negocio.

Pero quitando eso en los dos días, Leo San Juan y Carolina acaparaban toda la atención de Miguel no lo podían culpar extrañar mejores amigos al poder platicar como una guste no molestarte en detenerte explicando cada palabra del lenguaje coloquial de su país era como un respiro del bueno de estos días solo se le tenía buenas charlas demasiada energéticas para los demás alrededor, llamando la atención de visitantes de que un hombre y mujer pudieran llevarse de esa manera de una buena confianza que para las demás personas de ambos sexos era una envidia de eso una conexión al igual se podía despertar los celos, alas que le tenía deseo ajeno que era de Miguel, la campanilla del inmueble para dejar a paso un chico de cabellos azabache que parecía la misma reencarnación un demonio iracundo claro que para aumentar su mal humor, ahí estaba los dos mexicanos en la mesa del rincón platicando cómodamente no le gustó nada, la relación con Kyle además de su faceta de súper héroe sumando con sus deberes de universidad integrando los fastidios de Karmi lo ponían así le era imposible mantener ese humor.

_ ¿Aun estas aquí ?_ gruño con demasiada molestia cruzando las manos a lo que la chica reacciono con una sonrisa burlona.

_ Pues sí, wey, no mames_ dijo levantando los hombros para luego rodar los ojos que dando con la intentando de quedar como un estúpido.

Solo lamente un respingo de fastidio dio para irse a pasos pesados se fue al segundo piso del inmueble.

_ Ya se nos pelo Baltazar_ casi recostándose en el mueble de madera que al contrario solo negó con la cabeza de manera de resignación.

_ No te preocupes creo que tuvo un mal día el chinito_ muy apenas dijo con mucho pesar poniendo su mano en el mentón.

_ Pinche chino esto, ya ni me pongo así ni cuando me visita Andrés, pobre de ti de quien te gusta_ tomando él té helado.

_ No me gusta, estoy enamorado de él, pero ya estaba con Kyle_ seguían sentados con tranquilidad ignorando las miradas de los demás.

_ Rivera, querido, déjame decirte que si estás enamorado de alguien que no te ama, entonces no estás enamorado, estas pendejo_ se levantaron para aprovechar a dar un paseo.

Saliendo de la cafetería dando a paso a una exploración turística, aprovechando que estaba por explorar para buscar al amigo panadero. Hablando de toda cosa que se le pudiera ocurrir, caminando sin percatarse de que el cuerpo de Carolina choco con otro.

Cempasúchil y LycorisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora