68. Miedo a perderte.

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Capítulo 68.

Narra Tagliafico.

Bajé a desayunar. Increíblemente Maxi me ganó de mano y ya está ubicado en la mesa. Hoy es el último día que estamos en Arabia y la verdad estoy agobiado, intranquilo. Me quedé pensando en lo qué pasó anoche con Paulo y sumo otra preocupación más a mi cabeza, como si no tuviera suficiente. Hablando de Paulo, lo veo bajar con una cara de destruido que no da más. Camino hasta él.

Ey... Y esa cara? Buen día -digo sirviéndome una factura-

Él sostiene la cafetera.

Buenos días serán para vos... Dormí para el orto, maquiné toda la noche -dice bostezando-
Yo también! Pero al final me dormí, tenia linda vista -sonreí-
Concentrate capi que hoy ponemos en práctica el plan, estamos? -dice mirándome con seriedad-
Estamos... Vos avísame cuando Kichan logra que Maxi deje la habitación -digo por lo bajo-
Más vale, y ahí entramos nosotros a ambientar el lugar -ríe- Va a salir todo de diez -me guiña un ojo-
Eso espero -digo frotando mis manos- Che, volviendo a lo de anoche... Que fué... Eso? -digo mirando hacia los costados-
Después te explico -expresa aún más nervioso y se va-

No entiendo su reacción hasta que escucho los buenos días de Vázquez a poca distancia de mi. Me sirvo el desayuno y camino hasta la mesa. Me siento cerca de Maxi y aunque intento hacer contacto visual, no hay caso. Con frustración, me encargo de desayunar en silencio.

Narra Paulo.

Lea me dice una sarta de pelotudeces que no entiendo. Mejor dicho, si entiendo pero no me importan. Intento no levantar la vista porque sé que alguien me está mirando, y no quiero hablar con él hasta tener mi cabeza clara. Termino y me levanto rápido, para volver a mi habitación. Voy por las escaleras para asegurarme de que no me siga. Es en vano, porque escucho pasos detrás mío y ya me imagino quién es.

Vas a ignorarme todo el día? No me contestaste ni un mensaje -dice el Mudo alcanzándome-
No quiero hablar viejo, ya está -sigo mi camino-
Paulo! Esperá -me agarra del brazo-

Frenamos en el medio de un escalón y giro.

Podemos hablar? Somos amigos... Podés confiar en mí -me suelta-
No hay nada que hablar, vos hacé de cuenta que no dije nada -vuelve a girar y doy unos pasos-
Vos pensás que soy así de sorete? Pareciera que no me conocés. A mi me importa lo que te pasa -expresa con tristeza-

Niego y sigo caminando hasta que siento un empujón suyo.

Si me tenés un mínimo aprecio y tenés algo de decoro te espero en mi habitación, ahí voy a estar -dice pasándome- Ahora o nunca, yo me voy después del mediodia -exclama mientras su voz se pierde a lo lejos-

Freno en el primer piso y lo escucho seguir subiendo. Me apoyo contra la pared y tiro la cabeza hacia atrás, dándome un golpe intencional. Cierro los ojos pensando qué hacer y mi celular suena en mi bolsillo. Lo saco y es Kichan.

Hola -digo apoyando el celular en la oreja-
Hola Paulito -dice con el tono de voz más apagado de lo normal-
Pasó algo? -frunzo el ceño-
Si y no... Hablé con Maxi, y no quiere salir de la habitación -dice apenado-
Pero si está desayunando, recién lo vi -respondo-
Bueno, me atendió hablamos un segundo y me dijo que se va a quedar acostado hasta que viaje -completa-
Bueno no importa, a la noche es la reconciliación así qué hay tiempo -digo con calma-
Se va a la tarde -me interrumpe-
Qué? -me exalto-
Si... Y algo peor: va a terminar de ver la serie de Luis Miguel. Nico no lo va a perdonar nunca -dice con preocupación-
No... Jodeme! Igual para Nico esa serie es una garcha... Bueno concentrémonos Peque, le tengo que avisar a Nico, cambio de planes -exclamo caminando de un lado a otro-
Depende de vos... Ponete la diez y hacé que hablen, lo demás sale solo -ríe-

Desde que te ví - Paulo Dybala & Cristian Pavón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora