Mokuba seguia pensando en las mil y un posibilidades de una posible respuesta. Con la mano temblorosa marco los dijitos para marcarle a todos y a cada uno de los amigos del faraón. Mai no podia ir aunque queria, Duke estaba con Pegasus cerrando un negocio. Los únicos disponibles eran el cuarteto inseparable Tea, Joey, Tristán y Yugi. Tea tomo el primer vuelo para llegar a Ciudad Domino.
("-Mi hermano te tiene un regalo ven a la mansion Kaiba"-)
Se repetian en sus cabezas los muchachos, al llegar a la mansión Kaiba el corazón del pequeño Yugi latia agitado.
-Yugi!-
Grito emocionado Joey sacando asi al joven de cabello tricolor.
-Joey tu también veniste?-
-Si.. Mokuba me llamo y ese tono de voz era como si me estubiera amenazando o algo asi.-
-Hermano de Kaiba tenia que ser pero no te preocupes Yugi todo estara bien.-
-También ustedes vinieron?-
El chico castaño miro con odio hacia la mansión, mientras ellos conversavan desde adentro de la misma, Seto kaiba miraba por la ventana ver al grupo de fracasados frente a su mansión. Como si fueran unos perros falderos acompañando y protegiendo a Yugi.
("-Yugi podria ganarse mi respeto pero, sigue siendo el perro faldero de Yami... Espero que al menos con esto deje de actuar como damisela en peligro."-)
Sus ojos miraban con odio y desprecio a todos los que estaban ahi, incluso la recien llegada no se salvaba de su odio. Los odiaba por que ellos eran una distracción para Atem o Yami o como se llame, siempre estando atras de el y por eso... Se habia ido gracias a que era la niñera de ese cuarteto de pacotilla, con Yugi no tenia opción pero, que otra razón tendria Atem para protegerlos aun se reprimia el que no hubiera actuado rapido, cuando vio a Atem ser atacado por el Dragón alado de Ra, tratando de protejer a los rubios bobalicones. Dando un golpe al escritorio, por que le importaba tanto? Por que se frustraba por lo que opinarán los demas, en esos momentos queria correr a ayudarlo, ¿era miedo lo que sentía? No no era miedo esa palabra no existía en su vocabulario. ¿Entonces que era? No tal vez si era miedo pero no ese Marik, si no miedo al que diran podia imaginarse salir en esos voletines de última hora, quedando expuesto exhibido. No podia permitirse flaquear y menos por ese ojivioletarojizo. Solo era un enemigo un rival eso era todo. Sus ojos se posaron en el picaporte de la puerta era Ronald, Seto dio una orden y salio a su cuarto poniendose ropa mas informal esa ocasión lo ameritaba. Pero antes se dio una rapida ducha como si fuera a resivir al presidente en unos minutos, se alistó rápidamente, poniendose unos jeans negros y una camisa corte polo de manga corta de color negro, con el logo KC en color blanco. Sus ojos se posaron en su frasco de perfume, que mala suerte solo habia una pequeña cantidad de colonia. Saco de sus cosas una botella similar, poniendose una gran cantidad, bajo las escaleras von porte gracia y orgullo.
-Siganme.-
Ordeno los demas como fieles corderos lo siguieron, llegando al comerdor la mesa estaba puesta, habia seis platos bien servidos la comida estaba caliente. Todos miraron sorprendidos a Seto quien poso sus ojos azules y profundos sobre el reloj, para ver la puerta que estaba frente a el. Sonrio de lado al ver la figura pequeña de Atem.
-Kaiba que es eso tan importante que...-
La actitud arrogante del exfaraon se desplomo por ver a Seto mucho mas informal y aun asi no dejaba de brillar cual estrella. Y también ahi estaban sus amigos sin dudar entro a saludarlos, todos al verlo lo abrazaron en bolita, la sonrisa de kaiba se borro. Nadie parecia notarlo mas que Mokuba quien sonrio de forma misteriosa...
-Vengan seguramente tendran hambre muchachos...-
Los invito amablemente Mokuba.
-Gracias Mokuba.-
Contestaron todos menos Atem que estaba de pie frente a la mesa, faltaba un plato.
("-Kaiba no nos acompañara? Pero por que?-") Kaiba no piensas acompañarnos?-
La reflexión de Atem lo hizo hablar irrumpiendo a los chicos que se sentaban al rededor de la mesa.
-Tengo cosas que hacer...-
Su respuesta tajante hizo sonreir a Atem.
-Seto quédate a comer con nosotros.-
Seto se quedo de piedra esas palabras calidas, lo desmoronaron por completo. Queria gritar de emoción por sentir esa cercania con su rival, su igual. Sin decir palabra se sento con ellos dejando sorprendidos a todos en especial a Mokuba.
Atem sonrio internamente victorioso tenia la palabra clave para, doblegar la voluntad de el poderoso Seto Kaiba, quien diria que al llamarle por su nombre cambiara su forma de ser.
-Buen apetito-
Dijo Joey devorando la chuleta de cordero, Seto se incomodo un poco al ver que nadie tenia buenos modales, parecían perros hambrientos. Tristán y Joey se lanzaban miradas para ver quien tomaria el siguiente pedazo de baguet, Tea volteaba disimulada fingiendo inútilmente no conocerlos Yugi como siempre trato de interferir pero no podia. Atem miro a Seto hablando en egipcio agradecido al CEO aquella sorpresa. Kaiba habia comprendido aquellas palabras, asintiendo levemente con la cabeza. Atem aprovecho un descuido de ambos tomando el pedazo de baget sorprendiendo a todos en especial a Seto que podia imaginarse que haria cualquier cosa menos eso, Atem sonrio triunfante Joey y Tristan se vieron apenados. Por fin podian comer en paz, un sonido proveniente del celular de Kaiba los distrajo, Seto contesto poniendo una mueca de enojo y frustración en su palido rostro.
-Debo retirarme, Mokuba volvere tarde.-
-Procura volver antes de la cena, mo deverias estresante tanto.-
-Puedo cuidarme solo Atem...-
-Lo se ser faraón no es diferente a ser un presidente corporativo. Si te estresas cometeras muchos errores...-
Seto kaiba saco una gabardina de color azul con vordes blancos y salio sin decir nada. ¿Atem estaba preocupado por el? Sea el motivo que sea igual agradecia ese gesto, tal vez no solo le importaba a Mokuba despues de todo, quizás el faraón si estaba interesado en el.
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Corazón en llamas
FanfictionNinguno de los personajes me pertenece, pertenecen a sus respectivos creadores... No pregunten solo gosenlo... 🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹 Yami tiene la oportunidad, de volver a ciudad Domino, gracias a una pequeña apuesta que le hará saber y encontrar a s...