Nina
Me besó, sus labios eran dulces y algo suaves, tomó mi cintura con su manos y yo su cabello marrón suave, esto era intenso, no era nada comparado con los primeros besos que nos habíamos dado. Era una batalla de labios que ninguno quería perder pero lo hicimos a el mismo tiempo por la falta de aire, sonreí recuperando el aliento con mi frente pegada a su pecho, podía sentir como recuperaba el aliento también
—Fue......—trato de decir— intenso y perfecto— suspiro
Lo mire y tenía un brillo en sus ojos que te hacían quedar atrapada en ellos
—Más perfecto, como tú— sonrió y beso mi frente
—¿Ahora que hacemos? — preguntó
—No podemos quedarnos aquí— dije preocupada, por qué si Ámbar nos veía aquí, juntos sería el fin de algo que apenas comenzó—Ámbar nos puede ver y no queremos eso
—Vale, te llevará a comer a un lugar apartado, ve a el coche y me esperas— dijo y asentí, lo besé levemente y salí de ese cuarto
Llegue a el estacionamiento, no serían más de las 4 de la tarde, ya estaba algo solo y parecía que llovería, tome las llaves intentando abrir
—¿Qué hace alguien tan linda sola? — una voz de un chico llamo mi atención— deberías saber que no es bueno estar sola
Lo mire era algo más alto que yo pero no tanto como Gastón, tenía un tatuaje en el cuello y parecía un chico malo
—No te incumbe— dije firme
—Niña, si te estoy preguntando es por qué me incumbe— sé acercó a mi invadiendo mi espacio personal
—Aléjate y vete antes de que venga mi novio y te rompa la cara— dije
—¿Novio?, estoy seguro que ese pendejo no puede mi siquiera defenderte niña— contesto— ven vamos a pasarla bien
Tomó mi brazo y yo le alejé pero me jalo
—Déjala—apareció Gastón
El tipo no reaccionó cuando le dio una golpe en la mandíbula y otro en la nariz, lo tiró y tomó mi mano
—¿Estas bien? —tocó mi mejilla y recibió la llaves que se me habían caído por el susto
Abrió la puerta del auto y subí, después él lo hizo y arrancó
—no puedo ni protegerte, perdón— dijo furioso
—Está todo bien Gastón, estoy bien — dije acariciando su mano por el asiento
Llegamos aún restauran que parecía algo apartado de la ciudad ya que había pocas personas, tomamos asiento en una mesa en la esquina del local
—¿segura que estas bien? — preguntó y se acercó en su asiento
—Me asuste poco pero si, estoy bien— lo bese y él también
—No debía dejarte sola— dijo arrepentido
—Ya pasó, tranquilo—acaricié su mejilla para tranquilizarlo, aparte algunos mechones de cabello de su frente y suspiramos
Era perfecto él.
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Profesor Perida •Gastina•
Hayran KurguGastón Perida. Un joven de 23 años que consigue su primer trabajo como profesor en el mejor colegio de Buenos Aires, Gastón imparte la materia de Literatura,es una de las cosas que más le apasiona en la vida, vive solo en Argentina y no tiene novia...