Siempre Te Amare (Gaara Y Tu)

10 °

Estaba nerviosa, no podia negarlo. Observó la puerta del salón con una mueca, ya se estaba arrepintiendo de su decisión.

Hace apenas unos minutos se había topado con el que sería su profesor de aula, quien le explicó a detalle cuáles serían los temas y cursos que le iba a enseñar, luego le pidió que esperara afuera hasta que él la llamara.

Posicionándose frente a la clase habló —Todos, guarden silencio —como por arte de magia, el salón que estaba lleno de gritos y platicas quedo en completo silencio —, muy bien —felicito antes de mirar hacia la puerta —, ya puedes entrar.

Respirando hondo deslizó la puerta y caminó hasta posicionarse al lado del mayor.

—Hoy se une alguien más a la clase, por favor preséntate —le indico.

—¡Hai! —asintió y miro a la clase con una sonrisa amable (en el fondo maldecia al Hokage por ponerla en la clase de los niños de 10) —Soy Hana Mirashi, un gusto —su sonrisa flaqueo al escuchar los murmullos de sus ahora compañeros al ver su altura —, y si, soy mayor que ustedes, dos años de hecho, espero que nos llevemos bien —por el rabillo del ojo, visualizo una mata de cabello rubio, miro en su dirección, recibiendo a cambio una gran sonrisa y una mirada curiosa.

El profesor silencio los susurros con una mirada y le indicó a la peliazul que se sentara con un tal Naruto.

—¿Quién es Naruto? —pregunto, inspeccionando toda la habitación.

—¡Aquí, Hana-san! —grito con la mano alzada el rubio que miraba hace un rato.

Lo evaluó rápidamente con la mirada y luego se dirigió a las escaleras, mientras subía recibía miradas curiosas de sus compañeros, le incomodó un poco, pero los ignoro y se sentó al lado del rubio.

—Hola —saludo a su compañero de mesa, este le miro con brillitos en los ojos.

—¡Hola, soy Naruto Uzumaki y próximo Hokage de la aldea, dattebayo! —se presento con una gran y brillante sonrisa.

Se preguntó internamente como es que el niño brillaba tanto.

—Mucho gusto, futuro Hokage-sama Naruto —le respondió en broma, el rubio no pudo evitar reir.

Fascinado ante la primera persona que tomaba enserio sus palabras.

—¡Mucho gusto a ti también! —salto emocionado antes de quedarse pensativo —Esta decidido, !serás mi mano derecha, Hana! —la peliazul le miro sorprendida y luego simplemente rió.

—¡Silencio ahí atrás! —grito el maestro.

Ambos se miraron con una sonrisa y prestaron atención a la clase.

Quizá asistir a la academia no seria tan malo después de todo.

• • • • • • • • • •

—Ahora somos Gennin, ¿¡puedes creerlo, Gaara-kun!?

Resulta que el Kazekage los había llamado a los cuatro para que hicieran un examen escrito y uno físico para probar sus habilidades, hicieron todo sin protestar ¡y al final les dieron la placa que usaban todos los ninjas de Suma! No sabía porque los promovieron tan rápido cuando aún ni terminaban sus estudios, pero no podía quejarse ante lo que aquello implicaba.

¡Al ser gennin significa que eres considerado un adulto capaz y competente!

La pelivioleta saltaba por toda su habitación emocionada, un pelirrojo seguía sus acciones con la mirada, el también estaba feliz, imaginando como seria su vida lejos de esa casa ahora que ya podían irse de allí.

—Ven, voy a darte un regalo de felicitaciones —dijo Gaara, quién sonrió cuando Dara se acerco curiosa por dicho regalo.

Cuando la pequeña ya estaba en frente suyo, se armó de valor y tomando su rostro con ambas manos, unió sus labios con los de ella por unos segundos, al apartarse vio como la niña poco a poco se iba volviendo un tomate, la niña le miro incrédula antes de sonreír y abrazarlo por el cuello soltando leves risitas, era la primera vez que Gaara tomaba la iniciativa.

—Demos un paseo por la aldea —hablo sin romper su abrazo con un tono divertido en su voz.

—¿Quieres presumir tu banda ninja? —pregunto, adivinando lo que esta tramaba.

—En parte —susurro avergonzada —, me gustaría ver sus caras al ver que 'Los Shinigami de la arena' se volvieron ninjas —sonrió orgullosa.

Gaara nuevamente le tomo del rostro, Dara cerro los ojos sabiendo lo que venia, hasta que se escucharon golpes en la puerta, a regañadientes se separo del pelirrojo.

—¿Qué manía tienen con estar interrumpiendo? —susurro molesta, abrió la puerta lo suficiente para mostrar la mitad de su rostro, casi lo abre completamente de no ser porque recordó que Gaara seguía ahí —¿Qué sucede Temari? ¿A que se debe tu visita teniendo en cuenta que hace casi nada nos vimos? —siseo molesta y la rubia lo notó de inmediato.

—Solo vengo a decirte que desde mañana empiezan las misiones —Dara asintió, suponiendo que la rubia no le iba decir nada mas, puesto que no volvió a mencionar palabra, se dispuso a cerrar la puerta hasta que Temari la detuvo —. ¿Por que cambiaste tanto? —cuestiono de la nada, dejándola un tanto perpleja —Antes eras una niña muy alegre, jugábamos todo el tiempo, aun tengo la pulsera que hicimos como promesa de siempre ser las mejores amigas.

Empujandola lejos de su puerta, Dara casi le gruñó, porque Temari sabía perfectamente el porque surgió su cambió, pero si ella quería que se lo recordaran pues así sería.

—Desde que tu padre me adoptó por supuesto, y desde que supimos que intentó matar a Gaara-kun en varias ocasiones, que te recuerdo tú nos ayudaste a descubrir —siseo irritada —, de otra forma las cosas seguirían siendo iguales —solo quería volver al lado del pelirrojo, y Temari seguía haciendole perder el tiempo.

—Dara... —susurro, procesando lo dicho por la menor, llegó a una estúpida conclusión haciendo que su ceño se frunciera con enojo —¿Esto es por Gaara? —pregunto entre dientes, mientras apretaba los puños fuertemente, soltó lo que estaba pensando sin darse cuenta de ello —Ojala él no hubiera existido, mamá seguiría con vida y nosotras aún seriamos amigas —susurro con la mirada ida, más volvió en sí al escuchar un fuerte golpe.

Y se estremeció ante la mirada de puro desprecio de Dara.

—Vuelves a decir algo así ¡y ten por seguro que te mato! —con su puño sangrante por haber golpeado la pared y una mirada furiosa, consiguiendo que Temari temblara, cerro la puerta de golpe.

—D-Da-Dara... —susurro impactada y asustada, arrepintiéndose de inmediato por sus palabras al darse cuenta que no las había pensado —, soy una idiota ¿por que dije algo como eso? —a paso veloz se alejo del lugar.

EDITADO: 02/03/2022

EDITADO 2: 02/11/2023