Bacanal

Parte 1

Las sombras de la noche se deslizaban, sus capas ondeaban mientras bajaban los escalones, húmedos, fríos, oscuros. Los generales estaban decididos, año con año buscaban más que una experiencia sensorial, pero su poder era limitado, ellos a placer siempre iban en pos de los mortales, pero realmente nunca los tocaban, solo podían saborear las almas perdidas, pero siempre se perdían de la calidez de los cuerpos, pero en el día de los difuntos, se abría una puerta, aunque siempre cruzaban, no podían tener la experiencia que deseaban, por eso iban en busca de ella.

Sus largas botas se detuvieron cuando los Shedu les impidieron el paso.

Jedite, Neflyte, Zoisite y Kunzite entornaron sus ojos a modo de protesta.

-¿Qué desean aquí?- pregunto Taiki.

-Si buscan la basura, se equivocaron de pasillo- se burló Yaten.

- ¡No se hagan los importantes, saben a qué venimos! - respondió Kunzite.

-Nuevamente vienen a molestar a mi hija.

-Reina Beryl- los seis hicieron una reverencia, hincando sus rodillas en el suelo.

-Majestad, disculpe la molestia, en este momento me desharé de la basura- dijo Yaten sacando un enorme tridente.

-Cariño, si te enojas, se te arrugara la cara- comento Rei que venía detrás.

Los generales nunca habían sido pillados por la Reina, se levantaron presurosos, disculpándose nuevamente.

-Esperen- les ordeno Beryl- mi hija está un poco triste, tal vez le haga bien una distracción, pero quien sabe si quiera ayudarlos, a ella nunca le ha gustado el mundo terrenal.

-Por eso personas como yo le hacemos el trabajo sucio, es una floja- murmuro Rei.

-Pero los Shedu los acompañaran, ella puede molestarse, y no se de lo que pueda ser capaz.

-Que fastidio- bufo Yaten.

Los generales sonrieron triunfantes, Taiki les mostro el camino que ya conocían.

Rei se acercó a Yaten, y le acaricio el trasero con descaro.

-Luego nos vemos cariño.

-Por supuesto- contesto gustoso.

El platinado vio como Rei se contoneaba provocativamente, mientras se alejaba con la Reina Beryl.

"Por supuesto"

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Llegaron a un enorme salón, totalmente en oscuridad, unos ojos dorados remarcados con una luna creciente les gruño, la luz de pronto ilumino ese sitio, sentada en medio de un montón de cojines se encontraba una hermosa rubia de odangos dorados.

- ¿Qué desean? Ah, esperen, ya se, siempre en esta fecha.

-Mil disculpas, pero, tal vez esta vez si usted quisiera...- dijo Neflyte con temor.

-Nunca me ha interesado.

El lobo gruño muy cerca del rostro de Neflyte, Yaten reprimió una risa, la chica siempre los rechazaba.

-Encontramos prospectos muy suculentos, en una fiesta de disfraces de universidad- prosiguió Zoisite- mire usted...

Los ojos azules acariciaron el pelaje negro de su lobo, miro indiferente las fotos que le ofreció Zoisite, pero de pronto, un chico de coleta azabache llamo su atención, reía al lado de una pelirroja, ella respiro la pureza con tan solo ver sus ojos zafiros, y quiso tener esa pureza.