Bacanal

Parte 2

Seiya primero se quitó su disfraz de vampiro, la capa negra la aventó al suelo, y desesperado por no besar más a la rubia de odangos, le quito rápidamente la camiseta de Harley Queen, admiro sus blancos y preciosos senos, se relamió los labios anticipadamente por tocarlos, beso el cuello de ella mientras sus manos acariciaban la espalda desnuda.

–Espera– ordeno ella– ¿es tu primera vez, cierto?

–¿Cómo sa...?

–Shhh– lo silencio con sus dedos en los labios, acariciándolos.

–Necesitamos un mejor lugar, no vas a perder tu virginidad en un salón de clases...

–Pero yo no puedo esperar– gimió Seiya sintiendo ya su erección en el punto más alto.

–Si puedes, solo cierra los ojos, imagina el lugar adonde quisieras que sucediera esto.

Seiya creyó que solo era un juego, así que cerró los ojos, en espera de una gran recompensa por ser obediente, pero cuando los abrió, se encontró a la orilla del mar, pero no bajo la arena, cientos de flores blancas y rojas eran su cama, era una fantasía.

–Buen chico– sonrió ella.

Ambos estaban de pie, y un hermoso atardecer en el océano era su marco, sus figuras oscuras pronto se vieron desnudas, ella se hinco, mientras le acariciaba las piernas a Seiya.

–Déjame hacerte muy feliz.

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Haruka se había enojado con Michiru, ella nunca le había sido infiel a la aguamarina, pero el ambiente estaba enrarecido, y por eso, y porque Kakkyu estaba despechada de que Seiya la dejara como una estúpida a media pista de baile, termino enredada con ella.

–¿Nunca lo habías hecho con una mujer? – pregunto Haruka sonriente ante la expectativa, Kakkyu asintió tímida y nerviosa.

La rubia metió uno de sus dedos en la húmeda cavidad, Kakkyu abrió más sus piernas, presa de las electrizantes sensaciones que le estaba proporcionando la campeona de atletismo.

–Oh, Haru, eres maravillosa.

–Es lo que escucho muy a menudo– recalco con voz ronca.

Tal vez no estaba nada mal ese premio de consolación para Kakkyu, y vaya consolación.

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En otro lado de la escuela, otra rubia y un par de hombres también estaban siendo presa de sus bajas pasiones, los tres estaban tirados en la alfombra, Mina abierta de piernas para Yaten, completamente desnuda para Kunzite, ella habia perdido la cuenta de cuantos orgasmos habia experimentado esa noche. Yaten encontraba muy excitante penetrar con su lengua a Mina, el siempre deseo estar así con la princesa del Inframundo, tener una piel tan similar y cabello dorado a su alcance lo estaba volviendo loco, ya que nunca pudo tener a Serena, además su única pareja habia sido Rei, por eso, probar nuevas tierras, era simplemente un agasajo, además, la forma en que Kunzite estaba masajeando los senos de ella, mientras la besaba con infinita pasión, lo estaba excitando a niveles insospechados, cuando el platinado mayor le dio un respiro a ella, jadeo una pregunta que la estaba matando.

–¿Quiénes son?

Ambos pararon de su labor, sonrieron cómplices, sopesando la idea de repetir esa acción en un futuro no muy lejano, ambos se pararon levantándola en el proceso, ella no podía sostenerse, pues sus piernas apenas lograban estabilizarse por la temblorina que aun tenía.