Tu secreto descubierto [#TSD1]

52. Llamada desobedecida

No puedo creer que ya estamos a 30 de diciembre. Tan cerca de terminar este hermoso año donde, conocí gente increíble, me fortalecí como persona, y logré finalizar una gran etapa que era el instituto.

Termino mi almuerzo y lavo los platos. Creo que lo bueno y malo de estar en vacaciones, es que mis padres trabajan y puedo hacer lo que sea estando sola en casa.

Subo hasta mi habitación para tirarme un rato en mi cama y descansar. Miro el techo y sonrío al recordar todo lo lindo que pasé este año, sobre todo con Tyler. Y, como si el destino le hubiera dicho, mi celular comienza a sonar con una llamada entrante de él.

—Hola —me saluda con una tranquilidad impresionante en su tono.

—Hola, ¿qué tal?

—Bien, bien. Extrañándote un poco —logro captar un aire triste en su voz.

—¿Seguro que estás bien? —Pregunto acomodándome en el colchón.

—Si. Solo quiero oírte —silencio— Cuéntame, ¿qué hiciste hoy?

Comencé a contarle desde que me levanté hasta que me tiré en la cama hace unos minutos atrás. Cada vez que terminaba una acción, me pedía un poco más de detalle.

Una vez que termine de hablar sin parar, miro la pantalla de la llamada y noto que llevo unos veinte minutos hablando solamente yo, dejando que Tyler escuche. Si es que lo estaba haciendo.

—Hey, he hablado solo yo. Cuéntame tú algo de lo que hiciste —propongo.

—No, sigue tú. Quiero escuchar tu voz. Por favor.

—Tyler, ¿seguro estás bien?

—Perfecto —con la forma en que lo dice no convence a nadie— Dime, ¿qué piensas hacer más tarde? O cuéntame alguna historia, lo que tú quieras.

—Bueno, creo que más tarde saldré a caminar a la luz de la luna. ¿La viste? Esta hermosa.

—¿¡A caminar!? —se altera por alguna razón.

—Sí, ¿hay algún problema? Iba a ir con Alvin, pero dijo que iría a una fiesta esa noche.

—Emily, no salgas. Te lo pido. Mucho menos sola.

—¿Por qué? ya lo he hecho antes. Incluso con nieve.

—Emily, por el amor que me tienes no salgas —dice y me preocupo un poco—. Si quieres la próxima semana, la próxima luna llena, incluso la próxima noche si quieres sales, si quieres juntos, pero hoy no. No puedes salir hoy.

—Tyler, no sé realmente lo que te ocurre pero...

—Tyler hijo, te necesitamos urgente —oigo al señor Miller por detrás de la llamada.

—Espera un segundo —le responde él.

—¡Ahora! —exige su padre.

—Lo lamento. Solo no salgas —me insiste.

—Adiós, nos vemos —le corto.

Pienso un poco. ¿Qué tiene de malo salir? Es imposible no hacerlo, la noche está tan cálida y brillante que me llama.

Lo siento Tyler.

Tomomi abrigo y busco mis zapatillas para ponermelas y partir a dar unas vueltaspor la cuadra o más allá.    

—Tyler —habla Emily por el otro lado de la línea— no sé realmente lo que te ocurre pero...

—Tyler hijo, te necesitamos urgente —interrumpe mi padre a la chica.

—Espera un segundo —le respondo.

—¡Ahora! —demanda con una mirada aterrorizante.

—Lo lamento. Solo no salgas —le insisto.

—Adiós, nos vemos —me corta.

Corro detrás de mi padre hasta una de las habitaciones del mini-reino. Cruzamos la puerta y mi alma se me sale del cuerpo por un momento, al ver a mi mejor amigo con una enorme flecha incrustada en su pecho. Estaba haciendo un esfuerzo en no moverse, mientras una de las enfermeras intentaba detener los litros de sangre que salían de su cuerpo. Quería llorar al verlo tan debilitado.

—No pude hacer nada. Era un civil —dice Andy con dificultad, retorciéndose de dolor—. Los están mandando a ellos a atacar, para que nosotros no podamos responder.

Mi padre pone ambas manos en su cabeza y jala su cabello con desesperación. Cada segundo que pasaba mis nervios aumentaban. Ver a mi padre tan desesperado y a mi mejor amigo desangrándose con una flecha en el pecho, no ayudaban en nada.

—¿Estará bien? —pregunto preocupado a la enfermera, una vez que veo como Andy comenzaba a perder fuerzas y cerrar lentamente sus ojos.

—No lo sé —me respondió la chica— es una flecha de plata y tu amigo la tiene ya hace bastante rato.

Mi corazón se aprieta hasta quedar como una pasa y salgo de la habitación.

—Tyler —me llama mi padre cuando sale detrás de mí— El ataque ha comenzado. Debo ir. Debemos ir —pone una mano en mi hombro y lo aprieta suavemente— Confía en tus capacidades, no mates a ningún civil, y no tengas compasión con ninguno de los lobos de esa manada —me mira un segundo y me abraza con fuerza y pena— Cuando esto termine nos encontraremos aquí para celebrar nuestra victoria. ¿Okey? porque así será. Saldremos de esta.

Asientoy voy a buscar a la oficina de mi padre mi cuchilla de plata para los hombreslobo, y una cuerda para los civiles. Me preparo mentalmente y salgo a laacción.