La playa se había convertido en algo simbólico para Justin, no había otro lugar en donde quisiera estar por las primeras dos semanas; después de tres semanas quiso vivir en el apartamento que le había comprado a Stiles. Se mantenía debajo de los cobertores todo el día, algunas noches llegaba a encerrarse a sí mismo en el cuarto de baño, esperando a que Stiles lograra ir por él esta vez. Justin nunca estaba solo, fuera del apartamento habían oficiales cuidando, más guardias de seguridad que se turnaban en el turno de día y de noche. Bieber siempre había odiado la máxima protección, las personas siguiéndolo todo el tiempo, y fans volviéndose locas y llorándole en la cara; no podría ponerse peor... Eso era lo que él pensaba, años atrás. Pero aquel martirio había crecido algunas diez mil veces, tanto que se mantenía oculto del mundo en aquel apartamento. Las cortinas siempre estaban cerradas, el closet de Stiles permanecía como lo había dejado, intacto. Justin a veces entraba y se ponía a llorar, algunas otras veces dormía abrazado de una sola chamarra, la que Stiles usó en aquel viaje a la mágica playa secreta. Una mañana, el despertador a las 5:39, una ducha caliente, lavarse los dientes en aquel espejo empañado, un cereal en la mesa para dos, y un día completo debajo de los cobertores. No era fácil, había perdido contacto hasta con Patricia, su madre, pues la fiel cristiana no pudo soportar la idea de su hijo amando a otro hombre. Sus amigos intentaban hablarle, pero Justin sabía que nada sería lo mismo, y después estaba su ex, quien de vez en cuando lo insultaba, otras veces lo invitaba a su casa. La loca también le llamaba por horas contándole sobre sus logros, esperando una respuesta positiva de Justin, quien intentaba luchar contra su depresión, y al no obtenerla le insultaba nuevamente. Justin llegó a acceder—una sola vez—, el salir con ella, por supuesto estuvo en todos los noticieros y canales de chismes, que era seguro lo que ella quería. Le incitó a volver a la cocaina, y Justin salió corriendo, desde entonces ignora sus mensajes lunáticos. Selena... Necesitaba ayuda, debía de volver a rehabilitación.
La voz de Justin fue mejorando poco a poco, pero aún así, no estaba cerca de cantar como solía hacerlo, así que ahora se dedicaba a escribir canciones para otros artistas.
Estando en la bañera, cerró sus ojos e intentó ahogarse, pero las palabras de Scott —el mejor amigo de Stiles—resonaban en su cabeza, recordándole que si Stiles fue fuerte, él también debía de serlo. Pero, ¿qué sentido tenía la vida? ¿Por qué seguía latiendo su corazón? ¿Cuál era el propósito? Ninguno. Su carrera y con ella sus sueños, había terminado, el amor de su vida estaba muerto y no tenía un sólo amigo.
Una noche, decidió ver una película romántica, para entumir su depresión. Hace tanto no se sentía sexualmente estresado, pero una escena había logrado excitarlo. Colocó su mano sobre sus bóxers, antes de fruncir su entrecejo al darse cuenta de que, efectivamente, la cámara de su MacBook Air estaba encendida, y alguien estaba espiándolo. Por alguna razón no sintió miedo, pero su corazón comenzó a latir con mucha fuerza, colocó su mano en la pantalla y tragó saliva, intentando deshacerse del nudo que se había formado en su garganta.
—Stiles... —Susurró, sintiéndose seguro de lo que saldría de su boca—, Stiles, sé que eres tú.
La cámara se apagó, y Justin sorbió sus mocos, mientras las lágrimas se derramaban por sus mejillas; una tras otra. Su corazón seguía latiendo con rapidez, y entonces lo sabía, él estaba seguro de que Stiles estaba vivo.
—¿Qué cosas dices? —respondió Scott, al otro lado de la línea—, Justin... Sé que es difícil, es difícil superarlo, créeme, yo aún no lo hago. —Los lloriqueos de un bebé se escuchaban en el fondo, Scott suspiró—, pero Stiles se fue, se ha ido para siempre, y tenemos que comprenderlo. De verdad, insisto, deberías de volver a ver a un psicólogo.
—¿Lydia está con ustedes? Escuché un bebé, ¿es el hijo de Stiles? —Preguntó Justin, ignorando todo lo dicho.
—Sí, es el hijo de Stiles.
ESTÁS LEYENDO
Stiles. © [1 y 2 temporada]
RandomStiles es un niño alegre y amistoso; Justin no lo soporta. Así comienza esta historia, dos niños con cinco años de vida, intentando lidiar el uno con el otro. Stiles no parecía rendirse, cada día su cariño por Justin crecía. ¿Cómo era eso posible? E...