Parte 5

313 30 2
                                    

Mis disculpas por no actualizar. Se supone que esta seria la ultima parte de esta historia, pero le daré un capitulo mas. Espero no se aburran. Ojala les guste. Estaré al pendiente de sus comentarios. 


-POV HINATA-

Me observa, durante las prácticas, durante el almuerzo. Cuando me dirijo hacia mi casa. Siento tu mirada. Casi podría decir que siento como me acaricias de arriba abajo. No me dejo engañar por esto, tal vez lo esté tomando como un reto o alguna estupidez así.

Pero, en la cancha, nuestra sincronía se vuelve idílica, no hay pase que no pueda rematar, no hay estrategia que no entendamos solo con vernos a los ojos una fracción de segundo.

Silencio.... Aterrador silencio

-"Te hago ese juramento. No serás tu quien vaya a mi encuentro, seré yo quien cree el camino para que vuelvas a donde perteneces. Aquí, en mis brazos."-

Esas palabras las tenía secretamente guardadas en mi corazón. De la forma más patética quería creer en ellas y aferrarme a esa endeble esperanza. Que chico tan estúpido soy.

Me había prometido no caer, no inclinarme ante nadie, no ceder ante mi necesidad de tenerlo a él, a su persona, pero no puedo. Es una batalla perdida desde el inicio. Pero el hecho de que me este derrumbando no será algo que el presenciara. Me derrumbare en la intimidad de mi cuarto, aferrándome a los girones de una relación efímera que me marco como nada hasta ahora.

La presencia de Kenma ha sido de mucha ayuda. Su amor incondicional por mí me ha ayudado a levantar pedazo a pedazo de mi corazón. Pero, cuando entiendo que por más que mi mente racional me suplique para darle a él lo que necesita, y a mí lo que merezco, este estúpido corazón simplemente se niega a ceder.

Ya no quiero esto. Quiero ser como antes. Quiero volver a ser ese chiquillo ingenuo que se conformaba con amarlo de lejos. Quiero volver a creer que puedo hacerlo cambiar, que soy suficiente para ayudarlo a sanar. Quiero olvidar. Dejar de amar...

-POV KAGEYAMA-

Estoy usando hasta la última gota de mi auto control para no correr hacia donde está el y preguntar porque tiene esa mirada perdida en su rostro. Me aterra pensar que se deba al estúpido gato que no ha dejado de pulular a su alrededor desde esa estúpida y maldita mañana. Pero debo contenerme, debo darle la oportunidad de saber si estará mejor con el enano ese. Me rompe el corazón tomar ese tipo de decisión, pero me jure no volver a equivocarme.

Voy a luchar por él, claro que sí. Pero, necesito estar seguro de que los avances que tengo planeados no lo atormentaran más de lo que ya lo he hecho yo con mis estupideces. Es tan malditamente difícil no ceder ante mis instintos y mi personalidad, ante mi necesidad de tomarlo en brazos y alejarlo de todos los que creen que tienen el derecho a estar tan cerca de mi sol.

Trazo una y mil estrategias para hacerlo volver. Busco formas para engatusarlo y demostrarle que merecemos otra oportunidad. Pero para mí mala suerte, mi propia mente me juega muy malas pasadas. Me recuerda el daño que hice, los errores imperdonables que cometí. Las heridas tan profundas y tal vez irreparables que infringí. Y me digo a mi mismo, que no lo merezco, que él debe estar con alguien envuelto en la luz, y no en la oscuridad como yo.

La necesidad de tenerlo, de poseerlo, lucha con aquella vozecilla impertinente que me repite, una y otra vez "no es para ti"...."déjalo libre"... "ya no hagas más daño".

No quiero escucharla, no quiero dejarlo. No quiero hacer más daño.

Es increíble lo rápido que se va el tiempo mientras divago pensando en lo que debo hacer. Casi ni me doy cuenta de que es tarde y me encuentro caminando solo hacia mi casa.

La caída de un ReyWhere stories live. Discover now