Lucifer y...

Había una vez

Había una vez, una chica que estaba caminando tranquilamente por el parque y mientras silbaba y tarareaba una de sus canciones favoritas, cruzó la pista sin cuidado y un camión que pasaba a alta velocidad la atropelló. Estaba muriendo.

En eso que un ángel pasaba y se enamoró de su belleza, llegó a pensar que tal vez ella se había escapado del cielo. Él sanó sus heridas, no podía permitir que tal obra de arte acabe de esa manera así porque sí. De repente tuvo una sensación desconocida, lo estaba corrompiendo la maldad, los recuerdos de las cosas que hacían los seres humanos eran demasiadas para él.

Él era un ángel, la mano derecha del Señor. Él, se llamaba Lucifer .

Ahora, estaba cogiendo una apariencia rojiza, además de un aura ardiente y atemorizante. Lucifer, realmente se enamoró de esa chica, también se sentía ilusionado porque había hecho algo que los humanos llaman "amor a primera vista". Pero no quería lastimarla, y sabía que tarde o temprano pasaría si seguía con ella. Entonces se fue, regresó al cielo. Fue a preguntarle a Jehová qué le estaba pasando.

Él le explicó lo que le pasaba y lo que pasaría después. Le dijo que tendría que haber un balance entre el bien y el mal, y este último se veía perjudicado. Lucifer lo interrumpe preguntando si acaso eso no sería bueno para todos, lo que tanto estábamos esperando; a lo que Dios le responde con un rotundo no. Dice que antes los humanos hacían guerras en donde habían muchas muertes, demasiada sangre derramada en la lucha por el poder absoluto; ellos se castigaban solos. Comenta que ahora sigue habiendo esta situación pero de manera más pacífica, que se han dividido en países y cada uno de estos lucha internamente para mantener la estabilidad política que podría llevar a una utopía. Esto no se podía permitir, y por eso Dios elegió a Lucifer para hacer de vengador...

Luego de lo ocurrido, Lucifer aún no entendía cómo es que llegó a ser lo que es ahora, y por qué el Señor lo eligió a él y no a otro más... Él se decía a sí mismo: "Yo hubiera sido tu sucesor...", "¿Por qué me hiciste el villano a mí?...", "Yo te admiro... No, Te admiraba.", "¿Quieres que sea el villano? Bien, ¡seré ese cabrón!... Pero antes me echaré una siesta. Esto de ser malo cansa."

A la mañana siguiente Lucifer ya tenía preparado su acto malévolo. Pero algo, o mejor dicho alguien se interpondría en su camino.

Lucy tomó forma humana, para cometer el delito (se suponía que tenía que vengar a los inocentes, aunque de una manera para nada heroica, pero él aún no sabía muy bien qué hacer). Estaba esperando a la persona adecuada, una persona débil e insignificante, con la que podría empezar su era del terror. Entonces, aparece. Era una chica de mediana estatura, cabello medio ondulado (marrón oscuro), tez trigueña. Pero cuando le dio la vuelta a darle la paliza de su vida, era ella, la chica con la que todo esto había empezado. Rápidamente se dio cuenta de eso y él fue quien dio la media vuelta, pero esta vez para escapar de ella... Su gran y nuevo amor... Aunque no lo sepa aún.

Él estaba aterrorizado, se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Reaccionó, casi la mata... Necesitaba alguien que lo apoye, alguien en quien confiar, alguien a quien pueda contarle las cosas maravillosas que le pasaron, y hasta de las cosas tan horribles que le deparó la vida. Pero ese alguien ya no estaba a su disposición, ese alguien fue quien lo dejó en la situación en la que se encontraba.

Ni modo, él no aguantaba más, tenía que hablar con alguien; confiar en un ser humano. ¿Quién mejor que Emma?, de todas manera tenía que explicarle lo que pasó y pedirle disculpa. Las ganas sobraban, pero su voluntad no era capaz de hacerlo. Era muy débil, necesitaba de ella.