Amores Destinados [MLB] |EN EDICIÓN|

Capitulo 11: Revelación 1/2

—Detente Ballernt—dijo Ladybug.
—Si tanto querías bailar porque no solo le dijiste a tu hermana, no significa que porque ella odie él ballet tu también lo vas a odiar.

—¡Callate! ¡Mi hermana es una tonta por eso sera obligada a bailar ballet para siempre! —dijo dándole un látigo a su hermana para que baile.

—Eso jamás, ahora Chat-—dijo Ladybug.

-—¡Cataclismo!—impulse mi poder de destrucción en sus zapatos se ballet, mientras que Ladybug ponía todo a la normalidad.

—Ganamos—dijimos chocando los puños.— Nos vemos — dije saltando de alegría para ir a ver a mi princesa y decirle que soy Chat Noir hasta que veo que Ladybug se adentra en la habitación de Marinette y en ese momento me di cuenta que...

Ladybug siempre pasa por la casa de Marinette para saludarla jaja, na mentira sigamos...

¡Marinette es Ladybug!

Me quede tan sorprendido que quise intentar hacerle que caiga en una trampa.

—Hola mi princesa—dije entrando con un todo dulce y dándole un beso en sus hermosos labios.

—Hola gatito—me dijo correspondiendo al beso.

—¿Te puedo hacer una pregunta?— dije con mi encanto.

—¿Que pasa? —dijo un poco nerviosa.

—Donde estabas mientras aparecía una nueva villana, te fui a buscar en casa pero no estabas, en él colegio tampoco, con Alya tampoco, donde estabas me tenias preocupado—dije intentando descifrar como escondería su secreto con estas preguntas.

—¿Acaso me escondes algo?

—¿¡Que!? No como crees... Además estaba salv... Digo estaba en la Torre diseñando un... Sombrero...—dijo tartamudeando sin mirarme a los ojos y poniéndose muy nerviosa.

—Pero y tu cuaderno—dije aguantandome las ganas de reír.

—Se me cayó y no lo encontré...—dijo sonrojándose.

—¿Entonces que mágicamente tu cuaderno de diseño apareció aquí en tu escritorio no?

Marinette se sorprendió al saber que sus excusas no daban resultado.

—Ah si, es que lleve otro... Y me compre... Y lo tomé... Y lo pinté... Exactamente igual—dijo amostrandome.

No pude contener mas la risa y me reía a carcajadas, Marinette solo me miraba temblando y con miedo de que me volví loco.

—¿Que es tan gracioso?—dijo Marinette.

—Que no sabes mentir—seguía riendome.

Unos 3 minutos después me tranquilize, aunque mi princesa ya se estaba enojando y decidí hablar.

—Esto queda entre tu y yo my Lady—-dije susurrándole a la oreja. Ella solo abrió los ojos como platos y empezó a llorar de la nada.

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