𝐒𝐔𝐑𝐕𝐈𝐕𝐄
❝ has saltado a defenderme
sin siquiera pensarlo ❞
❝siempre lo haré
no te sorprendas ❞
Halley estaba feliz, lo estaba de verdad.
Su padre y su hermano estaban bien. Todos sus amigos lo estaban. Y su relación con Isaac no podía ir a m...
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Stiles y Scott llevaban prácticamente toda la noche en busca de Malia. Bueno, técnicamente, en busca de un coyote.
Y, mientras que Scott había sido capaz de encontrarla, y a los segundos después perderla, Stiles había encontrado la madriguera en la que el coyote vivía.
Claro que, después de haberse visto en peligro, Malia había huido y seguramente no volviera.
Por eso, al estar atentos a los detalles de la cueva, al estar en completa oscuridad y silencio, y al estar alerta, ambos amigos se asustaron cuando el teléfono de Stiles comenzó a sonar, el eco rebotando por toda la cueva.
—¿Sí?
—¡Stiles, ¿dónde demonios estás?! ¡Son las cuatro de la mañana!
Stiles hizo una mueca y le pasó la linterna a Scott— . Emh, bueno. Estoy con Scott en el bosque, Hall.
—A las cuatro de la mañana.
—Sí, era verdaderamente importante.
—Si era tan importante, ¿por qué no me has avisado? ¿Qué hacéis allí?
—En realidad no es tan importante— se contradijo el chico— . ¿Sabes qué? Puede esperar perfectamente hasta mañana. Tú vuélvete a dormir que ya voy para allá.
—Espera, Stiles...
Pero Stiles, no esperó. Colgó el teléfono, lo puso en silencio y volvió junto a Scott.
—Es una guarida de coyote— explicó Stiles.
—De mujer coyote— lo corrigió el hombre lobo.
—¿Ves esto?—Stiles cogió una chaqueta del suelo y se la enseñó a Scott—. Es de Malia, es el mismo que llevaba en la foto.
Scott cogió un peluche que reposaba sobre una roca y lo miró con pena— . No deberíamos estar aquí.
—¿Qué quieres decir?
—No va a venir por ahora, hemos invadido su casa—se explicó— . Nuestro olor estará por todas partes.
—Bueno, si no va a volver aquí, ¿a dónde va a ir?
—No lo sé... ¿Puedes localizarla? ¿Tienes su olor?—sugirió el de lunares.
—Puede, pero se me da mejor cuando soy lobo y todavía me preocupa que si lo hago, no vaya a ser capaz de volver—confesó Scott.
