De entre los bosques a lo alto del oeste de equestria, pasando enormes estructuras rocosas, el de hollow shades es el más alto y el más solitario. Esta plagado de escombros y de lo que pudieran ser cabañas a medio hacer. Demasiado escombro, tierras y piedras a los que no se les puede sacar ningún provecho, y la loma que sube hacia hollow shades la nombran cuesta del Los perdidos. Ya se imaginará porque.
...El aire y el sol ardiente en hollow shades, se han encargado de absorber la poca agua de lo que una vez fue un río y dejar siempre un rastro de polvo cada vez que las ventiscas aparecen. Esas ventiscas calurosas que con el pasar de los minutos, se asemejan a estar frente a un horno. Pero a pesar de todo eso, las noches son frías... demasiado frías. Si uno no puede estar tranquilo en el día por el calor, tampoco lo puede estar durante las noches.
-Yo sé bien cómo es hollow shades, y usted qué va para allá, sólo me queda decirle que será un viaje largo y cansado.
El pony que relataba esto, era alguien de avanzada edad. Barba y bigote desborotado y muy canoso, tenia un sombrero que le ensombrecia parte del rostro y que aun asi, lograba notarse una expresión cansada y seria, como si apenas pudiera sostener el sentimiento de aquel recuerdo en Hollow shades. El pony a quien le contaba esto, era alguien joven, un viajero que se dirigía ahí pero que nunca contó su motivo por el que se adentraria a tal lugar. Ambos se encontraban en un bar, relativamente cerca de hollow shades, en un pueblo que tenía muy poco de formarse y del que aún no se le conocía nombre.
-Pues si, como le decía, en hollow shades pareciera ser que sólo existe la tristeza acompañada de una calma que inquieta. Eso lo pone a uno muy nervioso como si se hubiera llegado al final de un camino y del que no se puede regresar. Al llegar ahí, da la sensación de que ya no hay nada más por recorrer, que todo termina justo ahí.
-Decían los de Hollow shades que de aquella tierra empinada, suben los sueños, pero yo solo vi subir ese viento ardiente con su polvo lastimero, un viento que no deja abrir bien los ojos para no perderse en la cuesta y que tampoco deja crecer nisiquiera a esas plantas que inesperadamente nacen en lugares casi imposibles... ni a ellas las deja vivir en paz.
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Ambos, sentados en una mesa de madera bastante vieja, con grietas hechas por la humedad y por el mismo tiempo, y por donde aveces se veían unas pequeñas hormigas atravesarlas y que aquel pony viejo aplastaba con su casco al sentir el cosquilleo de estas. Poco después, se levanta y se asoma por unos instantes a la calle donde se escuchaban a unos potros jugar. Justo en ese momento, la pelota con la que jugaban, golpea ligeramente los cascos del pony viejo. El la patea regresandosela a ellos y dice:-Tranquilos, jueguen un poco más retirado de aqui pero sin armar alboroto.
El pony anciano regresa, ya casi caía la noche, se sienta y da un último trago a su sidra de manzana para después voltearse y decirle al cantinero que le trajera otro tarro de sidra.
-En qué estábamos?...
El viajero sólo voltea por la ventana en dirección a esa empinada cuesta a Hollow Shades.
-Oh si, otra cosa. Usted nunca verá un cielo azul en hollow Shades, ahí todo el horizonte esta opaco, sin vida, todo el tiempo nublado pero sin dejarse ver una gota de agua caer desde ese cielo desteñido casi por todo el año. Todo el horizonte sin un árbol vivo, todos completamente secos, sin un poco de pasto o algo que deje descansar la vista... nada que pueda apreciarse ahí.
-Allá llueve muy poco, apenas unas cuantas tormentas que se ven a lo lejos y que pasan muy rápido como si el mismo clima le tuviera miedo a hollow shades.
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-Recuerdo cuando yo llegué ahí, yo era joven, tenía muchas ideas, tenía ganas de convertir esas ideas en algo real. Cuando llegué ahí con mi esposa y mis tres hijos, uno de ellos apenas era un bebé, el pony que nos llevó a la entrada del lugar en su carreta, apenas bajamos nuestras cosas, el se dio media vuelta y lo vimos alejarse tan rápido que no me di cuenta en que momento lo perdí de vista.-Nos quedamos los 5 ahí en medio de una plaza, con todas nuestras cosas... Una plaza completamente sola y lo único que se escuchaba era el viento.
“-¿En que lugar estamos?” - le pregunté a mi esposa y ella solo alzó los hombros.
“-si no te molesta, ¿puedes buscar donde podemos comer? Yo me quedo aquí con los niños y las cosas”
-ella agarró una bolsa, tapó al bebé y se lo llevó, pero no regresó. Nos decidimos a buscarla y pasando por entre las casas, no parecia que viviera alguien y entonces me asomé en una iglesia en ruinas y ahí estaba ella, postrada rezando a celestia.
“- ¿por qué no regresaste?”
“- porque me quedé resando ”
“- y... ¿Hay algún lugar donde comer?”
“- no, no hay nada... aquí no hay nada. Por eso vine aquí a resar.”
“- ¿vive alguien aquí?.”
“- si, ahí en frente. Ahí están unas ponys pero no tienen comida. ”
- yo volteé la vista hacia donde me señaló, me acerqué y pude ver en esa casa que tenían las ventanas selladas y en la puerta de madera la cual tenía unas rendijas, pude ver el ligero brillo de unos ojos viendo hacia afuera. No me hicieron caso cuando toque la puerta.
“- ¿En qué lugar estamos?”
-Y mi esposa sólo se alzó de hombros nuevamente. Y así, llegó la noche. Nos quedamos los 5 ahí, en esa iglesia en ruinas. El miedo que sentíamos y el ahora apagado llanto de los niños no nos habían dejado dormir aunque hubiéramos tenido sueño.
Con el pasar de las horas, escuche a mi esposa decir “-¿Qué es ese ruido?” “-¿Cuál ruido?” -le pregunte. “- eso que se escucha” -volvió a decir pero es que yo no escuchaba nada, así que le dije “- No es nada. Ya duermete, ya casi va a amanecer, descansa aunque sea un poco”. - y ya no dijo más. Pero después de un rato, yo también lo escuché. Era como el aletear de los murciélagos pero de una manera muy calmada. Entonces me asomé a la calle y eran unas 10 ponys vestidas de negro. “- ¿Que hacen, que quieren?” -les dije y sólo me respondieron
“-Vamos por agua”-el simple hecho de saber que si habían más ponys aquí, me tranquilizó, pero lo que en verdad me hizo tener un respiro, era saber que en ese lugar también existía el agua, mínimo con eso podíamos sobrevivir un poco en esas tierras olvidadas por Celestia.
-Con el pasar de los años nos acostumbramos a la vida de ahí, pero creo que era sólo una idea aferrada a nuestras mentes que de alguna forma nos intentaba hacer soportar la decadencia del lugar. Los que ahí vivían parecían todos ancianos, envejecidos de manera prematura que acostumbraban quedarse sentados afueras de sus casas como esperando a que el calor del sol los terminara de consumir, pero no sucedía, todos los días era lo mismo y cuando me di cuenta, yo también hacia lo mismo.
-Fue cuando decidí salirme de ese lugar. Y sin siquiera mirar atrás, en cuanto teníamos lo necesario, escapamos... escapamos como si hubiéramos estado aprisionados en contra de nuestra voluntad y nos fuimos... para nunca más regresar.
Ya era de noche, los potros uno a uno se metian a sus casas y el pony viajero el cual nunca dio un sorbo a su sidra, sólo veía como la luna iluminaba aquel lugar que marcaba la vida de muchos para siempre. Ese lugar que parecía maldito y del que no se podía salir a no ser que te atrevieras. El viajero tomo sus cosas, salió del bar y su pequeña existencia quedó para el olvido al dejar al pony anciano ahí en esa mesa completamente dormido por toda la sidra que había bebido.
Fin
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Cuento: Hollow Shades
Mystery / ThrillerUna adaptación del cuento 'Luvina' del autor Juan Rulfo en el mundo de MLP sobre ese lugar llamado Hollow Shades que parece ser un lugar olvidado.