21

185 19 14
                                    

El ardiente deseo que invade nuestro cuerpo es por mucho lo más grande que poseemos, poder sentir como el fuego se aviva en nuestro ser hasta que por un segundo sentimos que va a estallar, sentir nuestra piel arder de una manera descontrolada, como el monstruo al que tanto tememos revive para atacar.

Su cuerpo imponente se paseaba por todo el lugar, una figura esplendorosa de la cual nadie podía resistirse, su piel pálida sobresalía entre todas las personas, sus ojos felinos lo hacían ver más peligroso y su traje hecho a medida resaltaba cada curva.

El baile al cual estaba invitado a penas había comenzado, él era el centro de atención como anteriormente había sido, siempre fue así, desde que se convirtió en un adolescente iba a todos los bailes programados por su padre, aunque no le gustaba estar allí no tenía de otra, pronto sería el heredero de todo el reinado de su progenitor.

-YoonGi cariño, ven a saludar-Su madre que se encontraba en el centro de varias de sus amigas lo arrastraba buscando alardear de él

-Buenas noches señoritas- Hizo una leve inclinación, las mujeres soltaron un pequeño grito ahogado mientras veían al hombre más codiciado de todo Corea.

-Tienes un hijo maravilloso, Hye-Una de las amigas de su madre miraban al azabache encantada, era por muchos años mayor que YoonGi pero esto no importo para que ella se insinuara resaltando las curvas que se acentuaban en su vestido.

-Muchas gracias, si me disculpan debo arreglar unos asuntos-En realidad no debía arreglar nada, pero no quería estar en ese lugar por más tiempo de lo necesario.

-Hijo deberías hablar con Jeon, acaba de llegar- YoonGi acepto con una inclinación de cabeza a la vez que hacia una reverencia despidiéndose de las ostentosas mujeres.

YoonGi había hablado con él un par de veces, la semana anterior a esa se habían encontrado en un lugar clandestino, allí se realizaban todo tipo de sesiones sexuales, aunque esto era altamente secreto, las personas de las clases más altas no dejaban de hablar de ello, todo lo que se realizaba allí en algunas ocasiones dañaban el cuerpo humano, algo que estaba totalmente prohibido.

-Jeon-El azabache se planto frente al castaño, su traje completamente negro resaltaban su pálida piel, cada parte de su cuerpo expresaba su carácter, nunca antes había visto a un hombre con esa actitud, sabía que tenía un pasado del cual podría no estar arrepentido pero de algo estaba seguro, no estaba totalmente orgulloso.

-Hola, Min- Se acerco quedando a solo unos centímetros de su rostro,- o debería decir Suga

El azabache tensó su mandíbula, no podían saber de su otra vida, aquella que disfrutaba de ver el dolor y el placer de la otra persona, que ansiaba escuchar los gritos de suplica, que anhelaba escuchar los pequeños gemidos que salían de sus bocas.

-Jungkook, no creo apropiado hablar de ello aquí- Se alejo caminando hacía el jardín de la mansión, todos los recuerdos de la semana anterior llegaron de golpe, cómo haría para superar una de las mejores noches de su vida, no podía seguir asistiendo, todo se vendría abajo.

Su padre jamas aceptaría que frecuentara esos lugares, aunque siempre hizo lo que quiso esta vez no podía refutar, estaba en juego su puesto, quedaría como un pervertido que se excita cuando lo golpean.

Todo a su alrededor se volvió obscuro, un lugar sin rumbo fijo, ahora la luz no se reflejaba en la casa solo había obscuridad, miro hacía el bosque, aquel al que todas las personas le tenían miedo, ese espacio en el que habitaban todo tipo de animales peligrosos, pero al cual no le tenía miedo, en cambio, desde muy pequeño deseaba entrar allí, ver las criaturas de las que tanto hablaban.

Blood, Love And Tears⭐KookV ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora