Capitulo 5

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 Feliciano estaba acostado en el largo pasto bañado de sol, con Ludwig a su lado, sonriendo, un rayo naranja de luz tornaba su cabello dorado. Tomó al menor y lo acercó a sus cálidos y fuertes brazos. Feliciano dio un pequeño suspiro entrecortado, recorrió sus dedos por el dorado cabello de su acompañante, tembló ante el suave tacto de los labios de Ludwig en su cuello. Todo era silencio a su alrededor... Nadie más existía en el mundo entero. Feliciano hechó su cabeza hacia atrás y gimió. — Ludwig... 

El sonido de un disparo ensordecedor explotó en sus oídos, el castaño abrió los ojos de golpe, parpadeando en la repentina y ligera luz. Le tomó unos cuantos momentos recordar donde estaba, y cuando lo hizo, pudo escuchar la respiración frenética de Lovino cortar el silencio en la habitación. Giró su cabeza para ver a Lovino cojear pesadamente desde la puerta frontal hasta el tocador, tomar el tomate de vidrio que Antonio le había dado de su superficie, y apretarlo fuertemente en su mano antes de azotarlo repentinamente en el suelo.

 Feliciano parpadeó impactado y se levantó a sí mismo para sentarse, los últimos vestigios de sueño se habían ido. —Lovino, ¿qué estás haciendo?

Lovino ni siquiera se percato de su presencia. Se tiró de rodillas, colocó la linterna en el suelo y buscó en los fragmentos de vidrio hasta que encontró algo. Sostuvo el pequeño objeto en la luz. Lo observó fijamente, inmóvil, respirando pesadamente, antes de que cerrara su mano y la apretara contra su pecho.

 Rió amargamente. —Bastardo...

Feliciano se empujo a si mismo fuera de la cama, confundido y preocupado. —¿Qué es eso?

—  Nada. No es nada.— Lovino puso su cabeza entre sus manos brevemente. —Oh dios, no es nada, nada.

Feliciano se tiró en el suelo al lado de Lovino, tomando su mano y abriéndola para ver lo que sostenía. Era un plano anillo de plata. Lovino no protestó cuando Feliciano lo tomó y lo sostuvo en la luz, colocándolo en sus dedos. Había letras grabadas en el interior. Feliciano leyó en voz alta las palabras desconocidas. — "Te quiero." ¿Qué significa eso?

—Nada,—  Lovino repitió firme. —Olvídalo.— Arrebató el anillo de vuelta y lo introdujo en su bolsillo. —Solo olvida que lo viste, y yo olvidare que lo vi, y solo olvidaremos que esto paso alguna vez.— Feliciano tenía el sentimiento de que estaba hablando de otra cosa diferente al anillo.

—¿Olvidar lo qué paso? ¿Lovino? ¿Qué paso?

Lovino solo agitó su cabeza y se puso de pie. —Nada.— Repitió.

—¿Qué hora es? ¿Por qué llegaste tan tarde? ¿Donde está Antonio? El abuelo dijo que te lastimaste el tobillo, ¿Estás bien? Lovino, parece que te vas a caer.

—Feliciano,— dijo Lovino mientras cojeaba temblorosamente a su cama. —Vuelve a dormirte.

Feliciano asintió de mala gana, dándose cuenta de que era todo lo que iba a sacar de Lovino esa noche. —¿Por lo menos vas a dejar que te vende el tobillo?

Lovino respondió, pero su respuesta fue ahogada por la almohada.

—¿Perdón?

— Dije; Antonio ya lo hizo, ahora cállate.

Feliciano sonrió pícaramente ante aquello. Rápidamente barrió los fragmentos rotos y los descartó, un poco decepcionado mientras los miraba caer en el cesto. Era una pena que Lovino hubiera tenido que romper algo tan bonito solo para ver que había en el interior. 'Te quiero'. El iba a descubrir lo que significaba.
Feliciano suspiro y escaló de vuelta a su cama, esperando caer de vuelta en el mismo sueño que había tenido antes de despertar.

Auf wiedersehen sweetheartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora