Corban en multimedia.
Me quedé perpleja. Noté que Corban me observaba inquieto. Sabía que había hecho mal en traerme aquí, y yo también me arrepentía profundamente de ver esto. Mi corazón se estremeció tanto que quise ir y golpearlo... ¡golpearlos a los dos!
Nadie pronunció palabra. Jacobo enderezó su cuerpo y la chica solo me miraba divertida. Él, en un acto impulsivo, se dirigió hacia mí, pero cerré la puerta en su cara. Tomé a Corban del brazo y me dirigí al ascensor.
¿Por qué lo tomé? ¿Por qué lo llevé conmigo? Fácil, no quería ser asesinada en el camino. No me importaba lo que él pensara de mí, solo quería salir con vida de allí. ¡LARGARME!
Él tampoco dijo nada, solo se dejó llevar.
—Oprime el botón —ordené a Corban, que me miraba atónito.— Lo haría yo, pero no sé cuál es el indicado para salir al estacionamiento.
Corban obedeció, presionó el botón verde y el ascensor se abrió. Nos introducimos en él y el corto trayecto transcurrió en silencio.
—¿Te dejo aquí o prefieres que un descortés acosador te lleve a algún destino, convirtiéndome en una presa para tu desequilibrado esposo? —preguntó.
—No traje auto —respondí.— Y pensé que te gustaban los juegos; ahora veo que eres un charlatán.
Me giré y empecé mi camino hasta casa, tardaría en llegar aproximadamente toda la eternidad pero no tenia otra opción.
No caminé mucho cuando un deportivo negro frenó a mi lado, nos quedamos mirando un segundo, pero algo más llamó nuestra atención, del elevador iba saliendo Jacobo con su mandíbula tensada y llevaba consigo un gesto de ira que se descifraba a kilómetros.
—¡Apúrate!—Ordenó Corban para que metiera mi trasero en el auto, lo cual no dudé mas en hacer.
Las llantas en el asfalto resonaron en todo el lugar, sentí adrenalina, una que hace mucho tiempo no sentía.
—¿A dónde vamos? Aparte de a la morgue—Pregunta Corban haciendo que quite mi mirada de la ventana y dirija mis ojos hacia el.
—Por un café, estaría bien.—Informé secamente.
Corban encendió su radio mientras yo abrí un poco la ventana, permitiendo que el viento jugara con mi cabello.
—Tu esposo está desquiciado, pero lo estoy mas yo por ayudarte.
—¿Por que dices la palabra esposo?—Pregunto por curiosidad.
—Anastasia—Resopla—Por si no lo sabes así se dice cuando te casas, ya no son novios, son esposos, ¿no lo sabias?
Me habla como a una niña y eso hace que me enfurezca, solo un poco.
—Exactamente, por eso sé que no es mi esposo.
Corban frena en seco.
—¿Qué dices?—Pregunta perplejo, lo cual no comprendo.
—Yo de ti acelero, Jacobo nos debe estar siguiendo y no quieres que nos alcance.
—¿No están casados?—Pregunta de nuevo, haciéndome fruncir el ceño.
—No que yo sepa.
Corban me mira con desdén.
—Esto es serio Anastasia, ¿están casados o no?
Niego y me recuesto en la silla.
—Te estoy diciendo que no estamos casados, parece que no entiendes, así que acelera porque no creo que una conversación sobre mi vida privada sea mas importante que escapar del psicópata que nos persigue.
Corban parece en shock, así que decido volver a hablar de un tema que quería dejar en el olvido por el momento.
—¿Quién era ella?—Me atreví a preguntar de la nada haciendo que Corban saliera de su ensoñación.
—Es la hija de uno de los socios de la organización.—Responde dando marcha al auto.
—¿Qué tiene que ver con Jacobo?—Sigo preguntando.
—No me corresponde decirlo.—Inmuta serio.
Luego de ello el tema de Jacobo quedó atrás, hablamos de cosas, de su vida un poco, no me contó con exactitud que hacía en aquel lugar de torturas o porqué razón sabía sobre cada uno de los cuartos, pero, tampoco le conté que Jacobo me secuestró y que me mantuvo cautiva, solo dije algunas cosas sin profundizar.
El tiempo se pasó volando, no sé cuánto tiempo estuvimos allí en la carretera, pero el sol había desaparecido.
—Te dejaré en casa, si sucede algo inesperado me llamas—Comentó Corban en el camino.
—No tengo celular—Respondí.
Se quedó un tiempo mirándome, no lo podía creer, tal vez pensó o creyó que no le quería dar mi número telefónico o que no quería volver a hablar con él.
—Toma—Me tendió una tarjeta—Este es mi número, no dudes en llamar si algo ocurre—Recibí la tarjeta, no la miré, solo la guardé en la parte trasera de mis jeans.
¡Maldita sea, que no tengo celular!
—Gracias por todo, Corban—Me despedí al notar que habíamos llegado a mi casa.
A la casa de Jacobo.
Hizo un asentimiento con su cabeza, abrí la puerta y me dirigí a la entrada.
¡Mierda! ¡No tengo llaves!
Recordé que no llevé nada aparte de mi curiosidad.
Por arte de magia la puerta se abrió, dándome vista a un Jacobo molesto y con su mandíbula exageradamente tensada.
No le hablé, pasé por su lado, iba a dirigirme a la habitación cuando una silueta inesperada que se encontraba en la cocina hizo que me quedara inmóvil.
—¿Qué hace ella aquí?—Pregunté furiosa.
Jacobo no respondió, solo se quedó observándome serio.
—Mucho gusto, Cynara—Respondió con un toque de diversión en su voz.
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AnyiLi 🌻
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Obsesionado por ti (Bilogía ANCOR)©️
Mystery / ThrillerTe ví por primera vez en una fotografía, quien diría, quien diría Anastasia que me enamoraría tan perdidamente de tí, que asesinaría a todas esas personas por intentar entrometerse entre los dos, tú estás por encima de todo y todos Ana, yo soy tuyo...