Cuando entraron al departamento eran un olor fetido, insoportable. Basura, comida y heces de gato por doquier. En la recámara principal el olor era más fuerte. Al entrar vieron el cuerpo, un policía vómito, otro más cayó desmayado. El comandante, un hombre ya mayor, trato de aguantar el olor, la escena era espeslunante, la anciana yacia boca arriba. Al parecer llevaba semanas así. Los vecinos llamaron a la policía, ya que el olor era insoportable, ya no sólo en el departamento, ya el olor llegaba hasta el sexto piso de la torre. La anciana, o lo que quedaba de ella, era una masa, incorporea, los gatos estaban sobre de ella, aún comiendo, otros rasgando los órganos que aún quedaban dentro de ella. Heces, sangre y orina. Varios policías quisieron ahuyentar a los felinos. Unos saltaron, otros gruñian, otros más ni se inmutaron y seguían comiendo. Eran más de 50 gatos.
Después de unas horas pudieron ahuyentarlos a todos. Y tres horas más pasaron para poder levantar lo que quedó de la anciana.
Al otro día no había ningún gato más por ahí, después de que se llevaron a la anciana del departamento 003, se oyo por más de una hora los aullidos, los vecinos que quejaban. Pero nadie podía hacer más. Ya a medianoche de ese dia, varios niños jugaban en el parque de los edificios. De donde venían? De donde habían salido? A esa hora ya nadie dejaba jugar a sus hijos por ahí. No desde que hace seis años habían desaparecido varios niños de ahí y de colonias aledañas. Observe a uno, me parecía conocido. Era...era Mi hijo. Aquel que desapareció hace más de 6 años. Corrí hacia el. El solo jugaba en la tierra, se revolcaba como mínino sobre la tierra. Lo lleve casi arrastrando a casa. Si, era el.
Dos días después el comenzó a hablar. Sabía quién era yo. Y me contó lo que había pasado esa noche.
"Papá, recuerdas a la anciana del departamento 003?. Pues hace más de seis años, mis amigos y yo jugábamos en el pasillo. El gato que ella tanto quería. Estaba ahí, observandonos, su oreja partida, y su cuenca del ojo nos asustaba. No se iba, así que ellos y yo, empezamos a aventarle piedras. Lo perseguimos hasta el sótano, ahí en el rincón, seguimos con las piedras, uno de ellos le arrojó una tan grande que le partió la cabeza. Huimos, pero yo me Di cuenta como la anciana nos observaba, lloro, y alcanzó a gritarnos que lo pagariamos. Uno a uno fueron desapareciendo. Todos los buscábamos. Pero nada. La anciana comenzó a tener más gatos, noche tras noche aparecían más en su departamento. Y eso lo sabía, ya que yo veía por su ventana como cada noche llegaba con uno o dos más. Hasta que ella me vio, quise correr pero caí. Me golpee la cabeza. Cuando desperté estaba en su casa. Llena de gatos, de cosas raras, como cabezas pequeñas, vacijas raras, un pentagrama estaba dibujado en el piso. Y ahí estaba un niño. Yo estaba amarrado a una silla. No podía gritar, mi boca estaba amarrada con una corbata. Ella empezó a decir algo que no entendía, como un idioma extraño. Había cosas como de magia negra, o eso pensé pues en varias películas veía. Humo, olores raros, los gatos aullando. De pronto, el niño ya no estaba ahí, sólo su ropa. Como si el hubiese desaparecido. Hasta que dentro del montón de ropa salió un gato. De ojos azules al igual que el niño que antes estaba ahí. Ella volteó a verme, me dijo que era su venganza, por haber matado a su gato, ahora ella venía tras de nosotros y los niños que encontrará en su camino. Los convertiría en gatos y jamás volveríamos a casa. Una noche me tocó a mi. Hasta el día que ella murió. Todos volvimos a ser nosotros. Varios llegamos aquí, pues algo nos llamaba hacia acá. Papá. Ya estoy aqui. Pero, mis amigos están afuera, buscando a sus padres. Donde están?.
Ellos, se marcharon, algunos otros se suicidaron. Yo, sabía que algún día ibas a regresar.
-Alex Poecraft
