Una vez que estuvimos el calor acogedor dentro la casa, la dejé recostada sobre el sofá y tomé mi móvil.
¿Cómo diablos era el número de Marcie...?
Opté por un plan B.
Le marqué a Niall.
-¿Qué sucede Harry?- preguntó algo gruñón.
O estaba durmiendo, o le había interrumpido un buen polvo.
-¿Está Marcie contigo? Es urgente.
-¿De qué trata?
-Dile que por favor llame a la casa de Rose y que avise que se quedarán juntas esta noche.
-¿La tienes contigo?- preguntó mi amigo sorprendido y algo más despabilado.
Bufé.
-Si Niall. Pero por favor, dile. Y si se pone curiosa, sólo dile que luego Rose le explicará.
-Bien ahora le diré- dijo él distraídamente. -Harry, se que la crees especial y todo... -oh oh, ¿otro sermón?- pero recuerda que es una stripper. Zayn tiene razón. Quizá para ella solo seas un juego.
Apreté los dientes.
-Bien, gracias y adiós- me despedí bastante frustrado.
No planeaba alejarme de ella. Me hacía sentir vivo, joven y como un estúpido adolescente.
Tampoco quería que se alejara de mí, no quería decepcionarla como había sucedido con Becca.
Aquel era probablemente mi mayor miedo.
«Deja de autocompadecerte, fracasado. No fue culpa tuya.»
Solté una carcajada bajita. Eso es lo que hubiera dicho Rose.
Ella se removió en el sofá y abrió un poco los ojos.
Me arrodillé a su lado y acaricié su cabello.
-Vamos a la cama- dije en voz baja. Y sí, se que sonó pervertido, pero juro que no me refería a ello.
De todos modos, ella arqueó una ceja.
-Quiero dormir aquí.
La observé curioso. - ¿Qué?- preguntó. -No quiero dormir en el mismo sitio dónde se acostó tu esposa.
Entonces aquello me aclaró algunas dudas. Siempre habíamos dormido en el sofá y ella se negaba a ir al dormitorio.
Solté una risita. Si lo hubiera dicho antes...
-Rose, ella nunca vivió aquí. Luego de que me pidió el divorcio, compré esta casa.
La castaña me miró sorprendida.
Aun estaba algo dormida y eso la hacía tan adorable.
Tan adorablemente sexy. En ese vestido de seda color púrpura oscuro...
«Está ebria» me recordó mi consciencia.
Entonces estiró los brazos para que la tomara. Así lo hice y la guié hasta el dormitorio.
Necesité de todo mi maldito autocontrol para no arrojarme encima de ella cuando se recostó en mi cama y se me quedó observando.
-¿Me ayudas con esto?- musitó en voz baja señalando la cremallera de su vestido. Desafortunadamente no noté ningún ápice capcioso en sus palabras. Estaba realmente cansada.
Me senté a su lado y ella se dio vuelta. Bajé la cremallera disfrutando de la vista.
Esa hermosa piel...
Y no lo resistí, besé su espalda saboreando el dulce aroma a fresas.
Ella jadeó pero se mantuvo quieta mientras yo me deshacía de su vestido por completo. Su fina ropa de encaje me cautivó más de lo que hubiera imaginado.
Acaricié su cadera, y entonces ella apoyó su cabeza sobre mi hombro.
No podía ver su expresión ya que estaba de espaldas a mí, pero sólo escucharla me bastó.
Gimoteó cuando adentré mis manos debajo de aquellas pequeñas braguitas.
-Quiero esto ahora- murmuró arqueando la espalda. -Pero también quiero poder recordarlo mañana.
Y aquello fue como una alerta roja en mi cabeza.
Yo también quería que lo recordara, pero su maldito estado de ebriedad no iba a hacerme el favor.
Entonces aparté mis manos y dejé un beso en su hombro. Ella dio media vuelta y acercó su boca a la mía. Olía tan maravillosamente.
Me dio un beso dulce y lento, con una mano en mi mejilla y la otra sobre mi cuello.
Se apartó metiéndose dentro de la colcha y hundiendo la cabeza en la almohada.
-Me gusta- musitó con los ojos cerrados abrazando a la afortunada almohada. -Huele a ti.
Sonreí una vez más.
Me deshice de mi ropa y me acosté a su lado abrazándola por detrás. Ella se acurrucó junto a mí y tomó mi mano por encima de su vientre.
Fue cuestión de segundos para quedarme dormido, justo como quería estar.
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One And Only || Harry Styles ||
Fiksi Penggemar"El baile no te servirá de nada en la vida. Céntrate en tus estudios, es el único modo de llegar lejos" era una de las oraciones más largas que con frecuencia, sus padres le dedicaban. El único lugar dónde Rose podía ser quien realmente era. Dónde p...