Ahora que ya estoy sola, y no se porque, pero se que me queda poco tiempo de tranquilidad, me decido por guardar toda la ropa de Alex en sus bolsas y dejarla en el armario superior para que no moleste.
Esto es porque en este apartamento vivíamos ambos, pero más que nada era porque como habíamos vuelto de los juegos y teníamos una relación, nos pareció buena idea.
Adrián y Jeannine estan en otro ellos dos juntos.
Megan esta con su padre en otro apartamento.
Stephen está con su madre en otro.
Todos los que acabaron infectados están en una zona aislada, pero acabando su tratamiento para volver a ser normales.
Y el resto de mis amigos tienen un apartamento para ellos solos, lo que suena súper bien.Pero bueno, esa soy yo, la que se alía con el enemigo para hacerse daño a si misma.
Suena como que fuese estúpida.
Si, si, pero hay que avanzar, y para eso tengo que comprobar que ha sacado Stephen del ordenador de Alex, y eso no puede espera.
Cojo mi móvil y envío un mensaje a Lucas para que en caso de que vuelva a mi casa, sepa que estaré en la sala de ordenadores antes de ir al comedor común.
Salgo del apartamento y empiezo a caminas por los túneles, girando a la derecha y a la izquierda, y rezando para no encontrarme con nadie.
Una vez que llegó a la sala de seguridad entro, y aunque se que esta completamente llena de gente que está trabajando para mantener la seguridad y el camuflaje de este distrito emergente, se perfectamente donde se encuentra el despacho se Stephen y me dirijo hacia el con paso decidido pero saludando a todos aquellos a los que conozco. Siempre hay que ser amables, es la mejor propaganda.
Llamo a la puerta de su despacho y el mira hacia ella para hacerme un gesto y permitirme el paso.
—Noticias buenas o malas.
Pregunto sin vacilar y me siento en la silla que hay frente a la suya.
—Depende como se vea —da la vuelta para que vea la pantalla del ordenador de Alex—. Este es el sistema jakeado de las cámaras de seguridad y de las puertas de las cerdas que llevan desde sus prisiones hasta el garaje de los aerodeslizadores. Y encima, también a dado permiso a una nave del capitolio a salir de esos garajes. La nave que a liberado a Marie y a sus matones.
—Mierda —susurro intentando que no se me escuche.
Pero Stephen tiene buen oído.
—Tenías esperanzas ¿eh? —asiento con la cabeza pero él simplemente continúa sin prestar atención a mi movimiento—. Bueno, lo demás es bueno, tu hermano y mi padre siguen vivos, creen que los consideramos traidores de familia, y tu hermano está al mando de su ejército de matones, así que sabremos perfectamente si nos van a atacar, pero en principio han dicho que no tienen nada preparado.
Ahora hay que ser serios.
—Vale, pero quiero que se tengan más precauciones, quiero que tengáis algún control sobre las demás personas que se conecten a ordenadores, por ahora cualquiera puede hacernos daño, la gente ya sabe que se puede jakear vuestro sistema, así que puede que no sean como nosotros pensamos y no hagan daño desde dentro. Ante todo quiero a tus mejores hombres.
—Buenas órdenes, ya me las imaginaba, y... —abre un cajón y saca unas pegatinas de el— vamos a dar estas pegatinas a todo el mundo para que las conecten a sus móviles, a sus ordenadores y a sus tablets, y así controlaremos lo que hacen, pero solo intervendremos en el caso de que estén intentando violar nuestros sistemas.
—Me parece bien, gracias a esto estoy seguro de que esto no volverá a pasar.
Nos despedimos con la cabeza y cojo mis pegatinas y las que le corresponden a Lucas.
Cuando salgo de esta sala, en el pasillo ya está Lucas apoyado, esperándome.
Cuando le saludo le doy las pegatinas y le explico el uso que estas deben tener.
—A ver si con esto se soluciona y no vuelve a ocurrir. Y por otro lado —pasa su brazo sobre mis hombros y empieza a caminar llevándome a algún sitio—, nos toca ir a comer ahora porque la sesión de la tortura de Alex es a las dos, y ya casi es la una y cuarto, así que habrá que comer rapidito.
Dicho esto, dirigimos nuestros pasos hacia el comedor común, donde nos encontramos con un menú compuesto de un puré de patata y unos muslos de pollo súper jugosos.
Ambos recogemos nuestras bandejas y nos sentamos en la mesa que compartimos con nuestros amigos: Megan, Adrián, Jeannine y Aris.
—¿Y Stephen? —es lo primero que pregunta Megan en cuanto nos sentamos en la mesa.
—Trabajando. Ya sabes, la seguridad ahora mismo está en el top tres de las cosas más importantes que se deben hacer.
—¿Y cuáles son las otras dos? —me pregunta Adrián divertido.
—Pues comer... —con esto empiezan a soltar alguna risa—... Y torturar a Alex. —y acto seguido se cayan en seco.
—Vaya,que manera más sutil, Rose.
Me encojo de hombros y no le doy mayor importancia durante el resto de la comida, es más, cambiamos incluso de tema solo para explicarlos mejor de que se trataba lo de las pegatinas, porque Jeannine se cree que es algo del capitolio para matarnos poco a poco.
Se que suena raro, pero ella es así, algo más de su madre.
Cuando acabamos la comida que hay en las bandejas, Megan se va para la sala de vigilancia para ayudar a Stephan, mientras que los demás nos vamos a la sala de torturas. Esta se encuentra al lado de las cárceles para que los prisioneros no sufran de más subiendo y bajando escaleras. Somos buena gente.
Cuando entramos en la estancia para observar, nos encontramos con mis padres, con el padre de Alex, la madre de Adrián y de Jeannine y con Lynn y Ángela.
—Ya tengo todo el material listo, pero yo recomendaría a todos ellos que se fuesen, no va a ser algo agradable para ver...
—Lynn, espera, primero quiero intentarlo por las buenas, ya sabes, puede que se de cuenta que lo que ha hecho esta mal, y acabe confesando y ofreciendose para ayudar a acabar definitivamente con ella —hago una pausa para ver su expresión, que sigue calmada, pero tengo la corazonada de que se está aguantando—. O puede que esto no haya sido más que un error, puede que estuviese en el sitio erróneo en el momento erróneo, todo puede ser.
Con lo último miro a su padre y se que me agradece que siga dando la opción de que Alex no sea el culpable. Pero esto también lo hago por mi misma, porque tampoco quiero que sea él el culpable.
Pero ante todo, espero a la respuesta de Lynn, porque en la sala de torturas ella es la que manda, y ni siquiera mi madre puede mandar en esta parte.
Espero una respuesta que parece tardar años en aparecer, pero al final me da su permiso:
—Adelante, yo no te voy a decir nada. Pero si no habla por las buenas, le tocará por las malas.
*******
Otro capítulo nuevo, y parece que no va a acabar muy bien para algunos.
Vosotros que pensáis:
¿Alex es inocente o culpable?
Os leo en los comentaros.
Un beso y un abrazo, desde la distancia (por la cuarentena).
Sofiiiii💚
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LOS JUEGOS DEL HAMBRE: Cenizas [2]
Fiksi IlmiahHan conseguido escapar de los juegos con vida. Han conseguido capturar a la presidenta. Y ahora viven en un nuevo distrito... En un refugio, bajo tierra. Pero por muy seguro que crean que es, siempre han dicho que las apariencias engañan. De una for...