Pasado en común: Cristian y Anastasia

Capitulo 30

POV ANASTASIA

¿Qué es lo que estas ocultando, mamá? ¿Por qué tanto secreto? ¿Por qué no quieres que te encuentre? La angustia cada día sigue creciendo y me siento un poco defraudada conmigo misma. No puedo hallar la respuesta a tu desaparición y porque me dejaste.

-¿Estás bien?- me pregunta Cristian a mi espalda.

-estoy cansada. Estoy harta de los secretos que rodean la desaparición de mi madre. Quiero saber qué fue lo que paso con ella pero, todo cada vez se está complicado y es como en vez de acercarme, me estoy alejando de ella- digo. Las lágrimas quieren salir y quiero detenerlas pero, es casi imposible. Es de mi madre la que estamos hablando. Quiero sabes de ella.

-no llores- escucho que dice a mi espalda. Sin que diga nada, el me abraza y las lágrimas salen sin que las puedas detener. Estoy colapsada. Quiero tanto saber de ella y parece que todo el mundo sabe más de ella que yo.

-estoy molesta. Son tantos los sentimientos que tengo en este momento, que me es imposible separarlos. ¿Cuáles de todas las cajas que hemos revisado, son las que van en esos cuadrados?-

-debes de estar tranquila. Si te pones de esta manera jamás podremos avanzar. Eres la única que conozco que puede resolver esto. Trabajemos juntos y ayudémonos. Estoy seguro que serás capaz de resolver esto y estará para ayudarte en lo que pueda- dice y me dan más ganas de llorar.

-¿Por qué tienes que ser tan lindo cuando estoy tan sentimental? Eso, amigo, hace que quiera llorar más- digo y él se ríe.

-no soy lindo. Solo un hombre que intenta ayudar a una mujer. No me gustan cuando lloran, es difícil poder contener a una mujer. Por eso prefiero hacerlas reír o enojar- dice y sonrió. Limpio mis lágrimas y suspiro.

-no soy tan problemática pero tienes razón. Debo de seguir adelante y encontrar que es lo que oculta este lugar. Bien- suspiro y cierros los ojos –lo que encontré son dos cajas que podrían caber en alguna. Tienen el mismo diseño, salvo con una diferencia muy sutil. No estoy segura que tú lo puedes resolver- digo y el frunce el ceño.

-¿Me estás confiando algo de esa magnitud? Me sorprende. Siempre estás tan metida en eso y no te das cuenta que hay más gente que te puede ayudar- dice y me siento mal.

-lo sé y creo que eso es lo que ha llevado que tenga esta carga sobre mis hombros que no me corresponde- busco las cajas que son muy parecidas y se las entregó –estas podrían ser las que van en el tercer cuadrado. Justo es que está más cerca de la muralla- digo y el asiente.

-está bien. Veamos qué es lo que tenemos aquí- dice y se va al cuadrado que le dije. Me siento en el suelo y el aire frio vuelve a recorrer mi cuerpo. Sigo trabajando con las cajas hasta el sueño comienza a invadir mi cuerpo. Lucho varias veces para que mis ojos no se cierren pero, me cuesta. Además, mi corazón está latiendo muy rápido.

-¡Bingo!- escucho que Cristian grita a un lado. Salto por el susto y luego lo miro, no sin antes restregar mis ojos para que el sueño se vaya.

-¿Qué paso? ¿Qué encontraste?- pregunto. El me mira y frunce el ceño.

-solo, encontré la caja correcta y es hora de que traduzcas. Es la siguiente de lo que habías traducido. ¿Estás bien? Te encuentro un poco pálida- dice acercándome a mí.

-creo que tengo sueño. Eso es todo. Déjame ver que es lo que dice para traducirlo y así decírtelo. Creo que necesito hacer algo más que trabajar con las cajas.- digo. Respiro profundamente. Me levanto y llego hasta donde está la caja, colocada.

"Cuando este niño cumplió los 10 años, los Tharcus, hicieron pasar al niño como uno más del pueblo y le ocultaron su origen. Al tener la mezcla de las civilizaciones, lo hacía poderoso y peligroso. La madre, preocupada que fuera discriminado por su origen, lo hizo pasar por el fruto de su matrimonio con el hijo del sacerdote del pueblo. El gran problema, es que este nuevo padre, no lo trataba bien. Lo golpeaba, hasta el punto de dejarlo en la inconciencia en varias ocasiones. Eso provoco, que el corazón del niño, cambiara. La nueva era estaba cambiando de rumbo".