Reincarnate Blood [Kihyun]

Capítulo 1

Estaba teniendo un sueño lo sé, era una pesadilla, donde yo moría. Es totalmente extraño.

Luego siento mi cara algo húmedo. Haciendo que despierte

—¡Aghh! Demonios Kaleb. —Digo aún con mis ojos cerrados sintiendo a mi pequeño lobo intentando animarme. —¡Está bien ya voy!

Me levanto y lo miro echarse en mi cama.

Tomo un baño relajante, escucho un aullido de parte de Kaleb haciéndome sonreír.

Es extraño el como lo encontré, y el cómo es que regresé a casa.

Toda mi vida es extraña. A llegar al grano.

Mis sueños son anormales, Kaleb apareció de la nada. Todo, todo está casi fuera de control.

Encontré a Kaleb en una noche fría y lluviosa.
Estaba en una celebración de cumpleaños, salí a los alrededores y por curiosa me fui cada vez alejando, fui a parar hasta en un lugar oscuro, parecía bosque y a decir verdad estaba en un maldito bosque.
Cuando me percaté de mi realidad y quería regresar, el temor me invadió, pues escuchaba ruidos aullidos, y sonidos escalofriantes. Corrí hasta buscar la salida, pero el lodo y los troncos hacían que me tropezara varias veces hasta caer.
Estaba asustada y mis lágrimas no me dejaban mentir, el último tropiezo hizo que volteara a ver aquellos temibles ojos rojos, era una bestia.
Poco a poco acercándose a mí y yo aún sin moverme suplicando que alguien viniera a mi rescate.
Rugidos se acercaban cada vez más, un último aullido escuché. A lo lejos lo vi, era él su pelaje siendo acariciado por el fuerte viento, ojos azul zafiro. Pude ver que fijaba aquellos ojos en mí. Fue lo último que vi.

Después de ese hecho estaba en mi habitación. Estoy segura de que no fue un sueño.
Cuando regresaba a casa por la noche, en un callejón encontré a Kaleb estaba en la plena oscuridad y sus ojos iluminaban el callejón, por un momento no tuve miedo hasta me acerqué. Lo vi ahí indefenso, parecía como si ya lo hubiera visto en alguna parte de mi vida. Lo recogí.

Era un precioso lobo siberiano, no podía evitarme a tal belleza.

Pero dejemos los recuerdos atrás, ahora vive conmigo y en ocasiones se escapa haciéndome preocupar, sí, en muchas ocasiones desaparece de la nada y aparece en tres días.

Sigo viviendo en la casa de mi abuela.
Mis padres fallecieron en un incendio cuando tenía 5 años, no recuerdo mucho de ellos, por ello mi abuela materna se ha hecho cargo de mí.

—Tenemos que pasear sólo por unas horas, porque lloverá pronto —Platico con Kaleb después de salir en una toalla enrollada a mi cuerpo.

Recibí un aullido leve de el.

—Bien... Tengo que cambiarme —Se pone frente mío moviendo la cola, no me daba vergüenza cambiarme frente de Kaleb, pero cuando hago eso una de sus patas tocan sus ojos como si fuera a taparse.—Eres tan lindo... Bien llegó la hora ¡vámonos!