El fiel corcel

43 1 0
                                    

Zad mantenía la mirada fija en el objetivo, el caballo rival podría provocarle un jake en el siguiente movimiento, la reina estaba bloqueada, cambiarla por un alfil no era la mejor opción.  Su rey ahora estaba descuidado, toda la armada de peones había sido destruida a excepción de dos sobrevivientes. Zad lo sabía, si avanzaba el peón un paso mas y lo cambiaba por otra reina seguro causaría problemas a su rival, pero él no quería causar problemas, él deseaba embestirlo de una sola vez con un ataque inesperado, eso era lo suyo, la sorpresa.

Quién pensaría en preferir un caballo a una reina. Estaba preparado, llevaba varias jugadas pensadas por delante, quizas más de las que necesitaría si su rival callera en la primera trampa. Adelantó el peón, llegó a la frontera para cambiarlo por un hermoso corcel. Alberto levantó la mirada hacia Zad, de verdad que no se lo esperaba, ese chiquillo con la mirada imovil en el tablero le había dejado sin opción, tendría que mover el último alfil que quedaba protegiendo a su rey o ariesgarce a un "mate" seguro. Así lo hizo, pero al instante Zad colocó la torre en posición defensiva, imprecionando más aún a Alberto, quien pensaba que el niño le atacaría sin piedad arrinconándolo a jakes continuos. El caballo de Alberto se dirigió a una postura de amenaza pero Zad al instante colocó su reina frente al rey del rival, no tenia escapatoria, estaba respaldada por el caballo anteriormente obtenido y la torre ahora bloqueaba el paso de la linea defensiva, era un "jake mate" inesperado, bastante rápido, a decir verdad.

El viejo Alberto se levantó con trabajo, manteniendo una mirada escéptica sobre lo acontecido, hacía veinte años que nadie le ganaba, los afortunados apenas podían sacarle un empate.

La sonrisa desviada por los años hacia la derecha había sido dibujada de nuevo en el pálido rostro del viejo. -Impresionante- dijo sonriendo- tienes un futuro prodijioso, eres un estratega nato - pero Zad continuava mirando el tablero como si algo no estuviese bien. -¿Qué te pasa? -preguntó el anciano- ya acabó, felicidades, le has ganado al campeón mundial.

El chico continuava inmovil, los ojos bien abiertos, sorprendido -68 movimientos -por fin dijo, levantando la mirada -núnca habían sido tantos, jamás había perdido una torre -esto, est... -los labios de Zad se trabaron -¡esto es una mierda! ¡¿Cómo puede ser que un viejo insensato como usted me haya tragado una torre?! -la sonrisa del viejo se borró del rostro ahora deformado, como si todas sus arugas nacieran de su entrecejo -¡No puedo creer que un mocoso como tú se atreva a dirijirce al campeón mundial de esta forma -el chico levantó más la voz -¡Campeón mundial! ¡pues entonces el mundo es una mierda! tantos errores y aún así ¿hacerse llamar campeón?pues mira que un mocoso te ha ganado. Pero ve que mierda de campeón al que me he enfrentado.

Alberto no podía sentirce más humillado, salió de la habitacion refunfuñando pestes del niño, hasta que el agente Davis lo detubo preguntando sobre lo acontecido. Alberto sólo lo apartó de su camino y continuó sacando vapor de furia por la nariz.

Davis entró a la habitacion donde Zad se encontraba, retiró sus gafas del rostro y las limpio con el pañuelo que siempre llebaba en el saco -pero ¿Que ha pasado Zad? ¿De nuevo has menospreciado y humillado a tu rival? - ni si quiera se le puede llamar rival a ese viejo insensato ¿por que todos son tan ineptos? Núnca tengo batalla -vamos amigo, te conseguimos al mejor del mundo, quien pensaría que resultaría así, hacía veinte años que nadie le ganaba, teníamos las espectativas altas con él -yo solo me quiero largar de este sitio, ¿cuándo regresaremos a casa? -Davis suspiró -pronto amigo, pronto. Pero antes tenemos que dirijirnos hacia el este, ya sabes, los juegos que tanto te gustan esperan por ti -me gustaban a los siete, ahora son muy fáciles -Davis colocó la silla frente a Zad, lo tomó del hombro y le miró con el cariño que sólo un padre puede tener a su hijo, aunque este no lo era -te prometo que ésta vez serán mas difíciles, además la mesa de los sabios ha enviado un mensaje. Les interesas amigo. Y ellos si que son inteligentes ¿lo sabes verdad? -si, pero hace ya mucho tiempo que no veo a mi madre, siete meses, trece dias, dos horas, cuarenta y dos minutos, desde que partimos de casa -¿llevas la cuenta desde entonces? -lo cuento todo, este es tu parpadeo numero veintidos desde que entraste - Davis sonrió ligeramente -a ti no se te escapa nada ¿verdad amigo? Si que eres listo, sin duda, pero tenemos que partir. Mira, he comprado los chocolates que tanto te gustan y si, me aseguré que sean los amargos. Zad rió, siempre lo hacia cuando Davis estaba cerca, era la persona a la que más aprecio tenía.

Salieron de la habitacion con el equipaje en mano, bajaron por el elevador del edificio y tomaron el primer vehículo cercano.

Ahora se dirigían al sector nueve, para hacer las pruebas lógicas en el CIPC (Centro de Investigación de la Psique y el Comportamiento, según sus siglas en español),  ante los asignados neuronales del continente, en el sector 22 de America.

DESERTORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora