cap 1

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Una tarde en Privet Drive un joven adolescente en la gloria de su juventud despierta bajo los ruidosos gritos de su tía.

-MOCOSO- gritaba descontroladamente esta - BAJA YA, EL DESAYUNO NO SE HACE SOLO.

solo quizás no estaba viviendo la gloria de su juventud.

Narra Harry.

Desperté rápidamente asustado por los gritos, no suelen tomarlos a la ligera, cuando gritan es porque realmente están enojados. Normalmente solo me tocan la puerta repetidas veces hasta que despierto. Me arregle el cabello un poco, odiando mi cuerpo que se refleja en ese estúpido espejo.

-JODER MOCOSO SAL A LA COCINA AHORA MISMO- grito tía Petunia en la puerta, desde siempre ha tenido ese comportamiento conmigo, me gustaría poder enfrentarlos, es un miedo que no entiendo perfectamente.

Ellos no saben el dolor que me causan, hay momentos en donde solo quisiera desaparecer o ser libre.

-ya voy- dije sin ganas, baje las escaleras y empecé a hacer el desayuno, prepare unos huevos con tocino y jugo de naranja. Lo dejé en la mesa y esperé que llegaran.

-que haces aquí- dijo mi tía sentándose en la mesa - hoy por no despertarte a la hora adecuada te irás sin comer. ¡¡FUERA!!

Observé cómo se sentaba mi tío y primo, el último con una mirada de lástima. He descubierto que no es tan mala persona, por lo menos no como sus padres.

Me encaminé a mi cuarto con lágrimas en los ojos, lo único que pido es que si hay un Dios en ese cielo, le imploro ayuda.

Me quedé acostado en mi cama, saqué mi baúl de Hogwarts y empecé a hacer las tareas, voy a entrar a cuarto año, y es irritable. Me irrita saber que tengo un familiar vivo y no poder ir con el

Hice mis tareas de pociones, creo ya saber en qué desahogarme en este tiempo. Estudiaré y reforzaré las materias, después de todo para algo están los libros

Empecé a leer los libros de pociones y de transfiguraciones, no era tan difícil como creía entender, no se porque antes no me preocupé de tomar un libro. Así pasó una hora de lectura, descubrí que leo bastante rápido y que mi memoria es muy buena.

Cuando ya estaba terminando el último libro tocaron mi puerta, me asusté porque a mis tíos no les gusta que haga magia o que saque mi baúl en casa, me apresuré a guardar todo lo que pude pero tenía la cama llena de libros.

-tranquilo Harry- dijo mi primo entrando con una sonrisa. - soy yo, te traje esto. Estas muy delgado.

Entre sus manos había unas rebanadas de pan con mermelada de frambuesa y un vaso de leche.

-gracias dud - dije abrazándole - aveces pienso que eres el único motivo del que sigo aquí

-no hay problema hermanito - el había tomado la costumbre de llamarme por ese apodo, más que mal nos criamos juntos - ahora come, madre y padre han salido, llegaran en unas horas. Te prepararé un baño, apestas pequeño.

Solo me sonroje y reí, rápidamente ingerí esos alimentos, había olvidado lo que era la mermelada de frambuesa. Dud salió de mi cuarto y sentí correr el agua así que imaginé  estaba preparando el baño.

El cambió mucho desde ese horrible día, tenía ocho y el diez, ese día había roto sin querer un florero de tía Petunia, el castigo esa vez no fue solo dejarme sin comer, recuerdo cada azotada en mi delgado cuerpo cada vez que mi tío me levanta la voz, fue tanta la violencia ese día que se abrieron heridas en mi cuerpo, sangraban mucho. Tanto que salpicaba a las paredes cuando los azotes llegaban, ese día dud lo vio todo, obviamente el no podía hacer nada por la diferencia de edad y cuerpo con su padre.

hijo de la luna (tomarry/ harrymort)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora