********AMANE2306********
LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS
CAPITULO 51
Kagemaru rompió en llanto cuando sintió la presencia de su madre alejándose rápidamente, su alarido rompió la tensión en la que ahora Irasue se encontraba al enfrentarse a su hijo que aún seguía mirándola con aquellos ojos rojos que evidenciaban la presencia de Yakko en su peor momento. -Hijo cálmate. -Pidió la Inu notando visiblemente como el cuerpo de su hijo tenia un extraño temblor que lo hacia parecer como si estuviera perdiendo la cordura.
Irasue intento acercarse a él, pero este le advirtió con un gruñido bajo que ni siquiera lo intentara, ella comprendió rápidamente que él estaba en algún tipo de trance en donde no era muy consciente de lo que le rodeaba, se preguntó porque no había corrido tras la azabache.
-¿Estas bien? -Cuestiono ella notando como el ni siquiera la miraba, mas solo veía hacia donde Kagome antes había estado parada.
El por supuesto no contesto y ella supo que algo estaba mal en su hijo. Se dio la vuelta lentamente y se agacho hasta donde podía sentir el extraño corazón de su nieto. Descubrió las mantas manchadas de sangre y dio un suave respiro cuando pudo ver al cachorrito, sonrió dulcemente mientras lo tomaba en sus brazos, el pequeño ahora estaba calmado, ya no lloraba y mantenía una postura seria y en guardia, aunque pequeños restos de lágrimas aún se veían marcadas en sus mejillas que estaban empezando a colorearse con las típicas marcas hereditarias de Sesshomaru. -Eres perfecto. -Le dijo Irasue mientras pasaba la mano por el cabello azabache de puntas de un lindo gris plata. Recordó haber dicho las mismas palabras cuando tuvo en sus brazos por primera vez a su hijo, su amado Sesshomaru.
Irasue se giró con el niño y miro a Sesshomaru que ahora si parecía mirarla, pero de una extraña forma como si la desconociera. Comenzó a preocuparse y con un paso cauteloso se acerco hasta estar parada justo al frente de él mientras le ofrecía al niño. Noto como el aspiro el aroma una y otra vez y gruño impotente intentando tomar al niño en sus brazos de manera descuidada, Irasue intento ayudarlo logrando al fin que el sostuviera por primera vez a su hijo.
Sesshomaru ayudándose del tacto acerco el pequeño bulto que no podía ver con claridad y olisqueo el aroma de su pequeño cuello, percibió un ligero, muy ligero aroma a lluvia, madera y papiro. Reconoció el aroma familiar, la lluvia de su Kagome, la madera de él, y el papiro propio de su hijo. Se lleno de orgullo y una extraña emoción lo invadió, una combinación de protección, propiedad, amor y regocijo. Lo sintió moverse entre sus manos, era muy pequeño y no podía admirar sus rasgos, no sabía si se parecía a su azabache, si tenia sus ojos o sus rasgos, simplemente veía una forma pequeña y sentía su suave y tibia piel. Estaba furioso y sus instintos asesinos afloraron prometiendo una cruel venganza contra la ona miko.
-¿Sesshomaru? -Lo llamo Irasue y él tenso como estaba le devolvió al cachorro a su progenitora y salió disparado hacia el balcón donde salto hacia la batalla.
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Inuyasha afirmo el paso en el momento exacto que sintió la energía demoniaca de Hotaru; había tenido que separarse en el camino del Lord del Sur quien le aseguro que ayudaría a retomar el control a las fuerzas del Norte y ejercer el dominio en el Este mientras el ejercito se descuidaba atacando el Oeste. Habían estado de acuerdo, sin embargo, él se decidió desde el primer momento en volver al Oeste porque tenía que ser el respaldo y el refuerzo de su hermano, cuñada y prometida; así fue como tomo rumbo, mientras sentía el olor a muerte bañar el aire.
La luna estaba roja, y eso nunca podría ser un buen augurio. Siguió el aroma de Hotaru hasta que se topo con la enorme bestia nekomata que había logrado ver Yasha en la conexión de subconsciente que habían tenido hacia algún tiempo.
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LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018
FanfictionGanadora del tercer lugar en la categoría fanfic de los Blue Awards 2017 Cuando Kagome le pide a la perla que se destruya todo resplandece, aturdida como estaba es transportada lejos, despertara sola, cambiada y como el arma más poderosa, codiciada...