Capítulo 5

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-Son hermosos — dijo Riley, refiriéndose a las fotos que colgaban en la pared de la sala. Ella y Niall estaban solos. Para su sorpresa, los otros tres hombres se retiraron poco después de la cena. Niall se había reído de ella. Ellos no son amigos del sexo, había dicho. Tú eres suficiente para acabar con cualquier hombre.

Se habían sentado en el sofá a ver una película de chicas, a pesar se habían besado más que ver. Cuando el guardaba el DVD, ella había recorrido las fotografías de la pared. A pesar de que él estaba al otro lado de la habitación y no la veía, Niall sabía a qué se refería. Una foto familiar mostraba las Montañas Rocosas.

-La tomé hace unos años, en unas vacaciones con la familia.

-Reconozco a cuatro de ustedes. ¿Quiénes son los otros tres hombres?

-Declan, Miles y Connor, mis hermanos.

-Dios mío, ¿hay cinco de ustedes? — Murmuró ella, teniendo en cuenta el parecido que nadie podía negar.

-Sí. Ellos viven en la ciudad. Más oportunidades. Más mujeres.

-Con una población de casi cien por ciento de hombres, lo puedo creer. Sabes que con un poco de Relaciones Públicas este lugar podría atraer a las solteras. Daly, la meca de los hombres.

Él resopló. — ¿Cómo lo harías?

-Es lo que hago. Soy un investigador en turismo. Puedo hacer un itinerario para planes de negocios y atraer a la gente.

Niall asintió. — Podrías trabajar en Daly, supongo. Si estuvieras aquí.

Quiso detener las palabras pero ya había hablado. Lo último que quería hacer era presionarla. Era demasiado pronto para saber lo que cualquiera de ellos sentía, incluso si esto había sido rápido y fuerte.

-¿Lista para la cama? — él preguntó. Ella asintió y se dirigió a las escaleras. Niall detrás, disfrutando del movimiento de su trasero. Al verla hoy con los otros hombres había sido una exquisita tortura. Tan sexy. Sin embargo, él anhelaba reclamarla como suya. Podía compartir, pensó, pero al final esta mujer era de él.

En su puerta, se detuvo y se volvió hacia él. Los demás se habían ido a la cama y no vendrían esta noche a su habitación. ¿Ello lo despediría?

-¿Vas a entrar?

-Me gustaría. Para sostenerte añadió — rápidamente — no estoy seguro si tu pobre coño podría tener más hoy.

-Creo que puedo tomar mucho más de lo que sospechas — se rió, tirando de él hacia la habitación. Ella cerró la puerta.

-¿Puedo preguntarte algo? — Caminó hacia la cama, desnudándose mientras se movía. Quería fotografiar la línea suave de su espalda. Se había estremecido por el movimiento fino de los músculos de su abdomen. ¿Le permitiría capturarla antes de que se fuera?

-¿Niall?

-¿Eh? Oh... Sí, claro. Pregunta.

-¿Estas a muchas millas de distancia?

- No tan lejos. Sólo te admiraba.

Un tono rosa salió del cuello hacia sus mejillas. Ella negó con la cabeza.

-La lengua de oro de los irlandeses.

Él levantó una ceja. — Mi lengua puede hacer mucho más que eso. ¿Quieres probar?

-Podría ser convencida. Así que... me preguntaba... ¿Te molesta cuando estoy con tus primos y Harry?

-No — rió — Es impresionante... Tan sensual. Y parecemos...

Les Pertenece a Ellos  - Daly way 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora