capítulo 13; lo siento.

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¿Cómo es que la noche anterior la había llenado de confianza?

Aunque Chloé siempre se mostrara como una chica segura de sí misma ante los demás, a veces esa seguridad la traicionaba. Ella decía ser la más hermosa, pero nunca podía saber si los demás en serio pensaban eso, y realmente no quería saber si no lo hacían. Prefería vivir en mentiras.
Sin embargo, Luka la había llenado de las palabras más hermosas que alguna vez le hubiesen dicho y por primera vez, creyó fielmente que él decía la verdad.

Así que esta mañana, se había levantado con la mejor actitud que ella podría tener un domingo por la mañana tras un sábado desvelado. No se quejaba de las pocas horas que pudo dormir, haber estado un poco más del tiempo que debía con Luka anoche fue lo mejor que pudo hacer, podía presumir que después de ese intenso beso, pasó el momento más tierno que podía, cantando al lado del chico mientras el tocaba la melodía, hasta que se dieron cuenta que era tarde y él no dudó en acompañarla a casa porque podía ser peligroso, aún y cuando la limusina de Chloé fue por ella.

Bueno, quizá podía darse el gusto de dormir un poco más...

Unas cuantas horas después, Jean, el mayordomo tocaba a la puerta.

—Señorita, una chica dice buscarla, ¿le digo que se vaya?

Chloé despertó un poco desorientada, así que poca atención puso al hombre que estaba detrás de la puerta.

—Sí, sí, dile que pase...

Él siguió la orden, así que no tuvo más opción.
Chloé se tallaba los ojos, mientras un bostezo escapaba de su boca, esa era la escena prohibida; estaba despeinada, con su pijama de abejita y el maquillaje corrido que había olvidado quitarse, apenas abrió bien los ojos, notó como la puerta se abría y dejaba ver a una tímida peliazul que con pena ponía un pie en la habitación, cuando la rubia distinguió quien era, puso el grito en el cielo.

—¿Qué demonios? ¡Quién te dejó entrar así!

Gritaba mientras con su sábana, cubría todo su cuerpo, no podía dejar que la viera de esa forma, mataría a quien le dio autorización de pasar y dejarla en vergüenza.

—Tú me dejaste, Chloé...

Oh.
Y entonces comprendió todo.

Pero de igual forma no iba a salir del capullo que había formado.

—¿Podemos hablar?

Cuestionó Marinette tomando el atrevimiento de sentarse en la orilla de aquella lujosa cama.

—No hay nada de que hablar.

Espetó secamente.

—El viernes me dejaste claro que aún hay cosas por resolver.

—¿Aún? No seas ridícula panadera, hemos tenido problemas año con año y jamás nos hemos disculpado por nada.

—Sabes que no me estoy refiriendo a eso, deja de fingir que lo de aquél día jamás pasó.

Tragó saliva.

—¿Y no te dejé claro todo aquella vez? No sé qué quieres hablar aquí ahora, así que si me disculpas...

Ante eso, se recostó de lado, dispuesta a retomar su hermoso sueño con Luka.

—Tenías razón, ¿si?— Chloé la escuchaba, pero aún sin levantarse —Soy una cobarde, me da miedo lo que los demás puedan pensar de mi, tú fuiste más valiente de lo que yo alguna vez seré incluso si soy...

—Ladybug.

Completó, levantándose ahora sí, tenía su atención después de todo.

Marinette asintió.

—Vaya, entonces la chica que quería y me rechazó por ser simplemente yo ha estado en mi clase todo el tiempo.

—¿Querías?

—¿Qué pretendes? ¿Qué después de todo yo siga detrás de ti, aunque tú sólo me mires con pena? He notado todo, y dolió, mucho. Felicidades, lograste romperme.

—En serio lo siento, nunca supe lo que quería, y cuando supe quién eras mi reacción no fue la ideal, solo me impacté.

—Pues para la próxima, procura no impactarte tanto cuando sepas quién es Chat Noir.

—Quiero que sepas que yo aún, a pesar de todo y después de pensar en serio las cosas, aún te quie-

—Ni siquiera termines tu frase, yo no pienso esperar a nadie, conocí a alguien que me quiso tal y como soy, ¿sabes? En serio espero que alguien te quiera de la manera en que yo lo hice.

—Lo lamento.

Fue lo último que dijo su compañera luego de salir rápidamente de ahí, con sus ojos inundados en lágrimas.

Chloé sonreía victoriosamente, aunque creyó que la había tratado un poco mal, se lo merecía después de todo.

Nadie hacía sentir mal a una Bourgeois.

Hard Feelings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora