»SHOOTING STAR«

[Galaxy and Stars]

Estaba de nuevo ahí, en esa cafetería, mirando a la más preciosa estrella que que existía. No se cuándo ni cómo, solo se que no puedo sacar los ojos de él, es tan hermoso, un ser que para mi es tan dulce, tan delicado que hace a mi corazón saltar de felicidad y querer protegerlo de todo lo malo que exista.

Si tan solo él notará mi precencia, si tan solo él supiera de mis sentimientos, si tan solo supiera que mi corazón lo eligió desde el primer momento en que lo vio, yo sería la persona más feliz del universo.

Él no lo sabe, pero es el dueño de cada suspiro, de cada mirada de amor, si me dieran a elegir mi estrella favorita sería él, es el que más brilla en mi galaxia. Lo único que se de él, es su nombre, Lee Taeyong, tan precioso como su dueño.

YoonOh siempre iba a esa cafetería, pedía el mismo café y siempre lo atendía ese precioso chico de cabellos castaños y mirada seria. Él pensaba que éste nunca lo visualizo en su mundo, se sentía como Plutón, nadie lo miraba y pocos aún lo recuerdan.

Taeyong siempre fue un chico callado, de pocas palabras y siempre serio ante todo y todos, no se consideraba la persona más carismática ni tierna, y no es porque el no quería sino que siempre fue así, por eso nunca tuvo algo serio ni duradero, siempre fue algo fugaz, siempre fue una estrella fugaz para todos.

—Hola—y ahí estaba de nuevo, el chico que lo volvía loco desde el primer momento en que entró por esa puerta.—Hola, le preparamos lo de siempre?—él simplemente asintió y fue a sentarse en la misma mesa que daba a la ventana.

¿Será que algún día se dará cuenta de cómo lo veo? ¿de lo que causa en mi cuando me mira con esos ojos en los que yo solo veo galaxias? ¿será que algún día serán más palabras entre los dos, más que los Hola y lo de siempre?

Taeyong simplemente negó con la cabeza y siguió preparando el café para su preciosa galaxia, porque eso era YoonOh para el, una de las galaxias más hermosas en su vida y él solo se sentía como una estrella fugaz, pasando a su lado y esfumandose en segundos.

Y que tan ciegos estaban ambos, sin darse cuenta los dos tenían los mismos sentimientos, las mimas miradas en secreto y el mismo corazón latente desde la primera vez.

Taeyong se dispuso a llevar el café al chico bonito, como lo apodo en su mente. Hizo una pequeña mueca de sonrisa y no fue para nada desapercibida por el dueño de ese café.

YoonOh sintió todo su cuerpo morir de ternura, por primera vez vio al menos una pequeña mueca de lo que siempre pensó nunca poder apreciar, esa diminuta sonrisa que apareció en su ser de luz, cada vez caía más ante él.

—Gracias y deberías sonreír más amenudo—oh por dios, eso no lo tenía que decir en voz alta.—Lo siento, yo no..—y lo vio, estaba con un leve color rojo en las mejillas y todo en el se detuvo, ¡¿podría ser cada vez más precioso?! ¡¿tendría algún límite?! Espero poder conocerte más, mi preciosa estrella.

Tragame tierra y escupeme donde sea—pensó Taeyong cuando el, su chico bonito al fin le dijo algo más que un simple hola pero, ¿eso fue un cumplido o solo se dio cuenta de que siempre tengo la cara demasiado seria?—Podría hacerlo si tenemos un poco más de "Hola y lo de siempre"—no no no no, estúpido Lee Taeyong, eso debió de quedar solo en tu mente—Lo siento, no fue mi intención, no lo malinterprete..—vi que sus mejillas estaban un poco sonrojadas y me regalo una de las sonrisas con hoyuelos más preciosas que vi en toda mi vida, y al fin pude conocer algo más de mi galaxia favorita.

YoonOh pensó que con esas simples palabras podría ocurrir algo más que solo el saludo y la petición de siempre, así que se arriesgo y solo siguió a su corazón.—Lo podría malinterpretar si no quisiera lo mismo, ¿me dejarías tener más que solo un "hola y lo de siempre" contigo?

Taeyong simplemente no supo que decir, ¿él? ¿su chico bonito? ¿la galaxia más preciosa? ¿en serio le estaba pidiendo una charla más de lo normal?—¿Hablas en serio? No entiendo que es lo que te podría causar curiosidad en mi—YoonOh le volvió a sonreír diciendo.—No sé qué fue lo que hiciste en mi desde el primer momento en que te vi, pero siempre tuve curiosidad por saber más de Lee Taeyong.

Se miraron por unos segundos que para ellos fueron horas.—Entonces, si quisieras conocer más sobre mi, ¿esperarías a que termine todo esto?—Taeyong por fin hablo y el contrario lo miro y asintió.—Una cosa más, cual es tu nombre? por lo que veo ya conoces el mio—lo miro con una leve curiosidad de poder saber al fin el nombre de su chico bonito.—Soy Jung, Jung YoonOh, un gusto poder compartir al fin una charla contigo, Taeyong.

Y así pasaron los días, pequeñas charlas entre ambos luego de que terminara el turno de Taeyong. Ya no fueron más las simples palabras de siempre, ahora eran más secretos y una que otra confesión, risas y momentos serios o malos, cada uno sabía lo que al otro le gustaba y lo que no. Ambos sabían que los pequeños toques de manos, roces al entregar el café y miradas con ternura significaban algo, pero ninguno dijo nada.

Siguieron hablando, todos los días, tanto en persona como por chat, hasta que un día fue YoonOh el que quiso dar el siguiente paso, pensando que Taeyong sentía lo mismo por el, sintió entonces que era hora de decirle todo lo que causaba en él, decirle que no es esa estrella fugaz que él le dijo esa tarde cuando le contó un poco de su vida, YoonOh necesitaba decirle que es una estrella, la más preciosa y brillante que vio en su galaxia, la galaxia que creo para el, decirle que en su vida Lee Taeyong no es fugaz.

Ambos quedaron en verse un día que Taeyong no trabajaba, así para pasar el rato en la cafetería que los junto con un solo propósito, el pertenecerse el uno al otro en una misma galaxia.

—Hola YoonOh—ahí estaba su preciosa estrella, tan lindo como siempre.—Hola Tae, ¿pedimos lo de siempre?—Taeyong le sonrió, ya era algo que se volvió cotidiano en él y le gustaba, así que asintió y pidieron los mismos cafés.

Entre risas y charlas sobre todo, YoonOh se puso un poco serio, algo no habitual en él y dijo.—Tae, quisiera poder cuidar de ti todos los días, porque simplemente no eres una estrella fugaz para mí, eres la más preciosa y brillante estrella que existe en mi mundo, en mi galaxia, no se si esto es algo rápido pero siempre sentí que eras la estrella que faltaba en mi pequeña galaxia, eres la que más brilla en mi vida y me gustas demasiado, podría decir que estoy perdidamente enamorado de ti, y quisiera que así sea por siempre.

Taeyong se sentía la persona más afortunada del mundo al darse cuenta de que, el chico bonito, sentía lo mismo que el, se dio cuenta de que no faltaban más palabras para expresar todo lo que Jung YoonOh causaba en el, visualizo la mano del contrario y puso la suya encima diciendo.

—Siempre pensé que era solo una estrella fugaz en la vida de las personas, que solo me tenían para que sus deseos se pudieran cumplir y luego era olvidado, nunca tuve una relación ni una amistad duradera, pero luego apareciste tú, con esos ojos en los que me pierdo siempre, en los que solo puedo ver una preciosa galaxia, en los que nunca pensé que sería bienvenido. Simplemente me gustas Jung YoonOh, también podría decir que estoy enamorado de ti desde el primer momento, apareciste en mi vida para poder darme a entender que siempre fui una estrella brillante y no fugaz, eres la galaxia que ésta estrella necesitaba en su universo.

YoonOh no pudo decir nada más con la felicidad de ser correspondido, de haber dado paso a lo que su corazón sentía y decirle todo lo que Lee Taeyong causaba en el. Así que simplemente selló con un dulce beso las palabras que ambos se dijeron esa tarde.

Y ahí estaban ambos, en esa cafetería donde todo comenzó.
En el lugar donde una galaxia con muchas estrellas pudo conocer a la que brillaria en ella como ninguna.
Y una estrella que siempre se sintió fugaz, pero que al ver lo precioso que era ante él, se dio cuenta de que podría ser la estrella más brillante, una que nunca más sería fugaz.

“Dedicated to my JaeYong”

-Meg