Esclavo de tus besos

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Nunca me voy a olvidar de aquellos ojos azules que me miraban con miedo y tristeza.

Nunca me voy a olvidar del cómo esos labios temblaron al escuchar mis palabras.

La estaba destrozando. Soy consciente de aquello.

Hubiese deseado poder besarla por última vez. Sentir sus dulces labios sobre los míos y recorrer aquella boca que tantas veces me volvió loco.

Pero sé que es mejor así.

Ya no podía seguir dándole falsas esperanza de una relación que no iba a funcionar.

O eso era lo que quería creer.

Conocí a Kagome en circunstancias extrañas.

Era una de las tantas amigas de mi medio hermano. Pero jamás reparé en ella.

No fue hasta una mañana lluviosa de julio que me la encontré llorando en una banca de un parque cercano a la mansion.

La iba a ignorar para poder seguir mi camino, pero algo en su llanto me hizo devolverme hacia ella.

Cubrí su cabeza con mi paraguas. Ella al voltearse me miró extrañada.

-¿Inuyasha? - preguntó dudosa.

Odio que me llamen así. ¡Joder! Ni siquiera nos parecemos.

-¿Qué haces aquí? ¿Lo esperas a él? - pregunté sin mucho entusiasmo.

Ella comenzó a fijar bien sus ojos y a detallarme minuciosamente. Noté un leve sonrojo en sus mejillas.

-Per... perdón - se levantó de la banca y hace una reverencia - Me confundí, lo lamento.

Me quedé impactado.

Tenía una belleza extraña, pero belleza al fin. Sus ojos azules resaltaban bajo esa melena azabache. Sus lágrimas marcadas en sus mejillas le daban un toque de vulnerabilidad.

-¿Qué haces aquí? - pregunté tratando de no sonar intimidante.

¡Tks! Parace que fallé, pues ella retrocedió un par de pasos.

-Lamento importunarlo señor Taisho - nuevamente hace la reverencia.

¡¿Qué?! ¿Ahora me estaba confundiendo con mi padre?! Será despistada esta mujer.

-Soy Sesshomaru. El medio hermano de Inuyasha.

Ahora sí su rostro se tiñó completamente de rojo. Se veía hermosa.

-¡Lo lamento! Soy una tonta. No quise confundirlo.

-¿Acaso no puedes dejar de pedir disculpas? Eso es molesto.

¡Mierda! ¡Bien hecho Sesshomaru! Ahora la vas a alejar de ti.

No obstante a pesar de mi carácter antipático, ella se rió levemente.

¡Su risa era como una melodía celestial! Exagero, lo sé... Pero la chica me gustó.

-Inuyasha decía que su hermano tenía un carácter del demonio.

-Lo sabe bien, por que soy un demonio.

Ella me quedó mirando intrigada pero se echó a reir de nuevo.

-Yo... estoy aquí porque... Inuyasha, él... - Kagome apretaba fuertemente sus puños - Él...

-No es necesario que lo digas. Inuyasha es un imbécil.

Ella sonrió con la cabeza gacha.

Me percaté que comenzó a temblar por el frío, pues estaba empapada completamente.

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