Capítulo 1

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2 días antes

Corrí hacía la cama y me abalancé sobre él, acto seguido empecé a saltar encima del colchón con cuidado de no hacerle daño, mi hermano abrió los ojos con asombro.

-¡Hayley! ¿Pero que tienes en la cabeza?

-Cerebro, estúpido, algo que tú no tienes- le contesté mientras me tiraba a su lado.

-¿Qué hora es?- dijo con voz ronca, girando la cabeza para ver la hora que marcaba su despertador de la mesita de noche, que se encontraba justo debajo de un póster de su banda favorita-Solo son las 9 de la mañana ¡Eres subnormal!

- Si lo fuera me parecería a ti y creo que paso- me levanté de la cama y tiré de su brazo para ponerlo de pie.

-Déjame en paz-me contestó de manera brusca

-Al parecer alguien se ha despertado con un genio de perros-le dije y me dirigí hacía la puerta de su habitación no sin antes de levantarle las persianas para que entrará la luz.

-¡He dicho que me dejes en paz!-dijo mientas me tiraba su almohada y se levantaba para perseguirme, pero justo me colé entre el marco de la puerta y esta, para salir corriendo por el pasillo y bajar las escaleras.

Salté los tres últimos peldaños apoyando la mano izquierda en la barandilla y me dirigí a la cocina para abrir la puerta trasera y esconderme en alguna parte del jardín, pero mi plan se hizo trizas al segundo, ya que unas manos grandes y ásperas me cogieron por la cintura y me levantaron del suelo. Intenté zafarme de su agarre, pero era imposible, era mucho más fuerte que yo, pero una idea abordó mi mente y vi una oportunidad para ganar esta tanda de hermano contra hermana.

Le pegué con el codo en dirección al ojo izquierdo y por suerte acerté.

Cuando ya no sentía sus brazos en mi cintura, me di la vuelta y observé que Mike se echaba para atrás, tocándose el ojo con la mano derecha, mientras maldecía en voz baja. Para que no hubiera una revancha de su parte salí corriendo de la cocina, subí las escaleras y me metí en mi habitación. Apoyé mi espalda contra la puerta y pensé en las formas en las que mi hermano podría vengarse de esto.

Siempre estábamos así, yo me metía con él y después se vengaba de manera aterradora y sádica. Recuerdo que una vez era su cumpleaños y le cogí un trozo de tarta de chocolate de su plato, al principio se lo tomo como una broma pero al día siguiente, que nuestros padres no estaban, me llamó desde el salón, bajé las escaleras y me encontré con mi hermano mirándome con una cara de venganza y con una raqueta en la mano, antes de que pudiera reaccionar y salir corriendo me la lanzó hacia la cara y me dio en el párpado.

Cuando ya pasaron unos segundos, me tranquilicé y fui hacia mi armario. Al final me decidí por una camiseta de mangas cortas, blanca, con una chaqueta de cuero negra, unos vaqueros y unas zapatillas blancas. Abrí la puerta de mi habitación y corrí hacia el cuarto del baño sin pararme mientas oía como mi hermano subía las escaleras llamándome.

-Hayley te juro que estás muerta-dijo avanzando hacia mí con decisión cuando sus ojos se clavaron en mí.

-Lo siento tengo prisa, Vee me estas esperando en Jonets para desayunar.

-Conozco a Vee lo suficiente como para saber que a las 9 de la mañana de un sábado no se despierta -respondió intentando cogerme de nuevo, pero entré en el baño a tiempo y cerré la puerta con pestillo.

-Abre ahora mismo la maldita puerta Baker-de repente un sonido retumbó en todo el cuarto de baño, su puño golpeó la puerta.

Creí que iba a tirarla abajo pero cuando pensaba que la puerta recibiría otro golpe de su parte, escuché sus pasos alejándose. Me alivié al saber que tendría unos minutos de paz y tranquilidad, pero cuando saliera del baño tendría que correr a por el coche e ir a despertar a Vee a su casa para que mi mentira fuera cogiendo forma y mi hermano no me matara dos veces en el mismo día.

Ocultos tras las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora