Habían pasado casi 3 meses desde que había entrado a trabajar al colegio, y Kenneth ya se estaba acostumbrando a su trabajo, le gustaba dar clases, era bueno en eso, sus alumnos habían mejorado bastante desde que el llegó al colegio, cada uno de ellos ya podían hacer operaciones más complejas y complicadas, y todo gracias a sus métodos pedagógicos en los cuáles les enseña por medio de dinámicas lo bueno que son las matemáticas.
el pasado viernes al terminar las clases, el director lo reconoció frente a sus compañeros de trabajo y eso lo hizo sentir muy orgulloso, le gustaba quedar bien en su trabajo por eso se esforzaba en hacer todo de la mejor manera posible, y su relación con Carolina iba mejorando, salían a todos lados, hablaban, platicabán, reían, aún no eran novios pero cada día Kenneth se iba convenciendo en que ella era la mujer que el quería.
*Viernes 10:00 pm *
Kenneth acababa de terminar de hablar con Carolina por teléfono, ella le había contado como le fue en la iglesia, que ella dirigió los cantos, y que su padre dió una prédica muy interesante respecto a ser fieles a Dios, eso aún le costaba trabajo a Kenneth, podía soportar, incluso le gustaba que Caro no tomará, que no fumará, que sea una chica de casa, podía ver una relación estable con ella, pero le incomodaba que sea cristiana, le incomodaba que orará antes de cenar incluso en los restaurantes, que en pláticas que tenían, por lo menos mencionaba a Dios 3 veces, sabía que no la podía cambiar pero le incomodaba.
Kenneth ya se estaba alistando para dormir cuando le llaman por teléfono, pensó que era Carolina, pero era Alejandro su "mejor amigo".
—¿Qué onda? ¿Cómo estás? —Le pregunto Alejandro con mucha euforia.
— Bien todo tranquilo, ¿Dónde andas? —pregunto Kenneth
— Aquí en la fiesta de Erika, ¿Porque no estás aquí? Hay cerveza, vodka, marihuana, y todo lo que necesitas para relajarte. —
Kenneth tenía ganas de una salida con sus amigos, tomaba cervezas todos los días, con el almuerzo, y la cena, por lo menos una, pero no es lo mismo si sus amigos, sabía que no le gustaría a Carolina, pero ella no se enteraría, además aún no eran nada y el siempre le dijo que ingeriá bebidas alcohólicas, así que después de pensarlo un momento le contestó a Alejandro.
—te veo en 40 minutos. —
Kenneth se dió un baño, se puso una camisa blanca con una cazadora color café, zapatos de mezclilla y un par de zapatos cafés, al salir de su departamento pidió un taxi y en menos de 30 minutos ya estaba en la fiesta.comenzó con 2 botellas de cervezas, mientras platicaba con todos y decía tonterías sin sentido, pronto las cervezas se convirtieron en tequila y luego en Wisky, y de un par de tragos, fueron unas botellas enteras, mientras tomaba y tomaba, Kenneth perdía nociones de lo que hacía, de lo que decía y parecía otra persona.
*12 de la noche casa de Carolina*
Eran las 12 de la noche y Carolina no podía dormir, estaba escuchando música en su cuarto, de las alabanzas que siempre escuchaba paso a canciones románticas, y eso le hizo pensar en Kenneth, un chico no muy alto ni bajo, no tan delgado pero tampoco gordo, cabello largo barba abundante, ojos azules y muy guapo, su piel era moreno claro, realmente le gustaba, pero algo la detenía a dar el siguiente paso, él no creía en Dios, de hecho cada vez que tocaban el tema el lo evadía, no quería saber nada de Dios, y entonces ella decidió lo que su madre le decía, "si te gusta alguien, ora por ese chico, Dios te dirá que es lo mejor para tí y para él."
—Padre mío, te pido que me ayudes a decidir si Kenneth es bueno para mí, y si yo soy buena para él, que le deseo protección en su hogar, y que su corazón dejé de sufrir, amén. — oraba Carolina en su cuarto, y se quedó profundamente dormida, lista para ir a la iglesia por la mañana.*Sábado en la madrugada*
Kenneth había tomado demasiado esa noche, incluso sus amigos le habían pedido que dejará de beber, pero una vez que el comenzaba no podía parar, y siguió, hasta que terminó, y amaneció.
Ya eran las 6:00 AM aproximadamente, y Kenneth estaba deambulando por la ciudad con Alejandro, decidieron desayunar unos tacos al pastor en una taquería que estaba por la calle donde estaban caminando, ya estaba consientes, estaban crudos, con dolor de cabeza, pero estaban vestidos impecables, años de borracheras les habían enseñado que por más borracho que este uno, siempre deben verse bien presentables.
Estaban sentados en la mesa, Alejandro pidió 4 tacos y un consomé de barbacoa, Kenneth solo se limitó a pedir tacos, mientras estaban comiendo Kenneth se puso a ver enfrente, era una calle muy transitable, había negocios y casas, todo quedaba perfectamente bien, todo encajaba, y mientras veía todo, la gente pasar, los negocios, las casas, los autos…ese auto lo había visto antes, un Jetta modelo 2005 color gris, ¿Donde lo había visto antes?, Su mente estaba pensando y pensando y no lograba recordar, talvez era el auto de los papás de algún alumno, talvez el auto de un conocido pero ¿De quién?
Y fue entonces que vio el edificio donde estaba el auto estacionado "Iglesia adventista del séptimo día"
Y recordó, la casa de Carolina, el auto del papá de Carolina, y su corazón latía como si fuera a estallar.Carolina estaba en la iglesia con su padre, era sábado y era un sábado muy bonito, ambos estaban felices de estar en el templo ese día, la iglesia estaba llena, todos entonaban los cantos del himnario, se sentían bien al estar allí, el pastor Sergio había llegado a esa iglesia cuando estaba comenzando con tan solo 5 hermanos, el los animaba a que siguieran trabajando para la obra de Dios, los hermanos repartían revistas y oraban por los vecinos, y así habían pasado 6 años y ahora la iglesia estaba grande, ya eran 150 miembros y seguían creciendo, claro que tenían problemas y errores pero siempre oraban para estar en comunión unos con otros.
En ese momento mientras ella divagaba en sus pensamientos vio entrar a alguien por la puerta principal, lo reconoció tan solo con ver su sombra, su corazón empezó a latir más y más fuerte, se sonrojo tan solo de mirarlo, le agarro la mano a su papá y le dijo.
—Me escuchó —Le dijo sonriendo.
—¿Quién? —pregunto el papá.
—Dios escuchó mis oraciones. — y en ese momento salió casi corriendo a recibir a Kenneth.
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Me enamoré de una chica cristiana
RomanceEl amor es el sentimiento más grande del mundo, en esta emocionante novela conocerás a Kenneth un joven maestro de matemáticas, y a su compañera de trabajo la cual le cambiará su vida.